martes, 17 de julio de 2007

CAMBIO DE GUARDIA

No se mueven.

No le encuentro el atractivo a acercarme a un tío uniformado y armado y ponerme al lado para hacerme una foto. Pero si a mi no me gusta me puedo imaginar lo que piensa el soldado de turno cuando se ve literalmente rodeado por gilipollas de mil nacionalidades que se acercan en manada para la foto de rigor.


Si yo fuera guardia, por mucho entrenamiento que hubiera recibido, fijo que al primer italiano subnormal, español descerebrado, nacional alcohólico o yankee patoso que me rozara le iba a hacer entender lo que es un Gurka cabreado con una bayoneta afilada sin estrenar.
Ya estoy leyendo el periódico del día siguiente: “ Un soldado de su graciosa majestad la Reina de Inglaterra de origen español se lleva por delante a una familia hindú, una excursión de japoneses y cuatro adolescentes españoles cuando uno de estos últimos le metió el dedo en un ojo para ver si era verdad eso de que no se mueven.”

Pues no chavalote, no es verdad, la próxima vez te metes el dedo en el culo y así no te mueres.

2 comentarios:

Pepe dijo...

Hola Gonzo, aquí estoy después de una etapa en la que he estado muy alejado del blog. Veo que le has tomado gustishio que diría un argentino, a los british.
Esto de los guardias impasibles en la puerta del edificio más importante de UK es una tradición que no entiendo. Pa´qué cojones están ahí esos tipos, ¿para hacer guardia?, ¿para velar por la seguridad de su graciosa majestad?. Evidentemente no, ya que aunque dejes a su lado un paquete bomba o les pegues una patada en los güebs no van ni a pestañear. Si es sólo para que los turistas se hagan fotos que pongan un par de figuras de cera con el careto de Beckham. Joder no había caido, las figuras de cera se derriten. Será por eso que siguen utilizando pringaillos militronchos adolescentes.
En cualquier caso me parece que los ingleses se tiran demasiado el pegote con semejante soplapollez. He dicho.

PacMan dijo...

Si me permitís, apunto otra posible explicación: esas cerillas peludas son el alma del Imperio: hasta Mr. Bean con su inseparable Teddy han intentado que se meneen sin éxito. Es porque conservan el monolítico aspecto de siglos de historia inconmovible en que han sido grandes en exploración, diplomacia, hazañas y rapiña. La casaca roja recuerda la sangre propia pero sobre todo ajena que han derramado. ¿Y las plumas del gorro? No sé, dejadme pensar...