viernes, 20 de febrero de 2009

LOS BURGUNDIOS Y EL BIP BIP

Ánimo Arancha.

La facultad de filología vió crecer, y en algún caso hasta multiplicarse, a un grupo de estudiantes que hicieron piña y hermandad alrededor de intereses comunes que se resumen en un casco de vikingo de plástico, un botellín de cerveza y cualquier ser humano de género femenino que quedara cerca. Alejados de inquietudes académicas, los burgundios se ocuparon en revitalizar la vida deportiva de un entorno eminentemente femenino y al mismo tiempo se afanaron en no dejar desatendidas a las moradoras del ecosistema.
Los burgundios nacen como nombre para el equipo de fútbol sala que arrasó durante unos años en el campeonato universitario. Llegaban al campo tocados con cascos vikingos de plástico que colocaban sobre la portería. Esta imágen totémica era tan fuerte que ni árbitros ni contrarios osaban cuestionarla por temor a ser maltratados por la bárbara horda. Memorable la paliza que les metimos a un equipo de gallitos de derecho que se fueron a estudiar Romano con doce golitos en el zurrón por intentar que el árbitro prohibiera el despliegue casqueril.
El botellín era el desayuno, con un donuts de chocolate, eso sí, y las atenciones para con las compañeras incluían todas las posibles... y algunas imposibles.
Hazañas miles, con el consabido marchamo de ser joven y gilipollas, ilustraron esa vida de estudiantes que estudiaban lo justo y que no tenían pretensiones de poner el mundo a sus pies, si no de estar de pie en este mundo pasándolo lo mejor posible.
Allí estábamos. El grupo de talaveranos, con Fernan, Emilio, Espallardo y el mítico Urbano; la sucursal segoviana con Torrego, aprendíz de caballero y el Bayetas y por fin la célula madrileña con Alfon y el núcleo duro de el Calimero, al que nadie quería, Gonzalete de Chamberí y Juanillo de Hotaleza. Todavía recuerdo cómo éstos tres últimos recogieron con pinzas a un conocido member y lo empiltraron en su casa en lamentable estado de semi-inconsciencia alcohólica.
Hace mucho tiempo que no los veo pero me temo que dentro de poco nos vamos a reencontrar.
Partiendo de esa juventud y gilipollez se podría entender otra de las actividades de la tribu: la poesía burgúndica. Tan rimbombante nombre camufla una práctica similar a la composición de canciones Scarlettianas, pero en supuestos versos. Los ripios surgían durante una clase plomiza cuando, o bien el de Hortaleza, o bien el de Chamberí escribían un versito y se lo pasaba al otro para que continuara con el dislate. La calidad poética os la podéis imaginar, pues nada más lejos del objetivo que era el de echar unas risas, y si por alguna conjunción planetaria favorable, las musas nos visitaban y aquello tenía visos de pretender ser algo en serio, ya nos ocupábamos de poner alguna gilipollez para que no hubiera dudas.
El otro día me acordaba de Juanillo mientras escribía los versos al tacto rectal. Y lo que son las cosas, ayer me llegó un funesto mensaje al móvil informándome de que Arancha, la mujer de Juan, se nos va.
Me enteré de que la langosta, el cangrejo de las pinzas de fuego, lleva devorándola por dentro desde hace dos años y que ya sólo le impiden partir los múltiples cables a los que está conectada. Qué vínculo más frágil.
No quise verla. Prefiero el recuerdo de una chica guapa y vital al de un cuerpo inmóvil que sólo sé que está vivo porque la máquina que la mantiene hace bip bip. Menudo ejercicio de síntesis: una vida en un bip bip.
Quizá mientras tecleo estas líneas ese bip bip se haya apagado o que sus 38 años no se resignen todavía y se aferren con fuerza a seguir la batalla. Batalla de una guerra de trincheras, una guerra de desgaste.
Ánimo Arancha. Resiste si quieres o descansa ya. Que nadie te lo va a reprochar.
Por si acaso lo voy a dejar escrito no vaya a ser que cuando vengan mal dadas y este Gonso esté pidiendo pista, se me haya olvidado firmar algún papel y esté yo pendiente del puto bip bip.
No jodáis y buscar en el blog de la Scarlett este post número 500, lo imprimís y se lo lleváis a los de la bata verde para que apaguen la maquinita.
Que no me mola el bip bip. Que soy más de cha-cha-chá.

Ánimo Juan.

4 comentarios:

Mike Muddy dijo...

Vaya, estaba yo con el insomnio que ataca a veces a los miembros del blog y me topo con este post impecable con sus picos de humor y sus collados de drama. Visto cómo se las gasta la vida realmente cualquiera de mis problemas a día de hoy merece acabar en una palangana como aquella que pedí, con un hilo de voz, a unos tipos que me acostaron y me dieron las buenas noches mucho tiempo atrás, después de una noche a saco en la Chule (un dato: no llegué a echar la mascada). En fin. Gracias por aquello, gracias por esto... y ánimo para ti también, Gonso.

PacMan dijo...

500 entradas y lo que son las cosas. Esta vez tocaba un homenaje a vuestra época feliz de hace no tanto ensombrecida por un dolor actual. Me uno a los ánimos de Mike. Ojalá que algún día no haya que tomar esas decisiones difíciles y la resolución sea parte del transcurso natural de las cosas.

Titus Jones dijo...

Mal rollito. La vida es como es y mejor tomársela con cierta sorna e ironía.

Un abrazo Gonzo

Penélope dijo...

Me acordaré de este post...y sobre todo pediré a los demás, que al igual que para tí, se acuerden de guardar mi comentario, nada de bip bip (tampoco de cha-cha-cha), prefiero "boys don't cry".

Besitos para todos con un año más y unos grs. menos (estamos casi en primavera y ya podemos quitarnos el abrigo)