martes, 29 de mayo de 2007
LA CHULE
Para empezar una de sepia...
unas bravas y una de oreja.
¡Y un par de minis!
¡Venga unas hamburguesas con queso! ¡Esa plancha que no descanse!
Otra de sepia que ésta ya ha caido. ¡Nuevo record, siete segundos!
Un par de minis.
Pues yo me comía otra hamburguesa, ¡Miguel pon otras cuatro!
Y oto mini, éste con submarino.
Otra de oreja y que rulen esas bravas, ¡esa plancha, leña al mono!
Éramos jóvenes y gilipollas y veíamos chorrear la grasa por todas partes mientras nos quedábamos pegados a la barra y al taburete. Tampoco le hacíamos ascos a bajar al tigre que era auténticamente bajar a los infiernos. Pura roña, roña personificada, epítome de la roña, ROÑA con mayúsculas.
Los triglicéridos y el colesterol simplemente no existían y no había borrachera que no se solucionara con una buena pota, la piltra y una ducha. Igualito que ahora.
Hoy quizá pediríamos una de agua mineral, un trina light, una cerveza sin y una coca cola zero. ¿Biomanán no tienes, no?
Homenaje a la Chule, bareto cutre, pringoso y poco saludable pero durante un tiempo... el centro del universo.
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6 comentarios:
Hay que volver a La Chule e institucionalizar un desmadre anual en sus grasientas instalaciones. Podríamos llamar al evento "El Día de la Grasa".
¿seguirá pegado a la barra aquél tio que estaba siempre allí? ese que llamábamos "chuleman"
¿Chuleman o Biomanán? Recuerdo a un tipo solitario, con generosas lorzas y pegado a la barra al que llamábamos Biomanán.
De Biomanán me acuerdo pero también me viene a la cabeza el chuleman, igual es el mismo tipo con dos denominaciones o a lo mejor ya mezclo conceptos y se me va la pinza.
Lo que me inquieta es si los dos hermanos camareros pudieron peinarse alguna vez la gruesa capa de grasa de sus cabellos
a lo mejor ese es el secreto de no encanecer y no envejecer,estar recubierto de grasa de la cabeza a los pies
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