viernes, 18 de mayo de 2007

ROMERÍA, ROMERÍA



Mi memoria no da para hacer una crónica de las romerías Gallego-Asturiana-Pirenaica pero voy a intentar recordar algunos momentos estelares que espero completéis.
Durmiendo en Sanabria.
Primera noche de viaje a Galicia, sin tienda, sólo una lona y alguno acabó debajo del coche oliendo a gasofa.
Camping de la playa de patos:
"En la puta playa de patos pequeños pólipos picaban a los playistas en la punta de los prepucios de sus pequñas pollas" Salió del tirón, dentro del agua, rodeados de algas. Un sublime ejercicio de aliteración reservado a creadores de prestigio.
La cripta de Salvatierra:
el LuisFer acojonado hecho un siete en el R8.
El supercinco de Pacman.
¿Te acuerdas Pacman cuando te picaste con un Audi Quattro en el puerto del Escudo? Yo si.
Subir al supercinco tenía hasta música "me olvidé de viviiiiiir" Una vez nos pillaste rezando al vernos en el reflejo de un escaparate.
Otra de Pacman "Románico clarísimo"
La catedral de Burgos dió juego: "en pantalón corto no vaís a pasar". Nos dimos el paseo hasta el coche y pasamos.
Las gordas del Cares.
Cargadas hasta las trancas con unas mochilas que te cagas hicieron que termináramos la ruta al sprint para que no nos cogieran. Faltaría más las putas gordas esas.
Para los anales: merienda en casa de las tías de Pacman.
Después de un rato arramplando con todo lo que nos pusieron de papeo va el Pacman y para romper el hielo inicia conversación:
"Bueno tía, y ¿que tal la inseguridad ciudadana? Todavía me estoy meando.
Estuviste sembrado.

Tengo alguna más pero no quiero que se haga largo. Venga a completar y poned fotos que yo no tengo.

1 comentario:

Mike Muddy dijo...

Puesta de sol en Finisterre. Éramos jóvenes, gilipollas... y libres.

Cogorza en Salamanca. "¿Qué combinados queréis?". "Pon uno de cada". Nos recuerdo metiendo las pajitas en aquellas copas gigantes y sorbiendo como posesos. Y después, Yiyi potando en plan profesional en la pensión, vacilando a la dueña.

La vida en verso en Asturies. Nos dio por el romancero y a cada jaca le sacábamos un verso. ¿No acabábamos muchos con la frase "...cuatro, cinco, seis y siete"?

La ascensión al Monte Perdido en zapatillas y pantalones cortos. Los caretos de los gabachos súperpreparados, con sus chupas y sus botas. El descenso de PacMan por el nevero, frenando con las manos. Las putas latas de bicho sin identificar (¿eran perdices?) con los huesos derretidos por los conservantes. La macrocena de Broto (aparte de las patatas que vienen con el combinado, queremos una fuente de patatas; y dos postres; y más birra...).