miércoles, 2 de mayo de 2007

EMPIEZA LA TEMPORADA

Recién llegado de pasar unos días en la Costa del Sol (por cierto, puto sitio) me asomo de nuevo al blog para contaros mi experiencia. Debe ser el único sitio donde ha hecho buen tiempo, porque hoy me he pegado una pequeña paliza en el Juan Carlos I corriendo una horita y el terreno estaba impracticable, así que me imagino que habrá llovido lo suyo.

Lo de la Costa del Sol merece un comentario aparte. Sinceramente no parece España y además creo que no merece serlo. Es simplemente vomitivo. Durante los meses fuera de temporada alta se convierte en una residencia gigantesca de abuelos alemanes y británicos, putos guiris en general. En el complejo donde estábamos debíamos ser lo únicos españoles. Un par de ejemplos. En una de esas que iba a la piscina cubierta, spa y demás con mis niños, me encontré con un colega clavadito a Alfredo Landa en la película de Manolo La Nuit (o algo así), igual, con el sombrero cordobés incluido.Tenía a su alrededor a un grupo de guiris cuya edad media debía rondar los 80 tacos, atendiendo a las explicaciones de como se prepara una paella. Explicaciones en un magnífico Spanglish.

¡Espectacular! La mayoría de ellos deberían tomarla con una sonda nasogástrica y el tipo aquel contándoles los tipos de arroz que hay, que si el agua de Valencia, que si el pimentón, que si el conejo (con perdón), que si su puta madre...... Mis hijos me miraban y me decían que de qué iba ese tema y la verdad es que no sabía exactamente qué decirles.

El show de Manolo La Nuit continuó y día tras día teníamos nuevas clases. Lo que hay que hacer para ganarse la vida. Yo pensé incluso que a alguna de esas octogenarias se la chuparía al tío, o incluso se la tendría que tirar, supongo que le entrará en el salario.

Al día siguiente vi cómo asistían a una clase de cata de vinos, pero con una pequeña diferencia, no escupían el vino se lo pimplaban directamente. La mamada cuando salí de la piscina era espectacular. Había dos tirados en el suelo con las piernas en alto, las potas se contaban por docenas, estaban cantando el Asturias patria querida (versión Deustchland & British, of course). Patético creedme.

Lo mejor Marbella, está preciosa a pesar de los pesares. Pero es lo único. Las playas son una mierda, estrechas, feas y llenas de piedras, un ruido infernal de la N-340. En Fuengirola los macarras con los cristales de los coches bajados y la música a tope. Le hubiera prendido fuego al pueblo, pero me acordé de los orígenes de Juan Gómez por esas callejuelas y cerré los ojos saliendo de allí lo antes posible (gracias por todo Juan, pero intenta poner orden en tu pueblo desde ahí arriba).


Al margen de esto, me lo he pasado de p.m. Me bañé en la piscina descubierta (estaba fría pero no era el Cares, ni Aigües Tortes, vamos que me la encontré cuando salí del agua). Mi hija Teresa incluso me acompañó como podéis ver.

Estuvimos en un parque de atracciones que se llama Tívoli. Es un puto sitio, pero para pasar una tarde está bien. Mi hijo Nacho se montó en todo, incluso en una torre que te deja en caída libre. La verdad es que le echó un par. Os pongo la secuencia. Especial interés tiene el careto de su madre "acojonada" por el salto mortal de su niño. La verdad es que la cara era parecida a cuando le hago el salto del tigre con mi tanga de leopardo.



































Y por último, aunque no os lo creáis han vuelto las cerdas. Han sacado las tetas del armario, se las han vuelto a poner y ........... es acojonante cómo está el ganado (me estaré haciendo mayor, menos mal que sólo me gusta mi mujer)


Un beso pa´ toos

3 comentarios:

Gonso dijo...

Creo que me quedan tres provincias por pisar en España, y una es Málaga. Seguro que me estoy perdiendo algo estupendo pero no sé, no me llama y menos la costa del Sol. Por mí a Marbella como si la asfaltan con pepitas de oro que hasta que no llegue el huracán Benita y la tengan que hacer nueva me parece que poco se me ha perdido por allí. Luego veréis, acabaré yendo y al final hasta me empadrono.

Mike Muddy dijo...

Titus, parecen las vacaciones de un españoleto de "Cuéntame cómo pasó". Te ha faltado describir cómo te quemaste los pies en la arena de la playa porque la marea se llevó tus chanclas. Por cierto, a ver si vuelcas las fotos con un mínimo de orden y concierto. Con todo, enhorabuena por publicar.

PacMan dijo...

Si por mí fuera, todos mis viajes serían a campo y montaña, nunca a playa.
Creo que hemos claudicado cada uno de nosotros con lo de ir a la playa con nuestros lebreles. Vayas donde vayas -y creedme, he tenido que bañarme con ellos en lugares que juré no volver a pisar cuando era adolescente-, los sitios de playa son patéticos. Huelen a salado, a gasóleo de pesquero, a meados en el espigón, a giris despistados.
Me estaba acordando de cuando fuimos a la playa de Gandía en pleno mes de marzo, utilizándola como campamento base de escalada a Las Fallas. Recuerdo al menos dos viajes. El primero no tuvo precio, ¿eh Titus?
Ahora ya no vamos como panda de chico-chica-chico-chica con la expresión de "a ver qué pasa", porque las chicas ya no tienen nuestra edad, sino que son nuestras hijas...