
Calma, morriña y una conexión de banda ancha como Dios manda. Todo eso unido a que he
Ahora ya no oigo la algarabía de las golondrinas madrugadoras. No siento la brisa salada que me trae murmullos de mar. Mas todavía sonrío como un bobo al recordar qué buena estaba la cerveza de la tierra acompañada de "pescaitos". Unos días de playa nos han de servir a todos para recargar los morrales de energía positiva para los restantes días del año. Vini, vidi y engordidi. De sensaciones y recuerdos.
Estas vacaciones han sido especiales, ya que nos ha acompañado un amigo. Un niño en acogida, llamado Saad, con el que hemos compartido alforjas, yantares y pálpitos. Recorrimos con él los Palacios de los Nazaríes, el patio de los Arrayanes y de los leones -despojados de aquellos felinos de piedra esta vez-, y los jardines del Generalife. Nos asomamos a los muros de la antigua villa sexitana y sentimos el paso del tiempo desde el castillo de San Miguel. Siempre nos acompañaba la sonrisa de Saad.

Al final, casi cuando nos veníamos a Madrid, nos decidimos a

2 comentarios:
Bienvenido. Creo que habeis demostrado tener un corazon grande y fuerte. Acoger perritos descarriados tiene su punto pero lo que es para nota es darle la posibilidad a un chaval de descansar y disfrutar de todo lo bueno que nuestro mundo pueda ofrecerle. Mi admiracion sincera.
A Lucky le ha venido Dios a ver. Lo del chaval de acogida me parece impresionante. Igual te animas un día y nos cuentas su historia con detalle.
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