El págalo grande es el macarra de estas costas: se atreve incluso con los alcatraces, a los que acosa para que suelten su presa de pescado. Si pillan algún frailecillo desprevenido se lo papean. Sólo los gigantescos gaviones les plantan cara. Regresando de la isla de Noss, en las Shetland, una bandada de págalos perseguía nuestro barco. El yayo que pilotaba la nave, con un par, cogió unos trocitos de galleta y se los ofreció a las agresivas aves. Probablemente el tipo, pescador de muchos años y mares, tiene las manos como muestrarios de pollas y convenientemente encallecidas, así que los picotazos le debieron parecer caricias. Al ver la escena, me vine arriba y decidí probar, eso sí, ofreciendo a los págalos trozos bien grandes de galletas digestive para que no me arrancaran la mano. Fue un momento mágico. Por cierto, el compañero que me sacó la foto se ha ofrecido para hacernos el book 2008 de Miss Scarlett’s Band.
Un abrazo.
Foto: Miguel Berrocal
3 comentarios:
Felicita a Berrocal de mi parte. Mil veces intentas sacar a un bicho volando y mil te salen movidas. En mi caso es peor porque me salen borrosas hasta las de los leones del zoo que por lo poco que se menean yo creo que son de mármol.
Envidia de viaje, aves, mar...
Ojito con los picos ésos que yo me sé de uno que en su más tierna infancia le estaba dando pan a una oca cuando el bicho en vez de al pan se fué al queso y casi me rebautizó Farinelli.
Que cabrón, pelín de envidia. Espero que te piquen en los huevos un poco. Te den
Este Berrocal es un artista. No sólo se atreve con los págalos en las distancias cortas y los saca posando y mirando al Mar del Norte, sino que ha confirmado que se atreve con fauna aún más comprometedora si cabe: MSB. Un suicidio profesional. No sabe a qué suerte de pájaros les va a tratar de sacar su lado "Nature".
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