El comandante ha dimitido. Ya le vale.
Mala señal para él, eso significa que tiene un pie en el otro barrio y el otro en una pastilla de jabón, porque si no a éste no lo saca de ahí ni la Guardia Civil. Bueno a lo mejor la Guardia Civil si lo hubiera conseguido pero la CIA no.
Buena señal para los cubanos, frivolizando, por lo menos se libran de los discursos de siete horas. No aguanto yo medio minuto de discurso de los de aquí, imaginaros siete horitas de perorata.
Castro es un símbolo para muchos por aquello de la revolución, la lucha contra el gigante Yankee, que tiene su punto y por esto y aquello. Pero no deja de ser un dictador, 49 años al frente de algo son demasiados, sobre todo si los que te siguen lo hacen porque no tienen más remedio. Muchos en Cuba, para celebrarlo, brindarán con champán, bueno no, que no tienen, mejor se tomarán unos mojitos y le echarán un polvo al prójimo o a la prójima de turno que suelen estar muy buenos. Sobre todo ellas. Otros muchos lo echarán de menos, quizá porque no han conocido otra cosa. Los de la carcel o el cementerio no podrán decir nada y en Miami fiestón por todo lo alto. Pues no deja de ser un dictador menos. Aunque tenga suplente.
Yo no he estado en Cuba pero todo el que va viene sorprendido por la gente. Cuba atrae. De todo el vasto Imperio. ¿no podríamos haber conservado una islita?
Patria o muerte, Si se puede elegir... pues patria.
2 comentarios:
Gaspy (es decir, Llamazares), Hugo (es decir, Chávez) y Oliver (es decir, Stone) le llorarán. Me hubiera gustado conocer la Cuba de Castro, pero me temo que me va a pasar como con la Nueva York de las Torres Gemelas. El comandante pronto se encontrará en las calderas de Pedro Botero con Pinochet y podrán hablar de las diferentes formas de joder a un pueblo.
Alguien vendrá que bueno me hará.
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