lunes, 11 de febrero de 2008

CUESTIÓN DE AMOR PROPIO (¿Para el Hofmann?)

Me ha costado encontrar un título para disimular que voy a escribir acerca de un tema espinoso: el porno. Asuntos como éste requieren cierta planificación y reflexión antes de usar un término u otro para no herir o escandalizar a los corazones más puros y a las morales más inoxidables. La tentación de caer en lo procaz y obsceno es a veces insalvable y la carne es débil, pero intentaré por todos los medios mantenerme a la altura de las circunstancias y que el verbo fluya por cauces serenos y no acabe en cascada imparable. (Nótese lo fino de ésta última frase).


Digan lo que digan, cualquier varón de entre los 13 ó 14 años y hasta que el cuerpo aguante, en algún o muchos momentos de su vida se ha visto con un par de cosas entre manos: en la izquierda una revista guarra y en la derecha su "hermano pequeño" o "el músculo del amor", como ya se le ha llamado por aquí. Los zurdos al revés y los más mañosos alternando porque en la variación está el gusto.



Con Internet, el acceso a material gráfico que despierte al indio es más sencillo, pero en nuestra adolescencia lo que teníamos eran las revistas de tías en bolas y posteriormente con la llegada del video las películas porno. (Hasta ahora va bien, un par de eufemismos y de expresiones poco literarias pero no excesivas).
El principal problema de las revistas era dónde guardarlas. Este problema también lo tenían nuestros mayores que buscaban los sitios más recónditos para alejarlas de nuestras inocentes miradas. Esfuerzo inútil. Oficialmente Interviús, Penthouses y Playboys se compraban por los interesantísimos artículos que contenían, pero que una vez leídos en vez de tirarlas a la basura, como cualquier otra revista, se guardaban para posteriores lecturas. Como excusa apesta pero para nosotros abría una via de acceso a la carne lujuriosa.
Mi primera cacería dió como resultado ver a alguno de los mitos masculinos de la época en pelota picada. Recuerdo como si fuera ayer mi encuentro con una famosa musa que se convirtió en la primera de la lista con la que compartí momentos de solitaria actividad. (Este párrafo ya apunta algo más pero con sutileza, nada que sea explícito. Sigamos).
Muchos años más tarde tuve la oportunidad de conocer a una de esas damas de papel y conversar con ella. Mientras hablábamos no podía evitar ver la imagen de un adolescente dando rienda suelta a su desenfreno con aquella señora, veinte años más joven y con un cuerpazo desnudo de escándalo, como fuente de inspiración. (La imagen que evoca el párrafo puede provocar algo de tensión pero las formas son correctas).

De buscador de carnes escondidas, llega el momento en que nos convertimos es escondedores de las mismas para que no te las encuentre quien no te las tiene que encontrar. En casa optamos por el arte. La unión entre publicaciones proscritas y músicas varias fué la mejor solución. Toda aquella revista que caía en nuestras manos encontraba refugio-escondrijo dentro de las fundas de los antiguos LPs. Un momento crítico lo vivimos cuando nuestra madre dijo aquello de "Cada vez tenéis mas discos, ya no caben en la estantería, vamos a hacer limpieza..." Aquél "vamos" nos heló la sangre pero por suerte no llegó la sangre al rio ni las revistas a la basura. El caso es que no habia más discos pero sí que eran más gordos.


La aparición del vídeo fué una nueva fuente de inspiración. Es conocido el episodio en que de manera inesperada la rana Gustavo compartió tiempo y espacio con alguna gimnasta del amor. Lástima que no guardamos constancia documental de la ficha artística de la película que aquél grupo veía a la hora de la nocilla hasta que pasó lo que pasó y salieron todos huyendo con el rabo entre las piernas o mejor dicho más cerca del ombligo que otra cosa. (Este último párrafo un poco más explícito pero es que no sé que me pasa que me ha empezado a temblar el labio y el ojo izquierdo).




Termino, que esto de ir midiendo las palabras es agotador. Con lo fácil que hubiera sido describir una de esas páginas guarras donde aparece una tia con las piernas abiertas (Uy, Uy, Uy que algo malo va a pasar se me está yendo la pelota...) dejando al aire un coño rasssssurado y empapado que acaricia con una mano mientras que con la otra se pellizca unos pezones inhiestos que explotan en el centro de las aureolas de unas fabulosas tetas redondas y poderosas. Esa tia, con cara de loba, con los ojos entrecerrados y la boca entreabierta por donde asoma una lengua acostumbrada a la carne...

(¡Hala! al final se jodió, no pudo ser. Lástima, con lo bien que lo iba llevando, y todo se fué a la mierda en el último segundo).

Esto ya no hay quien lo enderece. En fin, de perdidos al rio, que quien más quien menos se la ha pelado como un mono y quien dijo eso de tenerla como el mando del scalextric, no le faltaba razón. Hala a cascarla.

(Qué desastre)

5 comentarios:

PacMan dijo...

Buen intento. Has pasado por el asunto por todas las gradaciones posibles: empezaste con prudencia y mesura, seguiste con guiños al verbo y acabaste como el rosario de la Aurora. Pero como la carne es debil, al final todo volcán explota, toda presa se desagua y todo fluido se vierte...

Por cierto, las fotos en B/N son espectaculares. Complemento evocador a la par que "fisno".

Pepe dijo...

Enhorabuena Gonso. Prosa cuidada, material gráfico de alto nivel, temática de interés público aunque con un deselenlace por otra parte esperado. Sigue así y sin duda conseguirás superar tus increibles registros de la 1ª gala de los premios Charly.

Mike Muddy dijo...

El sexo es la perdición del hombre. Pensé que con los años la tiranía aflojaría, pero esto va cada vez peor...

Gonso dijo...

Si lo dices por la publicación del post tengo que decir que desde que me pusiste deberes para el Hofmann, y si no recuerdo mal mi tarea era escribir sobre el porno, pues eso, que no he parado de darle vueltas al asunto y de momento me ha salido esto.

Pero si...

esto va a peor.

Titus Jones dijo...

Sigue así Gonso, quizá te vote a ti en lugar de a mi en los premios Charly