Esta semana ha tenido lugar una nueva edición de la feria de arte contemporáneo ARCO. Siempre que cruzan ante mis ojos imágenes de las obras expuestas me surgen una serie de preguntas para tratar de entender como algo así puede ocupar no se cuantos pabellones de Ifema año tras año. Ahí van:
¿Es una feria? Si evidentemente, es una feria en toda la extensión de la palabra, los coches de choque y la tómbola de la Chochona encajarían perfectamente.
¿Lo que se expone allí, es contemporáneo?. Evidentemente también. El mal gusto del ser humano debió surgir en la época de las cavernas y desde entonces ha ido perfeccionándose lentamente hasta nuestros días donde ha experimentado un crecimiento exponencial debido al uso de la tecnología para los fines más vomitivos.
¿Es arte?. Esta pregunta lleva a otra: ¿qué es el arte?. De siempre he pensado que arte eran los bisontes de Altamira, la Catedral de Santiago, La Gioconda, el Moisés de Miguel Angel, los frescos de la Capilla Sixtina, las óperas de Mozart, hasta los gordos lo Botero si me apuras. Te pueden gustar o no, pero en cualquier caso en todas ellas reconoces elementos que definen a su creador como un ser humano excepcional dotado de unas cualidades vetadas al resto de los mortales por los siglos de los siglos y donde el concepto de belleza se muestra a borbotones. No dudo que en ARCO se experimenten emociones profundas de esas que te llegan dentro, más en concreto esas que consiguen revolverte los hígados y hel-arte la sangre de las venas. Me temo que hel-arte que muestra ARCO no es más que esto, echarle morro para provocar y para reírse de los pobres incautos que acuden a Ifema pensando que lo que van a ver está relacionado con eso que llaman cultura, kultura que ahora parece que mola más.
Como os podréis imaginar members, después de esta reflexión sólo una cosa puedo gritar a los cuatro vientos como en su día lo hizo nuestra Señorita Escarlata: ¡A Dios pongo por testigo que no pisarán mis pies tal evento en toda mi puñetera vida!
3 comentarios:
A estos artistas, en el siglo XVI, los quemaban en la hoguera. Pero como ahora vivimos una era de tolerancia, hasta se harán millonarios a costa del papanatismo de algunos. Conmigo que tampoco cuenten.
Sois unos ignorantes, no conoceis el concepto de "arte humorístico". Un menda hace una cosa rara, bien convencido de que está provocando reacciones o bien sabiendo que cuanto más raro sea el producto mejor, porque para asombro de todo el mundo hay gente pa' to'. Unos verán la modernidad en cualquier cosa, otros una tomadura de pelo. El autor se descojonará de la risa si encuentra comprador y otros muchos, si no te lo tomas por la tremenda, se partirán por el eje al ver el bodrio de turno.
Yo hace tiempo que superé eso de la tomadura de pelo, con no mirarlo me ahorro alguna indigestión...y 32 aurelios de la entrada.
De todas maneras no todo es igual, hay cosas que están bien.
Lo mejor es cuando entrevistan a la comisaria de esta cosa y trata de vender las excelencias de las propuestas artísticas. Vivimos tiempos de papanatismo y mediocridad.
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