lunes, 23 de junio de 2008
NUNCA MÁS RESIGNADOS
Tengo un madroño en el patio de mi casa. De año en año lo podo, lo riego, lo cuido, y de año en año me da frutos. Sus frutos rojos son dulces al paladar, contados y especiales. Cuando estoy en plena recogida me gusta narrar a mis hijos que el ciclo de la vida está en todas las cosas, y que de la tierra, el agua y el sol nacen los tallos, las hojas y las bayas que luego nos comemos, nos bebemos o elaboramos en tartas.
Pasa algo parecido con la selección española. De año en año, la sigo por la tele para ver cómo se clasifica, que se clasifica siempre para el Mundial o la Eurocopa de turno. Sus frutos rojos son dulce sabor de victoria, por contados y por especiales. De año en año, me ilusiono con el juego o con los goles, rara vez con ambos, pero me ilusiono. Y llegados a cuartos, los pulgones rivales me arruinan la recolección merecidamente esperada. Oh, selección, mi selección. Oh, capitán, mi capitán. Y lo peor no es perder. Lo peor es escuchar al oráculo ventajista postpartido que te espeta: "Ya te lo decía yo, que estos no pasaban de los cuartos de final. Son unos perdedores". No es lo malo el perder, sino la cara de jilipollas que se te queda y el por culo que dan los que se desmarcan de la derrota. Como si hubiesen nacido en Parma.
Pero no ayer. No podíamos perder. Ayer era el destino el que dictaba que Luis Enrique iba a ser vengado y los Tassotis y Baggios se iban a enterar. Estaba en mi mente. Había tres razones, entre otras, para que se produjera lo inevitable:
1.- La bruja Lola lo había predicho.
2.- De todos es sabido que TVE, y más concretamente Jose Ángel de la Casa, son gafes. Si no, que se lo pregunten a Fernando Alonso y Tele-5. ¡TVE es gafe! Por tanto, y como este año quien televisa los partidos es Cuatro, no hay razones para perder.
3.- Si me he recuperado de mi enfermedad con ayuda de mi familia y amigos, era con un propósito: ver pasar de cuartos, por fin, a la selección española.
Ayer Casillas era español, no madridista, Puyol tres cuartos de lo mismo y Fábregas no jugaba en las British sino con la roja. Ya no más resignación, sino ilusión. Enhorabuena, Titus. Enhorabuena a todos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Ayer vi el partido con un madridista que se descolgó con estas declaraciones: "Esta no es mi selección, sino la selección de Luis". Hay que joderse. Tienes razón con los ventajistas, PacMan. Al final el tipo tuvo que callarse como una puta. Jamás he entendido esa interpretación mezquina del deporte. En esta selección no juega nadie el Atleti, pero es MI SELECCIÓN. E Iker es mi portero, aunque sea del Madrid.
¡Aúpa España!
Lo aberrante del caso es que parece -qué digo parece, LA REALIDAD CONTUNDENTE ES- que todos esos derrotistas han ido cayendo desde el pesimismo de años atrás, sembrado por tanto golpe de gestas fallidas, a la más confusa de las situaciones actuales: nacidos en España pero renegados que su selección. De resignados a contrarios. De reticentes a pájaros de mal agüero. De españoles a italianos. Pobre de aquél que reniega de lo suyo, ya que ni tiene espíritu de lucha ni tiene patria en definitiva.
Como dijo ayer Camacho en Cuatro, minutos antes del partido de ayer al escuchar nuestro querido chunda-chunda: "quien no se emocione con esto es que está muerto".
Yo no veo la camiseta blanca de mis amores por ningún sitio y no me acuerdo de ninguno de los que no están.
Es más, veo que Sergio Ramos no está al nivel habitual y no me hago cruces porque sea del madriz.
A ver ahora con los rusianos (como dice mi hijo) si podemos repetir victoria.
Veo que os lo estaís pasando seno. Eso esta bien. Yo me alegre ayer por Iker sobre todo, estandarte del madridismo, respecto a los demás me la pela literalmente.
Solo falta a hora que os la chupen vuestras respectivas y así la felicidad será completa.
Enhorabuena a los que se identifiquen con la selección de la Federación Española de Fútbol (que no de España).
Ayer por cierto solo vi el final del partido, el resto me lo pase estasiado mirando La Maliciosa y Siete Picos que estaban espectaculares con las últimas horas de la luz.
Titus, la gomina te está reblandeciendo el cerebro. Cuídate, maricón.
Publicar un comentario