Siempre que vuelvo de viaje con los chavales me digo a mí mismo y a todo el que me quiera escuchar que por éstas que son cruces no vuelvo a tropezar en la misma piedra y que conmigo no cuenten para pastorear adolescentes por esos mundos de Dios. Esta vez me ha tocado Tenerife. Surgió de la noche a la mañana y no me pude negar. Lástima. Todavía hay quien dice eso de "qué suerte, te vas de viaje" y alguno a lo mejor lo habéis pensado. Error. Viajar con adolescentes y adolescentas puede llegar a ser una auténtica tortura, sobre todo si el número es elevado. Esto es básico, si llevas un chaval llevas un descerebrado, si llevas dos, llevas dos descerebrados, si llevas tres... y si llevas 65 pues os lo podéis imaginar. El programa que llevábamos no estaba mal, senderismo a la montaña roja, espeleología en un tubo volcánico, piragua bajo los acantilados, descenso del cañón de Masca hasta el mar donde nos recogería un barco para ir a ver delfines, visita a las cañadas del Teide, compras en Sta Cruz, playa de Las Teresitas... y todo a 30 grados sudando como pollos en octubre. Podría narrar episodios y llenar páginas de estupideces protagonizadas por aquí mis primos, pero he decidido olvidarme de las veces que han perdido el móvil y la cartera, de las veces que preguntan cuánto falta para llegar a donde sea, de las caras de asco cuando les paras los pies o el asombro ante un "NO" como respuesta a una petición descabellada. También quiero olvidarme de las innumerables ocasiones en que preguntan "¿por qué?" y no puedes decirles "porque lo digo yo, y basta y vuelve otra vez a por uvas chavalote y te hago una cara nueva". Sería poco pedagógico.
En fin, me conozco y sé que volveré a cometer el error y saldré de nuevo pero cada vez me cuesta más la salida y menos la llegada.
2 comentarios:
Dura profesión la del maestro, y aún más la del pastor de cabras. Mientras no se hayan accidentado, encamado o fumado en exceso ya puedes darte con un canto en los piños. ¿Éramos nosotros así de descerebrados? Hubo episodios, como el del "ráton", pero creo que teníamos al menos un gramo más de sentido común que los ternascos de ahora.
Gonso todo tu gremio tenéis mucho mérito, máxime en los tiempos que corren. Yo no me cambio por ninguno de vosotros ni harto de grifa. No obstante, sin duda lo peor de muchos de estos chavales impresentables serán sus padres, auténticos responsables de muchas de las malas conductas que verás todos los días. Te aseguro que si la excursión fuera con ellos en vez de con los hijos, directamente te hubieras tirado al Teide para no repetir la experiencia.
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