Tarde de sábado en el curro, lo cual supone salir de aquí al día siguiente. El motivo no es la puñetera y aburrida Liga BBVA que, gracias a Dios, ha terminado, sino la final de la Champions. Siempre hay un frente abierto. Lo que sea con tal de que cualquier plan que pudiera tener (una cena, un cine o un combo de las dos cosas... del sábado sabadete, mejor ni hablamos) se vaya al carajo. A mí antes me gustaba el deporte. Antes de trabajar en la sección de Deportes. Hace unos días vi la victoria del Glorioso en la Liga Europa en la redacción, con un ojo en el ordenador y otro en la tele, en vez de en mi casa, con mis hijas de corazón tan rojiblanco como el mío. Una putada. Grabé el partido y me lo puse después tranquilamente. Me acosté cerca de las 4 de la mañana.
El asunto me va a joder especialmente en la Eurocopa y en los Juegos Olímpicos, donde la devoción se convertirá en obligación y, por lo tanto, no podré disfrutar de una de mis pasiones favoritas. En fin. Hoy iré con el Chelsea, porque es el equipo de Torres y Mata y porque enfrente está el Bayern, que nos jodió injustamente aquella Copa de Europa del 74. Pero no será lo mismo que verlo en casa con una cervecita y unas patatas.
3 comentarios:
La maldición del trabajo: si no lo tienes, lo buscas desesperadamente. Peor si lo tienes, es como una bola de cañón atada al tobillo. Mucho ánimo. Y que gane el Chelsea.
Curioso, yo es lo que quería ser de pequeño......
Me imagino lo que pensará Nacho Vidal de su trabajo. Probablemente os movais en la misma dimensión, ¿no?
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