Estamos orgullosos de nuestros hijos.
Han nacido libres en un lugar libre de dictaduras, en medio de la explosión digital. Medio mundo aplaudía a un país que se había reinventado a sí mismo desde los tiempos del "bienvenido, mister Marshall". Desde el pitido inicial les hemos enriquecido en los valores en que creemos. A saber:
- Humildad: deja a los fanfarrones alardear. No seas del Real Madrid.
- Naturalidad: ni la ropa, ni el maquillaje, ni la silicona van a hacer de nosotros mejores personas.
- Justicia: existe el negro y el blanco. Hay que entrenarse todos los días para detectar y no elegir el camino a Mordor.
Los Cifuentes Peladillo no ansían más de lo que les damos. Visten con naturalidad. Odian el merengue en sus diversas facetas. Son buenos chicos. Discuten como buenos chicos. Riñen y gritan como buenos chicos. Cada vez más, contestan y muestran su desacuerdo en cualquier situación. Les ha cambiado el carácter. Sufren continuos cambios de humor provocados por convección termoquímica de hormonas. La adolescencia nos vuelve a todos partícipes de un Dragon Khan de sentimientos. Tan pronto estamos en un clímax de gritos y portazos (¡no aguanto más a mi hermano!) como nadamos en el mare tranquilitatis (te quiero, papi). Siguen igual de despistes que siempre (¿quién ha visto mi nintendo?). Alternan las clases de inglés con los entrenos de basket y el solfeo. Novi@s no se conocen aún. Han pasado de media de notable, a un notable descenso. Queda un año para que empiece el baile de la selectividad y nos tiemblan las canillas. Hasta de Choco.
Estamos orgullosos de nuestros hijos. Hasta ahora.
PD: venía teniendo ganas de un post doble, de esos de doble vertiente. Ma quedao currao.
4 comentarios:
Bien, la cosa queda equilibrada. Compartimos con nuestros hijos una infancia feliz; la nuestra, más modesta, pero feliz igualmente. Les hemos dado cosas que nosotros ni soñamos tener de niños (pero esta ecuación se puede aplicar a nosotros mismos y nuestros padres). La diferencia, quizás, será el futuro. Negro lo pintan, aunque nadie lo ha visto; nuestra obligación, en cualquier caso, es darles las herramientas para defenderse.
Yo lo he dejado de leer en cuanto has hecho referencia al Madrid. Los Atléticos sois unos imbéciles de tomo y lomo, además de unos acomplejados.
Piensa que ningún Atlético nacido después del 99 ha visto a su p. equipo ganar al Madrid...y lo que queda. ¡Que os follen!
Reconócelo, Titus. A los merengues os pone eso de ser el enemigo a batir e ir de fanfarrones. Es un estereotipo, igual que el nuestro. Al menos te concedo un empate en tópicos y generalidades... Lo que os jode es que en los últimos años el equipo ese tan acomplejado se haya marcado tres títulos europeos.
Creo sinceramente que nuestra generación lo ha hecho más mal que bien respecto a la educaión de nuestros hijos. Y es que es más dificil educar como dios manda en la abundancia. No obstante estoy convencido que muchos cosas buenas quedará en su disco duro.
Buen par de posts, Pacman
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