"Día 6: salida de Moralzarzal; paradas: Burgos, puerto del Escudo (comida) y Santander (visita a mis tías y noche en camping).
Día 7: visita exhaustiva de Santander. Salida hacia camping de Potes parando en Santillana, cuevas de Altamira y barranco de la Hermida.
Día 8: visita a Fuente Dé, incluida excursioncilla y descanso en Potes, visitando también Santo Toribio de Liébana.
Día 9: salida de Potes y baño y comida en Llanes. Llegada a Camarmeña, inicio de la senda del Cares y fin de etapa.
Día 10: ruta del Cares de ida hacia Caín (comida) y vuelta. Viaje a Cangas de Onís y cena (cabreo con compañeros).
Día 11: subida a los lagos de Covadonga y al santuario de Covadonga. Descanso en Cangas.
Día 12: viaje hasta León (última noche). Paradas en Ribadesella, Villaviciosa (comida), Oviedo y Gijón.
Día 13: último día. León- Moralzarzal- Madrid, con paradas en Valladolid y Segovia. Comida y final de viaje en Madrid."
El Modesto que escribía, tenía 23 a punto de 24 años, la carrera recién acabada y una autoestima por los suelos. El día 8 por la tarde, en plena jornada de turismo por el valle de Liébana, formalizó verbalmente su primer contrato temporal en una cabina telefónica. Lejos aún de la era de los smartphones, comunicó a su futura empresa que se incorporaría el 1 de Septiembre. Una gran noticia que no menoscababa su principal sentir en aquel viaje: la sensación de salir del nido protector pero asfixiante de la familia. Al contrario: los cambios se concentraban en aquel año: final de los estudios, primer trabajo, viaje con los mejores amigos, primera novieta... Quizás el año 1987 tuviera algo que ver por fin con el resto de su vida... Quizás no.
Sobre el incidente del "cabreo con compañeros" en Cangas, en una terraza a la orilla del Sella, decir que se ha sobrevalorado: Modesto sólo trataba de dejar una propina de veite duros en agradecimiento por las viandas asturianas que habían trasegado. El fondo común lo llevaba Modesto, así que como la moneda volvió a sus manos después de recogida del plato de las propinas, en un arrabato acabó en las aguas del río para estupor generalizado del resto. En justicia, fue la madre Asturias la que se llevó la moneda. Modesto sacó el caracter de los Cifuentes y se ganó la mofa de los otros 6 expedicionarios, pero eso no empañó el gran viaje que llevaron a cabo.
La Asturias que redescubrí el 87 era una maravilla natural que no preveía. Picos de Europa fue un descubrimiento glorioso, sólo comparable al que hice cuando pisé Pirineos por vez primera. Una tierra verde, natural y empinada que atraía a madrilenos como a las moscas. No fue mi primer ni mi último viaje a tierras asturianas, pero sí fue el más intenso y revelador. Guardo grandes recuerdos de la Asturias del 87.
5 comentarios:
Éramos jóvenes y con pocas preocupaciones...
Paco, ¿Volvemos a Cangas?
Cangas de Onís es el corazón de Asturias. Está a casi 100 km de Oviedo pero no concibo ir a Asturias sin visitar la cuna de la Reconquista. Ese Pelayo. Esa cruz bajo el puente de piedra. ¡Ese gesto de arrojar la moneda al Sella!
Si buscamos un poco en el río todavía encontramos la pasta.
Asturias fue la confirmación de lo experimentado un año antes en Galicia. Con escasos medios pero cargados de ilusión hicimos un viaje inolvidable.
No recordaba mucho de los detalles del viaje, pero lo de la moneda al Sella, si. Fue un puntazo, realmente sorprendente. Lo de tu primer contrato tampoco lo recordaba. En cambio, si la subida y bajada a los Lagos de Enol en el Supercinco y aquella canción de "me olvidé de viviiiiiiirrrrr".
Gracias por permitirnos recordar.
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