jueves, 17 de septiembre de 2009
SE ABRIÓ LA VEDA
Según una reciente sentencia judicial calificar a un jefe como “hijo de puta” no es pecado merecedor de despido. No podía haber elegido el juez de turno un mejor momento para soltar una bomba así, en esta época de relaciones laborales revueltas, con ERE´s, PDR´s y despidos a la orden del día.
Y es que en momentos de tensión que mejor que soltar adrenalina acudiendo al despacho del superior para soltarle en su mismísima jeta que es un hijo de las cuatro letras. Unas veces se tratará de un insulto infame y otras muchas será simplemente un diagnóstico certero o incluso benévolo. Sea como fuere y con este precedente, nada va a pasar, pues como dice el señor juez, el término en cuestión está tan integrado en el lenguaje coloquial que por defecto no se debe considerar un atentado al honor del aludido.
Para colmo de desdichas del empresario denunciado, no va a tener más pelotas que readmitir al trabajador lenguaraz. Ya me imagino las escenas por los pasillos al día siguiente de reincorporarse. “Buenos días, joputa”, “perdón hijo de puta, ¿me puedo ir hoy un poco antes?”, “no le he llamado imbécil, le he dicho hi-jo-de-pu-ta, no se vaya usted a pensar”. No se me ocurren motivos que impidan al readmitido o a cualquier otro empleado continuar haciendo uso habitual de un lenguaje tan coloquial al dirigirse a su amadísimo jefe.
Si ves las barbas de tu vecino pelar pon las tuyas a remojar. Por esta razón los Franco brothers por si las moscas hemos decido instalar unas alfombras rojas y unas neveritas tipo mini-bar bien surtidas en nuestros despachos para poder agasajar convenientemente a todos aquellos compañeros que deseen manifestarnos a las claras lo que opinan de nosotros. Hijoputas vale, por definición lo somos, pero lo de poco hospitalarios ni de coña. Un calificativo tan barriobajero si que sería intolerable.
Y es que con el honor no se juega. ¡No te jode!
PD: 2/10. Estamos en línea. Y sin recurrir a tetas... de momento
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3 comentarios:
Que hijoputa el juez
Hay buenos y malos jefes; buenos y malos empleados... Pero en el caso de la judicatura hay pocos matices.
Somos unos "hijosdeputa" en cualqur caso hagamos lo que hagamos. Vivamos con ello.
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