viernes, 25 de septiembre de 2009

BIBIANADAS


Hace algún tiempo me citaron a un acto organizado por la sociedad española de contracepción (SEC), un coñazo de no ser por la presencia en el programa de la excelsa ministra de igualdad (ministra que da igual) y esto me hizo confirmar mi presencia en el evento. Tenía curiosidad por conocer en persona a una de las ministras más incultas de los últimos siglos como demuestran alguna de sus declaraciones: “un feto de 4 meses es un ser vivo pero no es humano”.
Pues bien esta ministra va a conseguir en breve la firma del anteproyecto de ley sobre la ley del aborto que posteriormente se debatirá en el Congreso.
Este artículo no pretende crear debate sobre el aborto, aunque ya conocéis mi postura en este tema, solo quiero llamar la atención sobre algunos hechos objetivos especialmente escandalosos de esta ley.
Como sabéis permite la dispensación libre en las farmacias de la píldora del día después a menores de edad. Esto no puede ser ni a menores ni a mayores, se trata de un medicamento y las medicinas tienen por costumbre curar en la mayoría de los casos, en otras ocasiones producen efectos adversos leves o efectos secundarios graves que pueden conducir a la muerte del que los toma. Todo esto se especifica en las fichas técnicas del producto. Los medicamentos es lo que tienen, por eso siempre son manejados por facultativos que tienen en cuenta todas las circunstancias y se hacen responsables de su prescripción.
Este es el primer caso en España donde una niña se puede auto prescribir un medicamento, sin conocimiento de los problemas que conlleva toda medicación.
Me hará gracia (es un decir) cuando se produzca un problema, que lo habrá, y el responsable será el farmacéutico que ha dispensado esta medicina a pelo. Os aseguro que esta responsabilidad no querrá ser aceptada por muchos farmacéuticos que conocen su oficio.
Aquí entramos en la objeción de conciencia no admitida en el proyecto de ley, según el cual los farmacéuticos están obligados a dar la pastilla. Supongo que el gobierno pagará su seguro de responsabilidad civil.
La objeción de conciencia está regulada en la constitución y esta ley no la puede conculcar.
Esto son cuestiones técnicas y se pueden discutir si es mejor una ley de plazos o una ley de supuestos pero lo que realmente me preocupa es que la ley permita abortar a menores de edad sin conocimiento de sus padres. Me preocupa como padre de dos hijas y como persona. No se puede romper la confianza paterno filial y no se puede trivializar la vida humana hasta ese punto. En la conferencia habló un conocido ginecólogo: Santiago Dexeus, os aseguro que no es nada sospechoso ya que fue de los pioneros de la anticoncepción en España y es muy consciente de los derechos que tiene la mujer.
Este doctor, partidario de la ley, especificó una cuestión muy importante, “ no podemos permitir que la pastilla del día después se convierta en el último cubata del botellón de turno”, “ es más importante la educación y la formación que las políticas de anticoncepción aplicadas a los menores”.
El ginecólogo se lo hubiese soltado a la ministra si hubiese ido pero mandó a su segunda que como buena política nos metió una bacalada política defendiendo el proyecto en nombre de “los derechos reproductivos y sexuales de la mujer” coletilla muy utilizada por la progresía.
Como os digo no estaba la ministra ¡que desilusión! Y no pude hacerme una foto con mi líder cagasmática , pero como podéis ver en la foto está encantada de conocerse.

Esto es un lujo tercera entrada en un mes, pero el tema lo merecía.
Saludos del lado oscuro.

2 comentarios:

Mike Muddy dijo...

Lo que más me sorprende de todo esto es lo anestesiada que está la sociedad española, supongo que bajo la premisa de que "a nosotros no nos va a ocurrir". Como Yiyi, dejo al margen mis creencias y mis reticencias morales a esta reforma. Como padre de dos hijas me parece un escándalo de primera magnitud lo que pretende esta indocumentada ministra arropándose en la demagogia.

PacMan dijo...

Para los médicos de guardia va a dejar de ser un trance tener la conversación con la parejita de las 4 de la madrugada. Si los efectos secundarios lo permiten, aquí acabará la cosa.