Durante siglos el único recurso con que contaba el profe era la tiza. Mapamundis, globos terráqueos, esqueletos y cosas así se podían encontrar en los colegios mejor dotados, pero incluso en esos lo que se hacía imprescindible era la tiza, la pizarra y el borrador.
Nadie se planteaba si el (puto) polvillo del yeso fuera molesto, manchara la ropa, resecara las fosas nasales y cosas así. Era lo que había.
Recuerdo un profe al que los alumnos mayores le plancharon o cosieron un tigre en la espalda de su bata pasando a conocerse como "el tigre de la pizarra". El tal tigre escribía a toda leche sobre el encerado, dando unos golpes tremendos con la tiza que acojonaban al personal. Si alguien se atrevía a tan siquiera murmurar, recibía el impacto certero en el entrecejo de una tiza lanzada con precisión de misil scud. No se movía ni Dios y por supuesto nadie se quejaba.
En muchos sitios, hace tiempo que los rotuladores y las pizarras blancas sustituyeron a los yesos y tableros verdes o negros. Como profesor sólo he conocido esta variedad y recuerdo con terror los primeros ejemplares de rotuladores que me tocó usar. Eran una fuente de intoxicación permanente. Me cogía unos colocones por esnifar velledas que muchos de los que le daban al supergen hubieran querido para ellos. Por fortuna eso ya no pasa; o los rotuladores han evolucionado o ya soy drogadicto.
Con la llegada del ordenador hace unos años las cosas han empezado a modernizarse a toda leche. Los proyectores ya son historia, lo penúltimo son las pizarras digitales. Peaso de invento.
En resúmen no es más que un ordenador con un proyector conectado a una pizarra táctil donde escribes con unos rotuladores (que no pintan) o incluso con los dedos. Lo que escribes te lo reconoce y lo conviertes, con un procesador de texto, en un documento que puedes imprimir en el momento y distribuir entre los chavales los apuntes que acabas de dar. Además, al estar conectado a internet el acceso a cualquier información, gráfico, imagen, sonido, video o lo que sea es inmediato. Todo a disposición del profesor.
En el cole ya tenemos unas cuantas y poco a poco irán sustituyendo a las antiguas pizarras blancas.
Debate:
¿Acabará el acceso sencillo a la información con el concepto clásico de la enseñanza?
¿Cuál es el futuro? ¿Alumnos desde casa asistiendo a una clase virtual?
¿Ya nadie va a meter un gol en el patio del colegio
Hala, examen. Tenéis una hora y al que pille hablando o mirando al de al lado me lo cargo.
3 comentarios:
Soy un sentimental: prefiero la tiza. Me hubiera gustado tener una pizarrita de ésas que usaban nuestros ancestros para tomar apuntes antes de que se inventaran los cuadernos, las caligrafías Rubio y los bolis bic. Pero si las nuevas pizarras van acompañadas de profesoras como la de la foto, bueno, me podría acostumbrar.
Me considero un integrado, pero el peazo pene que sale de la pared para dar vida al pizarrín electrónico ese es lo más feo desde la película de los Hermanos Calatrava (y que nadie se me ofenda).
Que conste que las que tenemos en el cole no son modelo-pene, son un proyector normal y corriente pero es que no he encontrado foto.
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