La vida es un cúmulo de circunstancias y de casualidades. Viene como viene y es difícil de explicar en muchos casos el porqué de las cosas sin recurrir a lo Divino. En nuestro día a día ocurrirán multitud de sucedidos que podríamos catalogarlos de una manera sencilla en happy o unhappy.
Dándole vueltas a este reflexión tan profunda, he desarrollado un teoría que quería poner en común con vosotros queridos memberfaces de MSB. Os cuento.
Uno de los últimos ganchos comerciales de los locales de alterne es declarar una franja horaria del día como la Happy Hour. Es nada más que un reclamo publicitario, por el cual tú puedes ponerte hasta arriba de birras y demás por la mitad de precio que te costaría fuera de esa franja horaria. Digamos que es una oportunidad buena, el problema es estar cerca del ese garito, a las horas que nos marquen y, encima, que tengas ganas de ponerte ciego (cosa cada vez menos frecuente).
Creo que este concepto puede ser aplicable al terreno familiar y en concreto al afectivo con nuestras parejas. Llevamos todos bastantes años casados y ya sabemos la carestía general a las que nos someten nuestras hembras en el terreno sexual. En mi caso verme la cara con mi mujer entra en terrenos casi milagrosos y santeros, por lo que me propuse intentar mejorar esta penosa situación.
Hice un estudio estadístico de las veces que me había tirado a la piscina en los últimos años. Fue difícil porque el número de zambullidas era muy pequeño lo que hacía que corriese el peligro de que el resultado no fuera significativamente estadístico. Aún así me pude en marcha. Datos lamentablemente bajos para cualquiera de los mortales... varones, claro. Lo que si marcaban estos datos era una tendencia por unas horas determinadas. ¡¡¡Joder!!! Era increíble pero se repetían las alunizaciones en los mismos momentos, es decir, primera hora de la mañana de los sábados, o los miércoles en el intermedio de la serie de turno de TV. Muy curioso.
Está claro que las necesidades del sexo contrario son distintas y eso nos obliga a optimizar los pocos recurso de los que disponemos, es decir, de las pocas oportunidades que tenemos de ejercer el Santo Matrimonio. Y todo este análisis me han hecho desarrollar la teoría de la Happy Hour y os invito a que vosotros la hagáis también en vuestro caso particular con vuestras respectivas.
Jugamos con una variable segura, es decir de probabilidad 1. Siempre, repito siempre, estamos a disposición del Mister para saltar al terreno de juego. Cualquier mínima oportunidad que tengamos estamos dispuesta a aprovecharla (no podía ser menos, somos MSB), hay que buscar que el árbitro nos pite penalty como sea.
Si esta situación la llevas a una escala de tiempos, es decir, superpones las horas que tenemos nosotros ganas (es decir, siempre) con las ellas (casi nunca) te dará una serie pequeña de franjas horarias las cuales no podéis dejar pasar, es decir, esos momentos son sagrados y deberéis estar en caso o cerca de vuestra chica porque estadísticamente es cuando más probabilidades hay de que tengan un apretón.
Yo he tenido que cambiar mis hábitos de vida a las franjas horarias de mi mujer, es decir, a las Happy Hours, pero aunque no demasiado ha merecido la pena y me ha permitido optimizar los recursos.
Cada uno tendréis los vuestros... algunos con más calma como levantarse un sabadito por la mañana con la tienda puesta. Habrá otros más rápidos aprovechando el intermedio de House o CSI, o los ultra rápidos que es un casquete aprovechando un cambio de gomas de Fernando Alonso. Cualquiera es bueno, siempre y cuando nos permita vaciar nuestro tanque lleno de amor.
Espero que esta teoría os sea útil. En cualquier caso, os deseo muchas Happy Hours en casa o donde sea.
Besos