Quizás, uno de los avances más notables del estado del bienestar son las vacaciones pagadas. Españolitos de toda suerte y condición, cuando llega el verano, coinciden alrededor del chiringuito playero, se cruzan con sus vecinos de comunidad haciendo la Ruta del Cares o se introducen en el mismo agua sospechosamente caldeada de Benidorm. No obstante, sorteando la sensación de suprema igualdad que nos produciría remojarnos cerquita de los famosillos de La Noria o bailar en localidades puestas de moda por un puñado de "Triunfitos", este año los nuestros hemos decidido ahorrarnos las caravanas y nos hemos quedado a la sombra de nuestro madroño.
Y a eso estamos, a la piscina, al izado y arriado de toldos, a la cervecica, al esfuerzo ciclista pero sin locuras y a la siesta "con premio". Entre tinto de verano y novela histórica, también hay tiempo para la fotografía paciente. Y como muestra, un botón. Espero que os gusten.
El enanito ha pasado sin nosotros muchos veranos. Esta vez no. -Dejad de meterme la manguera por el culo- parece decir con la sonrisa un poco rota.
3 comentarios:
Buenas vacaciones y muchos premios siestiles
Un abrazo
Luis
Buen destino.
Las vacaciones son dejar de ir a currar y no tenerse que levantar obligado por nada. Donde vayas da igual. Que lo disfrutes.
Todo lo que sea desconectar del curro ya es un premio, y más si estás rodeado de gente que quieres. ¡A descansar!
Publicar un comentario