domingo, 25 de julio de 2010

EL VIAJE A NINGUNA PARTE

Quizás, uno de los avances más notables del estado del bienestar son las vacaciones pagadas. Españolitos de toda suerte y condición, cuando llega el verano, coinciden alrededor del chiringuito playero, se cruzan con sus vecinos de comunidad haciendo la Ruta del Cares o se introducen en el mismo agua sospechosamente caldeada de Benidorm. No obstante, sorteando la sensación de suprema igualdad que nos produciría remojarnos cerquita de los famosillos de La Noria o bailar en localidades puestas de moda por un puñado de "Triunfitos", este año los nuestros hemos decidido ahorrarnos las caravanas y nos hemos quedado a la sombra de nuestro madroño.

Y a eso estamos, a la piscina, al izado y arriado de toldos, a la cervecica, al esfuerzo ciclista pero sin locuras y a la siesta "con premio". Entre tinto de verano y novela histórica, también hay tiempo para la fotografía paciente. Y como muestra, un botón. Espero que os gusten.

Las bicicletas son para el verano.

Michelle, my belle.

¿Se puede medir la felicidad? Si es así, esto es un 10.

El enanito ha pasado sin nosotros muchos veranos. Esta vez no. -Dejad de meterme la manguera por el culo- parece decir con la sonrisa un poco rota.

3 comentarios:

yiyi dijo...

Buenas vacaciones y muchos premios siestiles
Un abrazo
Luis

gonso dijo...

Buen destino.
Las vacaciones son dejar de ir a currar y no tenerse que levantar obligado por nada. Donde vayas da igual. Que lo disfrutes.

Mike Muddy dijo...

Todo lo que sea desconectar del curro ya es un premio, y más si estás rodeado de gente que quieres. ¡A descansar!