Largo o corto, asequible o imposible, estamos a un paso.
Quién lo iba a decir. En mi caso, debo reconocer que nunca llegué a imaginar que la selección podría acercarse a semejante lugar de privilegio. A diferencia del Madrid, que siempre estuvo, está y estará en la pomada, la selección es ganadora de nuevo cuño y cuesta un poco acostumbrarse.
No tengo apenas recuerdos gozosos del equipo nacional sino más bien todo lo contrario. Por supuesto que esa nueva denominación de "la roja" era impensable en tiempos pretéritos por cuestiones políticas ya superadas por la mayoría. Casi nadie se reconocía seguidor de la selección a excepción de Manolo el del bombo, símbolo un poco cutrecillo y más cercano al toro de Osborne, el copazo de anis y la boina que quizá ya no pegue mucho con los nuevos fashion players vestiditos de Versace y Calvin Klein. De todas maneras, yo le daría un premio a este tío por constante y precursor, aunque, eso sí, le recomendaría un cambio radical de imagen más acorde con los tiempos; que aparcara el bombo y lo sustituyera por un instrumento más 2.0 y se rebautizara como DJ Manolo, o mejor algo así como Manolo Fan Number One o supporter Manuel.
El tirón de la roja está superando los pronósticos más optimistas. Salvo algún patán contaminado por consideraciones territoriales o nazi-onanistas, digo nacionalistas, el personal está enganchado al equipo. No había visto tanta bandera por las calles ni tanta gente con la camiseta puesta el día de los partidos en mi p. vida.
Que el sector femenino se ha acercado al mundo del fútbol es un hecho indiscutible. De un tiempo a esta parte, no hay imagen de la tele de una grada donde no se vean tías animando a su equipo o a múltiples chicas periodistas conduciendo programas deportivos o haciendo entrevistas jurgoleras. Atrás quedan los tiempos oscuros del García y otros oráculos nocturnos y de aquí a poco seguro que tendremos a una locutora estrella hablando del Pablo, Pablito, Pablete de turno.
Esa incorporación femenina también la han aprovechado los diarios deportivos clásicos para añadir su toque de distinción y explotar la via casposa sacando secciones de chicas en el mundial en las que día si y dia también, aparecen en bolas o semi-bolas, hinchas enloquecidas, mujeres de futbolistas o modelos paraguayas que prometen desnudarse si su equipo gana, y si no también. Lo que no falla es que en los periódicos digitales los artículos más vistos no son las crónicas de los partidos si no la galería de fotos de "cheerleaders salvajes deshinibidas" o "Larissa cumple lo prometido".
De chicas y fútbol tuvimos nuestro ejemplo el dia de la semifinal en casa de Pepe, cuando nuestras santas gritaban nerviosas cada vez que un alemán se acercaba al área de Casillas. La calidad de sus comentarios técnicos futbolísticos no estuvieron a la altura de semejante partido, pero hay que valorar el esfuerzo y entender que nuestras almirantas son impermeables a la regla del fuera de juego.
Así pasamos a la final, entre tortilla del Carrefour y empanada de pulpo Paul, nervios, alegría y comentarios futboleros del tipo: "pues el árbitro está muy bueno".
A ver si hay suerte el domingo.
2 comentarios:
Después de lo visto, quizá deberíamos habernos dejado ganar por Paraguay. Ole, Larissa.
Larissa se despelotó anyway.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
Publicar un comentario