La final.
La naranja mecánica en su versión 2010. Otros que llegan sobraditos por haberse cargado a Brasil en un día tonto. De Brasil. Y también por acumular una inmaculada trayectoria de victorias. Sé que no vamos a golear porque ese es el lunar de España, pero de antemano tengo total seguridad en que vamos a ganar. Por si acaso me lo reservo para mí y si eso ya lo escribiré en algún blog por ahí.
Ver a la Roja en una final del mundial ya emociona, y ver rodar el Jobulani en los pies de los nuestros quita el hipo. Empieza el partido y al poco nos percatamos de que la naranja mecánica es más bien una sierra mecánica o una segadora. Pim, pam, zaca, hostión. Toma, toca, zas, hostión. Abre, pasa, raca, hostión. Duelen tanto las patadas como las contínuas protestas de los holandeses y más aún que el árbitro no les pare los pies. A base de golpes y presión nos descomponemos un poco. Sigo optimista, el único miedo es que lleguemos a los penaltis y nos hagan el lio. Los oranjes lo saben y se dedican a pararnos y a preparar algún sprint para Robben. Y alguno cae.
Casillas a Puyol, Puyol a Piqué. llega a Capdevila que devuelve, de nuevo Piqué que adelanta hacia Busquets, enorme Busquets. Xavi se retrasa y recibe, se apoya atrás en Xabi Alonso que a su vez abre a Sergio Ramos. Le cierran dos y retrasa a Busquets que al verse presionado busca a Xabi Alonso; el Jobulani bota como suele y cuando va a controlarlo aparece De Jong y le pega la patada del mundial; de la misma categoría de las que reparte por la espalda el tal Van Bommel, pero esta vez de frente y en mitad del pecho. Si en vez de a un chicarrón del norte pilla a Jesusito Navas, tenemos una desgracia. El trencilla inglés termina de retratarse al no sacarle la tarjeta roja, roja oscura, al tulipán negro.
Avanza el segundo tiempo y no marcamos. Tenemos nuestras oportunidades pero también nuestros sustos. Aparece Casillas y nos salva de nuevo. Sigue todo muy trabado: un uyyyy, un casi. pero llega el final con empate.
Nos queda la prórroga para escapar de la lotería. Entra sangre nueva, última oportunidad para el Niño Torres que por desgracia confirma que esta vez no será nuestro estilete. A Villa lo tienen acogotado así que la solución pasará por lo que hagan los bajitos. Xavi, Iniesta, Cesc y Navas que podrían vivir en Minas Tirith sin desentonar.
Minuto 100 y seguimos. Ya no estoy confiado, flojea mi seguridad, lo confieso. Me veo en la tortura de los penaltis y ahí puede pasar cualquier cosa.
En estas, Navas coge la moto por la banda y tira para delante sin que consigan derribarle. La jugada se va a otra banda y no sé porqué veo claro que es la nuestra. Me levanto y canto gol mucho antes de que pueda ser tan siquiera una buena oprtunidad. Pim, pam, toca, toma, devuelve, un pase, un rebote y uno de azul que aparece solo por la derecha: es Iniesta.
Mis nervios desaparecen. Lo veo clarísimo que es Iniesta y que será gol. El balón le llega dando un bote, chuta Andrés, la toca el portero pero llega hasta el fondo de la red. Es gol. Somos campeones.
Es el minuto 116
1 comentario:
De cualquier manera, aún no nos hemos hecho idea de lo que se ha logrado. La perspectiva del tiempo engrandecerá esta gesta. La deuda histórica con el fútbol hispano está saldada en parte, pero algo me dice que este grupo está llamado a batir muchos más registros. Y nosotros que lo veamos.
Publicar un comentario