martes, 30 de marzo de 2010
CRISIS DEL SECTOR
Alguien en el blog dijo que para hacer blog se empieza leyendo todos los días, comentando las más de las veces y escribiendo de vez en cuando. Ahora recuerdo. Fui yo el que lo escribió.
Pues bien, voy a seguir escribiendo de mí mismo. Llevaba semanas sin leer, sin comentar, sin escribir. Soy un juntaletras de los que necesitan zarandear a las musas de la inspiración. Pero si no tienes voluntad, ¿cómo convocarlas tan siquiera? Después de los tiempos convulsos llega la calma del día a día. Después de la lucha contra los itinerarios alternativos por las calles y las autopistas repletas de otros al que el tiempo aprieta, llega la luz de la rutina, la senda trazada y cómoda que nos devuelve a la seguridad minimalista. Trazadas mil veces las rutas más descabelladas, volvimos al abrigo del puerto. Llegar a resguardo, comer en tus lares, volver en tiempos mínimos. Buena caza. Cristal y acero, al fin y al cabo no son tan malas compañías. En definitiva somos nosotros mismos. Menos cada vez, eso sí. Pero nosotros mismos.
Ha sido una catarsis no buscada. Y por eso me ha removido los más olvidados cimientos de mis convicciones laborales. He pulsado la volatilidad del trabajo que todos realizamos. Parece que los nuevos proyectos nos rehuyen. Que el dinero -público y privado- se ha enterrado huyendo hasta la llegada de mejores tiempos. Que la competencia ha logrado lo que porfiamos duramente nosotros. Siempre ellos. Nunca nosotros. Soy perro viejo y ya sé que esto es cíclico. Pero qué rabia cuando quedas colocado "el segundo" y te dan la enhorabuena por tu "gran trabajo y mayor entusiasmo". Los cojones. Dame el siguiente concurso y déjame en paz. Pero no hay dinero para el siguiente. Y a mi alrededor aletean compañeros de éxitos y se las piran atraidos por la luz de los contratos en otros pagos como las polillas alrededor de la bombilla. Suerte para ellos. Cada vez menos y con cara de gilipollas.
Saldremos adelante. Siempre se sale. Mientras que nos queden pepitos grillos (gracias Gonso) que nos recuerden y alienten, saldremos. Al fin y al cabo, somos unos privilegiados de vivir dónde y cuándo vivimos. Lo demás son las partes bajas de la sinusoide vital. Un cerrar los ojos, un abrirlos otra vez y estaremos subiendo la cuesta. Una crisis de fe la tiene cualquiera. Hasta el más fiel de los creyentes. Hasta el más creyente de los fieles. Ya pasó. Sólo que la fiebre nos ha dejado débiles. Un caldito con una yema y listos.
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4 comentarios:
A Escuer lo despidieron el lunes pasado con la excusa de que "no daba el perfil". Tengo que escribir sobre ello en el blog. Nosotros al menos conservamos el curro a la espera de que pase el temporal. Bienvenido al barrio, PacMan. Próximamente comemos.
No sabes cómo lo siento. Puedo oír en su cabeza los argumentos cocinados por los chefs de la panceta de turno: que si es una gran oportunidad, que si se estaba estancando, que si todavía tiene un gran futuro... ¿No daba el perfil? Conozco profesiones mucho menos bohemias que el periodismo, así que no sé de qué perfil estamos hablando. Dale un abrazo cuando le veas y vaya con él mi ánimo. Para él y para todos.
Bienvenido Mr Pacman, no se vuelva a mudar.
Lamento lo de Escuer, eso del perfil es una de las excusas más indignas e infumables de las que se inventan para darte la patada.
Ya he recuperado mi conexión, ahora sólo falta que mi Hal 9000 deje de reiniciarse cuando le dé la gana para poder ponerme al día con el blog.
Por cierto, seguimos sin noticias de VV y MM.
Malos tiempos para la lírica. Saldremos compañero aunque algún mal trago que otro nos llevaremos.
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