lunes, 27 de julio de 2009

EL SOL DE TÚNEZ (CRÓNICAS PÚNICAS I)

Una vez llegas al aeropuerto de Cartago, Túnez, te saluda tu imagen térmica recién salido del avión con aire acondicionado. Cada pasajero es enfocado con una cámara de infrarrojos con objeto de beneficiarse de los últimos avances en materia sanitaria tunecina, en caso de tener síntomas de gripe A. Frente a ti, una pantalla te muestra tal como eres en el espectro IR. Térmicamente sanos (y aliviados), luego te invitan a estampitas en el pasaporte y te abandonan al sol. Quien no esté febril, se contagia inmediatamente.

El sol de Túnez es el sol del Mediterráneo. Quien haya estado en Almería o en Benidorm -¿quién no ha estado?- sabrá de lo que hablo. Los hoteles de Túnez son como los hoteles españoles de la costa, sólo que sobrevalorados en estrella y media: lo que en Roquetas de Mar no pasaría de tres estrellas mejorado, en la costa tunecina les cascan un cinco estrellas y se quedan tan anchos. A la entrada te marcan como a reses. En lugar de una muesca en la oreja, pulserita para el niño y la niña. Todo incluido, con derecho a playa o piscina. Pese a todo, el veraneante que busque algún otro aliciente que las playas de arena blanca y fina, y los cuerpos de las integrantes del combinado ruski- polski tendidas a los UVA en las terracitas turquesa de la piscina, también encontrará su "target". ¡Cómo están las rusas!



Pese a ser un país de religión musulmana, los aires occidentales han suavizado las costumbres hasta tal punto que si no fuera por los minaretes que se alzan dondequiera que miremos, pensarías que te encuentras en el sur de Europa. El domingo es el día elegido para el descanso oficial, y no el viernes dictado por el Corán. La relajación religiosa me suena. En la TV local, descubro un clon de "Menudo show" pero sin Bertín Osborne. Los niños y niñas visten como en España, y sus expresiones y gestos me hacen pensar que la globalización era esto. ¡Qué horror!

De cualquier modo, el zoco es el zoco. Dicen los propios tunecinos que su segundo deporte es el regateo. Un dinar. Cinco dinares. Cien dinares. Lo poco de español que saben te lo sueltan, te caen simpáticos y te capturan para la causa. Ha sido una de las ocasiones en que más he regateado. Me entró la vena medio mora que todo español lleva dentro y me dejé llevar por el reto. Seguro que nos engañan, pero te haces el machito y sacas pecho como si les hubieras arruinado a ellos y a su familia de por vida. Allez, pasa por caja y suelta los dinares que te envuelvo la mano de Fátima de oro macizo que te llevas, monsieur. Desde Marrakech hasta El Cairo, siempre he sentido esa media sonrisa más que evidente. Cuando te invitan al té a la menta es que te la han metido doblada.



Por cierto, el primer deporte del país dicen que es el fútbol. Saben mucho de fútbol. Y allí todos resultan ser del Barça. Mala suerte. A pesar de Benzemá.

3 comentarios:

gonso dijo...

Ejercicio de agudeza visual:en la foto de las pulseras adivinar en menos de cinco segundos cual es la muñeca de pacman.

Túnez, never been, suena bien. Tuve una época vacacional que anduve literalmente de la ceca a la meca (Turquía, dos veces Egipto, Siria, Jordania...)Otro mundo.

yiyi dijo...

Estuve hace poco y me gustó, todavía hay un ambiente familiar que se ve en la gente sencilla
Es un país tranquilo porque no tiene reservas naturales de importancia (petroleo), viven de la agricultura, el turismo y las flores
Por cierto el jovencito omnipresente en todas partes y carteles es el dictador del país y tiene cerca de 70 tacos, el photoshop elevado a la máxima potencia

Mike Muddy dijo...

Me gusta Túnez, su mar (que es el nuestro) y sus ruinas, también familiares.