lunes, 23 de marzo de 2009
JADE GOODY: UNA JOVEN BBB
Os traigo hoy el caso de una joven británica que se embarcó en el casting de la tercera temporada de Big Brother -el Gran Hermano de las Islas Británicas- a principios del año 2002 con un curriculum impecable: 20 años, ayudante de dentista, con muy poquitos estudios y menos luces. Eso sí, quería ser BBB. Ambición no le faltaba. Calzaba en aquel entonces una figura con aire morbosillo repleta de curvas, que no escondía su absoluto desprecio por las reglas básicas de la educación. Falta de educación en ambos sentidos. Ni cultivaba su mente con lecturas que fuesen más allá de las listas del súper, ni dejaba entrever ningún atisbo de tacto al maltratar a sus compañeros de encierro con ordinarieces, insultos y obscenidades. Lindo repertorio. Borracha y medio desnuda en varias ocasiones, llegó a mantener sexo en directo -cómo no- y fuera del llamado "tiempo sin cámaras" con un coleguita que se le puso entre pierna y pierna.
Ejemplo a seguir para muchos jóvenes de nuestro tiempo, sin duda. "British celebrity" o lo que es lo mismo, famosilla. Y por ser eso, nuestra famosilla fue haciéndose hueco en los programas vampiro que surgen a la sombra de estos grandes engendros mediáticos que sintetizan lo peor de la TV basura. Entrevista tras entrevista se iba forjando un nombre y una imagen que ya estaba dentro de miles de hogares de toda condición, junto a figuras tales como Victoria Beckham o Camila Parker. Siguieron promociones como presentadora de TV, diseñadora de ropa y perfumes, escritora -¿dónde estará el "negro"?- y otras actividades sólo al alcance de unos pocos. Entre programa y programa también visitaba la comisaría y arrojaba lindezas lingüísticas en contra del marathon o cualquier actividad más allá de lo comprensible para su estrecha mente. Llegó a increpar con gritos racistas a una participante de otro reality por ser de origen indio. Lo que había sido su techo de popularidad, se convirtió en su vertiginoso y oscuro fondo en cuestión de 5 años. Para entonces ya era madre de dos niños y una de las mujeres más odiadas del Reino Unido. Y más admiradas también.
Ayer, su madre anunció su fallecimiento, y todos los ingleses, como es natural, lo sintieron. En agosto de 2008, tras serle diagnosticada una grave enfermedad incurable, tomó la decisión de expresar públicamente su deseo de que sus últimos días de vida fueran retransmitidos por televisión. Y aquí estaban los medios de comunicación para satisfacer las necesidades de libertad de expresarse de Jade y de informarse del público. De su público. Porque lo que alimenta a los medios es ese público, ávido de carnaza. Receptor de lo peor y casi siempre impermeable a lo mejor. No creo que el fenómeno de Gran Hermano sea diferente a uno y otro lado del Canal de la Mancha. También en España hay jóvenes que viven por y para un casting, haciendo colas interminables para ser famosillos como cantantes, mimos, payasos o simplemente por formar parte de los que están al otro lado de la cámara haciendo el cafre. O peor: haciendo NADA.
Es lo que muchos idolatran. El triunfo de un modelo de joven BBB. El triunfo de un "Born to living Big Brother".
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3 comentarios:
El papelón de los medios de comunicación en esta subida a los altares y bajada a los infiernos de estos (en el fondo) pobres diablos es estremecedor. He seguido el caso de Goody en sus últimas y patéticas semanas de vida y he sentido vergüenza ajena de cierta prensa... y de cierto público que compra la mercancía.
Es la pescadilla que se muerde la cola. La TV da carnaza a un público bajuno de perfil cada vez menos exquisito que pide, o exige, bazofia que no le haga pensar demasiado. Pero toda esta mierda tiene que pagar un peaje y en el camino se quedan los más débiles que además son los más incultos y manejables.
Esto del Gran Hermano es la punta del iceberg de esta mierda de sociedad que estamos creando y permitiendo. Nuestros hijos lo van a tener jodido para crecer en un mundo medianamente normal.
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