miércoles, 11 de marzo de 2009

HAY DÍAS QUE NO



Igual que tengo una rutina que ya comenté, tengo una manía que es precisamente seguir la rutina a rajatabla, ya que si me salto o modifico algo, voy de cabeza todo el día y achaco lo que me salga mal al hecho de haber alterado mis hábitos. Es una puñetera manía absurda e imbécil pero que me supera.
Ayer se jodió la jornada desde el principio. El primer acto nefasto fue apagar el despertador con la mano derecha en vez de con la izquierda. No sé porqué lo hice pero tal acto contra natura resultó ser el efecto mariposa de mis desgracias. ¿Qué más da usar una mano que otra? Pues no sé pero para mí es esencial y con ese acto absurdo di el día por perdido.
Descolocado puse el pie izquierdo en el suelo antes que el derecho pero me calcé la zapatilla derecha antes que la izquierda. Al revés que cualquier día.
Ya en el cole me tocó sustituir a mi compañero que no había venido por estar malo y todo lo que tenía organizado se fue al carajo. En el comedor discutí con otro profe, luego perdí las llaves de la taquilla y se me bloqueó el correo. A cada paso en falso, la justificación de no haber hecho las cosas como acostumbro. Mierda. Y todo por no apagar el despertador con la mano que toca.
De vuelta a casa un pequeño susto. Alguien del ABC le ha puesto una pancarta al director en su camino a casa y por intentar leerla casi enculo al de delante. Por un pelo. Si me hubiera puesto las zapatillas como Dios manda nada de esto habría pasado.
Sigue Murphy dando por saco y cuando llego a casa me entero de que mi esperada reunión con los amigos del cole se va al traste por un bautizo. Mierda again. Para el jueves un funeral y el viernes un marrón. Mi cuñada baila en el Obispo Perelló y allí estaremos toda la family para aplaudir. Un planazo ineludible color dark brown. Me queda House. Lo grabo todos los martes para poderlo ver cuando pueda pero el día me pasa otra factura y se me olvida darle al puto botón del rec. Me quedo sin capítulo.


Y de lo de Anfield no hablamos.