No suelo hacer crónica política, ni en este vuestro blog ni en conversaciones de barra de bar; vosotros que me conocéis lo sabéis. Otra cosa es que no me aguante ante tal oportunidad. Me levanto oyendo la radio y continúo escuchándola mientras conduzco de camino al curro, y hoy todo eran palabras de enhorabuena ante la abultada victoria del primer presidente afroamericano -negro, vamos- que afronta un mandato de cuatro años al frente de los E.E.U.U. Sin duda, un momento histórico.
Obama ha encarnado el papel estereotípico del candidato del cambio, con una salvedad. Si bien todos sabemos que se ha echado encima la campaña de ilusionar a un electorado norteamericano inmerso en la crisis financiera, con los fantasmas de dos guerras en Oriente y el terrorismo rondando desde antes del 11-S, Obama ha tenido que mirar a los ojos a sus conciudadanos y plantearles esa eterna pregunta que muchos aún no querían responder: ¿están preparados para ser dirigidos por minorías como una mujer o un negro? El eslogan "Yes, we can" encerraba la pregunta y la respuesta en tres simples vocablos, y tendrá continuación, ya que John McCain ha sido derrotado sin paliativos. Veremos a un moreno presidente como antes vimos a magníficos actores, jugadores de baloncesto y cantantes de raza negra gritar a los cuatro vientos que todos somos iguales cuando se trata de integrar esfuerzos y cualidades, y que sólo divididos los unos pierden y el resto gana.
Me sigue causando extrañeza que las elecciones en España estén aún tan orientadas por tendencia política e histórica -derechas contra izquierdas- mientras que en norteamérica el electorado se decanta por uno u otro candidato independientemente de si es republicano o demócrata; allí eligen a una persona que conduce, y de paquete viaja lo que tiene detrás, sin ser esto último lo más importante o lo único que se elige. En el caso que nos ocupa, no le pongo cara al segundo de Obama -no diré lo mismo de Sarah Pauling, en la palestra gracias a su doble de pega- ni quién se esconde tras de esa sonrisa ganadora. Lo único que sé es que la ilusión se ha impuesto al miedo, y eso sí es bueno para Estados Unidos y para todo el mundo. Espero que estos cuatro años sean de sumas y no de restas, como lo han sido desde que el amigo Bush hiciera patria contra el resto del mundo que no hablara el idioma USA. Sinceramente, mi felicitación a Barack Obama, a los demócratas, a los estadounidenses y por extensión, a todos los habitantes del planeta. Creo que Georgie Dann se equivocaba al cantar "El negro no puede...". Ya lo creo que puede. Ya lo ha hecho.
P.D.: Propongo una nueva encuesta: ¿cual es tu negro favorito? Que me perdone Obama, pero para mí no hay ni habrá nadie como Sidney Poitier. Nadie.
4 comentarios:
Mucha expectación ha levantado el asunto y estamos todos pendientes pero no tenemos que olvidar que por encima de demócrata y negro, Obama es americano con todo lo que ello implica. A partir de ahora le viene el problemón de cumplir con las expectativas que ha levantado y eso no es posible. Le deseo lo mejor por las consecuencias que se puedan derivar, pero no soy en absoluto entusiasta.
Lo de aquí es fácil de explicar. Nos hemos incorporado a eso de la democracia hace poco y necesitamos que pase muuuuucho tiempo para superar algunas barreras ideológicas y de actuación democrática.
Soy escéptico. Es yanqui y da lo mismo quien gane, lo único bueno de los yanquis es que tienen claro que deben defender los intereses de su país y lo hacen, habitualmente jodiendo al resto del mundo. Por ello creo que han cambiado para no cambiar nada
De acuerdo con Gonso, en España harán falta dos o tres genereciones para que la gente vote a quien les parezca mejor por encima de partidos y de ideologías y de abuelos fusilados en la guerra.
En cuanto Obama, este tio me da buena espina, me hace ver al tio Sam de otra manera. Todo será que acabe desengañado nuevamente. No obstante lo mejor de la llegada de Obama es la salida para siempre de Jorge Bush, un personaje siniestro y que a mi entender ha sido un verdadero cáncer para este planeta.
Obama representa, en teoría, la ruptura con los años oscuros de Bush y los neocon, pero en el fondo las cosas seguirán más o menos igual, con guerras donde hagan falta (con apoyo de la ONU para que nadie se rasgue las vestiduras), proteccionismo económico ante la crisis... Si acaso, como novedad, el nuevo presidente exigirá más compromiso a sus fieles aliados, con ZP a la cabeza. Es posible que EE.UU. sienta un poco de hartazgo de ser el gendarme mundial y que, encima, le odien por ello. Si no, al tiempo.
Me resulta ya un poco empalagosa tanta euforia planetaria por Obama.
¿Mi negro favorito? Buba, claro.
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