No lo puedo evitar. Me acuerdo de las frías tardes de invierno en el Vicente Calderón, en esos bancos de abrasivo hormigón enfermo de aluminosis, junto con mis viejos amigos, voceando al árbitro, chillando a nuestros jugadores, animando con palmas y cánticos, cosechando afonías, yendo y viniendo de Melancólicos a Pirámides. Hace ya casi veinte años de aquellos recuerdos.
Sin embargo, ahora he vuelto al viejo estadio del Manzanares a la zona VIP, con sandwiches y canapés y bebida gratis, con amables azafatas de corta falda, con asientos calefactados, con vidrios templados y pantallas donde repiten las jugadas, con plaza de parking incluida. Es otro nivel. No sé si mejor o sólo diferente. El caso es que sigue gustándome ir a ver el fútbol. Y si el Atleti gana, mejor.
5 comentarios:
Es una desgracia que tires el futuro de tu hijo por la borda. ¡Pero es que no hay nadie en esa casa que tenga un poco de sentido común!
Lastima
¡¡¡AUPA ATLETI!!!
¿A la zona VIP? Tú lo que eres es un "enchufao".
La explicación es que, en lugar de jamón, en navidades te invitan a ver fútbol. Lo que vimos el domingo es el reparto de un montón de tarjetas de felicitación y todas las remitía el mismo: el árbitro. Lástima de espectáculo. Pero así es el júrgol.
El estadio puede haber cambiado. Pero el atleti sigue siendo el mismo.
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