Y ahí probablemente esté el error, en obligar a que un adolescente lleno de granos se lea El Quijote o El Lazarillo o los Episodios Nacionales de Don Benito cuando uno no está preparadopara ese trago porque está precisamente pensando en otros tragos.
¿Qué pasa al final? Pues que simple y llanamente le cogen asco a la lectura y un porcentaje muy alto no se vuelve a enganchar en su vida.
Importantes personajes del mundo literario ya han defendido la no imposición de lecturas obligatorias y que la asignatura de literatura sea una guía de libros imprescindibles y poco más. En cualquier caso desde los coles insistimos que nuestros mostrencos tienen que leer, así que, ya por tradición escolar, ya por convencimiento, todos los años proponemos unos títulos oficiales. En inglés, echamos mano de los "penguin books" y colecciones similares y elegimos aquellos títulos que consideramos más atractivos para indefectiblemente descubrir que con estos pollos no aciertas nunca. Creedme que salvo algo de La sonrisa vertical, "Vertical smile?", he probado de todo.
Uno de mis grupos de este año se está leyendo "Misery" de Stephen King.
El otro día, una mocita pizpireta descubrió que existía una película basada en la novela y osó soltarme:"Oiga, si existe la película, ¿Para qué nos tenemos que leer la mier...? No acabó la frase al verme cambiar de color y cual Mazinger fulminarla con la mirada de rayos láser mientras apuntaba los puños con el deseo de que salieran disparados contra su nariz y dejársela como un pimiento.
Así está el patio.
¿A cuantos os mandaron leer El Quijote? ¿Quién lo leyó?
4 comentarios:
Personalmente, soy contrario a obligar a leer a nadie nada que no quiera. Creo que los cómics de Asterix y Obelix han fomentado más mi lectura y la de muchos como yo que El Quijote. Pero como algo hay que leer, es mejor fomentar los relatos de aventuras finos y seguros que los tochos decimonónicos y tipografiados en lengua vernácula.
De todas formas, mi cole era de los libertarios y no me obligaron nunca a leer ninguno por imposición, sólo a hacer fichas con cada uno que leía. Mientras el fichero de mis compañeros abultaba lo suyo, yo recurría a ardides tales como hacer pasar folletos o enciclopedias por libros. Hasta llegué a fichar "El Diario de Daniel" cuando lo cierto es que no leí más que la dedicatoria.
Por mi parte, nunca he pasado de la mitad del primer libro de El Quijote. No me sonroja confesarlo. Prefiero la ciencia-ficción a la caballería.
Siempre he sido un devorador de libros, y no me importaba demasiado que me obligaran a leerlos. Leí el Quijote en 3º de BUP y he vuelto a empezarlo recientemente, aunque el trabajo, la familia y otros títulos que se van cruzando en el camino no me dejan tiempo para avanzar como quisiera. Se me atragantó bastante "Moby Dick", de Herman Melville, que es un 90 por 100 de tratado de cetología y un 10 por 100 de caza de la ballena blanca. Al que vuelvo siempre es a Tolkien, y "El Señor de los Anillos" es mi libro más leído (4 ocasiones).
Sobre las nuevas generaciones, dos factores explican su desidia:
1. Las nuevas tecnologías (videojuegos, internet, etc.).
2. La ausencia de un boom de cómics como el que disfrutamos en nuestra época.
No obstante lucho porque mis hijas lean los Harry Potter de turno como paso previo a otra literatura más solvente.
Mi turno: Recuerdo con pavor La Regenta, no pude con él. De El Quijote me libré y me pasa como a Mike, he empezado a releerlo pero las circustancias ponen minas. Mi obra revisitada, que dirían los pedantes, es Hamlet con la friolera de 8 veces.
Ser o no ser.
Bueno, bueno ¿y quién se ha leído el "Ulises" de James Joyce, que dicen que es el mayor ladrillo de la muerte? Yo no, desde luego.
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