sábado, 28 de abril de 2007
CANICAS
Cómo se hacen las canicas. Es un video en inglés, pero se entiende lo más importante. Jugar a las bolas fue uno de los juegos favoritos que llenaron mis espacios de ocio estudiantiles. El otro fueron las chapas en sus dos modalidades: partidos de fútbol y carreras ciclistas.
Pero jugar a las canicas con un gua artesanal hecho en el mismísimo patio del colegio, en la junta de dilatación de las áreas de cemento no pulido de los recreos, era un reto y un placer. ¿Os acordáis de esos colores casi imposibles embebidos en cristal? ¿Y de las canicas de barro?
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3 comentarios:
Me acabas de resolver un misterio de la niñez. El otro, el de cómo hacían para que salieran del tubo de pasta de dientes esas líneas paralelas de colores ya lo resolví por el método científico: destripando un tubo y sacando al enano que las pintaba. Buen vídeo, mira que era malo con las bolas, pero con las chapas era otro cantar, todavía tiene mi hermano por ahí la caja de chapas con algún equipo.
Menudo curro llevan esas piezas de colección. Recuerdo mi disgusto cuando alguna de mis canicas favoritas se mellaba con los golpes. Algunas, con el uso, se quedaban como la piel de una naranja. Yo tenía cierta habilidad con ellas, vamos, que no se me daban mal, pero reconozco que disfrutaba más con las carreras de chapas: esos circuitos en el parque de la Concepción, con sus curvas, badenes... la artesanal elaboración de los corredores. Entrañables (y baratos) entretenimientos de nuestra infancia.
Yo he sido torpe en casi todo, y en las canicas más todavía. El suelo me pillaba demasidado lejos, mis manos encima son como un muestrario de pollas con lo que el tema era dificil. Yo estoy con Mike, prefiero las chapas siempre y cuando no vengan por detrás.
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