Salgo de nuevo a los medios para hacer una de mis faenas habituales. Soy como José Tomás, toreo poco, selecciono mucho las plazas y las ganaderías, y sin son de mi gusto me visto de luces;si no, no.
Desde mi última corrida ha habido multitud de motivos para torear, seis meses o más dan para mucho pero no me he encontrado con ánimo ni con fuerzas. Ahora después de una travesía por el desierto salgo a la palestra para dar las gracias.
La vida te dar sorpresas, sorpresas te da la vida. Las negativas las voy a omitir. Me centraré en las positivas, porque siempre hay algo positivo hasta en las cosas más negativas. Lo hay, de verdad que si, solo hay que buscarlo.
No han sido unos meses fáciles para mí por muchas circunstancias, pero me he dado cuenta de que soy un afortunado, un privilegiado. Han pasado 20 años y no me había dado cuenta de lo que tenía a mi lado. Lo intuía, lo disfrutaba, lo quería... pero ahora su figura se ha cobrado una nueva dimensión.
En este último acto de la obra de mi vida ha surgido un personaje estelar que siempre había estado ahí y que en esta ocasión ha asumido todo el protagonismo llevando el peso de la representación. Su actuación ha sido memorable y me ha hecho sentirme alguien importante, alguien necesario para ella, alguien que todavía tenía cosas que decir en esta obra y alguien, sobre todo, querido.
El pasado 7 de septiembre Yolanda y yo cumplimos 20 años de casados. Nuestro matrimonio será como muchos otros. 20 años dan para mucho, hemos reído, hemos llorado, hemos querido, hemos odiado. Lo hemos intentado cuidar siempre lo mejor posible aunque no siempre lo hemos conseguido y hemos pasado épocas buenas y no tan buenas. ¡Que os voy a contar que no sepais!
Pero es en los momentos difíciles que he pasado cuando hay que estar ahí y ella lo ha estado. Por eso quiero salir a dar las gracias hoy a Yolanda. Pensaba que la conocía al 100% pero tengo que reconocer que no, que es mucho más de lo que yo pensaba. Su figura ha emergido como un titán ayudándome a superar momentos que para mí han sido complicados. Pensaba que me quería, pero no sabía que me quería tanto. Pensaba que la necesitaba, pero no que la necesitase tanto.
No sé que me deparará la vida en el futuro, tengo la sensación de que no voy a durar mucho y cada día es un regalo que intento disfrutar al máximo. Con el paso del tiempo seguiremos cambiando, pero ahora valoraré mucho más cada uno de los días que pase con ella.
Gracias Yolanda por estos 20 años y por estar a mi lado. Gracias por vivir conmigo en esta perfecta imperfección.
5 comentarios:
Enhorabuena y un abrazo fuerte a los dos por estos veinte años.
¿Qué es eso de que no vas a durar mucho? ¡No me toques los cojones, que en 2036 hay que montar otro Año Santo Scarlettiano por los 50 años de la romería gallega! Hasta entonces, mucho amor, risas y cervecismo.
Sí señor, a la Yoli habría que ponerle un monumento, nada más y nada menos que 20 años aguantándote.
Una santa.
Felicidades.
Mucha felicidad para los dos.
Han pasado volando, en breve los iremos cumpliendo todos y posiblemente todos nos iremos dando cuenta de lo mismos que nos cuentas.
Lo que si que es claro es que cuando más viejos somos más desnudamos nuestros sentimientos. Muchos besos para los dos
Titus, eres Grande.
¡Y pensar que todo empezó 5 añitos antes en un intrascendente -a priori- viaje fallero!
Besos y abrazos fraternales para los dos.
Ella fue la primera. En caer. Bajo el anillo único. Me vienen a la mente mil recuerdos de la nurse, antes y después de vuestro Rubicón, que fue el de todos. De verdad que os debemos mucho más de lo que os diremos nunca. Un beso para ambos.
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