LA BOTELLA

La botella…...cuando oímos esta palabra se nos agolpan multitud de recuerdos en nuestra memoria. Los tenemos para todos los gustos, los que están relacionados con el famoso juego de “la botella”, en el que una mano inocente la hacía girar en medio de un nutrido grupo heterosexual de teenagers hormonalmente alterado, buscando que el azar juntase los labios de dos afortunados o desafortunados, dependiendo con quien te tocase.

La “botella” también ha sido compañera de viaje en innumerables ocasiones y con diversos ingredientes. Desde el famoso ron con son múltiples combinaciones, hasta “El Castillo de Gredos” con Cola (la de beber, no la de comer). Nuestros primeros escarceos en Nilo, evadiendo la vigilancia paterna entre los prados y los montes serranos. ¡Cuantos virus y bacterias compartidos! Esas ronditas en las que sospechosamente la botella acababa más llena al final que al principio de la ronda…..

La botella también ha sido un termómetro para medir de qué manera afrontamos la vida y sus problemas cotidianos. Unos estarán en la versión optimista de la vida y verán la botella medio llena. Otros, sin embargo, tendrán una visión más pesimista y pensarán que esta medio vacía. Cuestión de apreciaciones.

¿En que lado estáis vosotros? Yo siempre he sido de los que he visto la botella llena aunque estuviera solo medio llena. Soy un optimista compulsivo, quizá irracional y no me ha ido mal en al vida. Siempre he intentado sacar algo positivo de lo negativo, ver una oportunidad de donde surge un problema, pero a veces es complicado mantener el tipo, tengo que reconocerlo.

Estamos doblando el mapa, quizá lo hemos doblado hace tiempo y la sensación que tengo es que lo que nos queda por delante va a ser peor, mucho peor, que el camino recorrido. He sido un afortunado, un privilegiado en todos los sentidos y quizá por las circunstancias tan difíciles por las que he pasado en algunos momentos, valoro cada uno de los días, horas y minutos que vivo. Sonará un poco cursi pero me da igual, no soy creyente pero a pesar de todo doy gracias a Dios todos los días por todos y cada uno de los instantes en que he estado sobre este mundo. He disfrutado, he sido feliz.

Y pienso seguir haciéndolo aún sabiendo que el futuro que tengo por delante va a ser demoledor, que me esperan momentos terribles que no se los desearía a nadie. Simplemente escribir este post hace que los ojos se me llenen de lágrimas.

No hay futuro. Se desmoronan los cimientos sobre los que he construido mi vida. Lo tengo asumido, pero pienso seguir luchando. Espero estar a la altura de las circunstancias y demostrar que la bandera de la botella medio llena que con tanto entusiasmo he defendido es como hay que afrontar la vida.

El infierno en el que me estoy sumergiendo no me va a impedir sacar la cabeza y echar la vista atrás para recordar todos esos momentos mágicos que he vivido.

¿Ha merecido la pena? Si, rotundamente si, siempre si, siempre adelante.

Será la manera de reconfortarme y de automotivarse porque hay personas que a pesar de todo esperan que siga luchando y que les abra el camino al igual que a nosotros nos abrieron nuestros padres, así que no podemos fallar. Para eso estamos aquí aunque mi corazón acabe roto en mil pedazos.

Como dicen Los Secretos en su canción. Querida María siempre A TU LADO.