Hace días saltó la noticia de que uno de los niños buenos del deporte mundial se había visto envuelto en un extraño accidente de tráfico. Ese tío majo no es otro que el superfamosísimo Tiger Woods. Siempre me intrigó cómo unos padres pueden poner semejante nombre a un chaval. Quizá durante la infancia fuera de los más molones del cole pero una adolescencia con ese apelativo tiene más peligro que una piraña en un bidé. Si eres un torete y te llevas a las chicas de calle tiene un pase, pero como seas poca cosa pasas de Tiger a Micifú en cuestión de segundos. Cero coma, que dicen ahora.
El caso es que parece que el Tiger ha estado sacando su nombre a pasear por la selva de la vida y cada vez que le decía a su santa que se iba al club a hacer unos hoyos, en vez de los green, pisaba arenas movedizas y jugaba con otros palitos y pelotitas buscando otros agujeros. Así que el tigre se vió enredado con tigresas, gatitas y alguna leona.
No leí bien la historia pero la mujer se olió the toast y le zumbó con el palo de golf al enterarse de que, entre tanto felino, la única que lucía cornamenta era ella. Una vez destapado el asuntillo, han empezado a salir a la palestra distintas reinas de la sabana proclamando su pertenencia al harén del nuevo Sandokán, el tigre de Malasia.
Qué cabrón el Tiger. Con carita de bueno y jugando al golf que es deporte fino y de gente principal. Y mientras hacía un birdie en el campo le hacía un doble bogey a una tigresa, dos sobre par a una pantera y le daba con el hierro cuatro a una gata siamesa.
Debe de ser cosa selvática pues viendo las fotos de la propia, bien podría decir uno que para qué complicarse, si ya tiene en casa quien le ronronee. Pero así es la vida del depredador, nunca está conforme y siempre pide más.
Pero el peor error de Sandokán ha sido haber salido en los papeles de un país bastante poco comprensivo con los líos de faldas de sus héroes. Allí puedes hacerlas muy gordas y quizá no pase nada, pero con la moral no se juega, y si no lo despellejan los abogados de la mujer, ya se encargará el día a día de recordarle que es un libertino y un pecador de la pradera.
Así que Tiger, si las cosas terminan por torcerse, que tiene pinta de que sí... y te empiezan a dar por todas partes, yo te aconsejaría que liaras el petate y te vinieras para Europa.
Aunque en el viejo continente yo descartaría muchos países dónde te vas a encontrar tanto puritanismo o más que en los USA. Al norte de Europa, por supuesto las Islas, el centro alemán y el poco chic este europeo le pondría la cruz rápido, pues además hay un clima horrible y una cosa es exiliarse y otra ser gilipollas.
El Mediterráneo es otra cosa. En Grecia no te acabo de ver, quizá sí en alguna de las islas del Egeo, pero si quieres hacer algún papeleo date por jodido pues tardarán un siglo y te cobrarán un huevo. De los Balcanes, que quires que te diga, pero creo que tampoco pegas. Hay que recordar que eres negro, y lo eslavo no termina de acomodarse con tu raza, y además cualquier día se vuelven a liar a hostias y hay que salir de allí.
Italia podría ser un buen destino, pues tienes la ventaja de que mientras viva Berlusconi cualquier desliz que cometas con velinas o mininas pasará desapercibido, ensombrecido por el león transalpino. El problema es que tienes allí el Vaticano por un lado y a la mafia por otro, y cualquiera de los dos te pueden montar un pollo.
Te diría que te vinieras a España, pero después de meditarlo un momento creo que no es buena idea. Puedes ser un putero o tirarte a medio estado de las autonomías que no pasa nada, incluso si haces negocietes guarreras y te llevas lo que no es tuyo tampoco es tan grave. En España el rollo está en que siempre tienes que estar eligiendo una de las dos Españas y hagas lo que hagas te equivocarás de fijo. Si te vas a Barcelona en Madrid te crucificaremos y si es al revés te darán desde allí. Por lo menos aquí no tendrás que entender qué es el estatut pero tendrás que hacerte a Espe, Gallardón y demás tropa. Si te haces del Madrid estás jodido por prepotente y si prefieres al Atleti eres un pringao. Y del Barsa ni hablemos. Nada, olvídate.
Ya lo tengo. La Costa Azul. Llena de pasta, tías que quitan el hipo, moral a la francesa y buen tiempo.
Piénsatelo antes de que empiece tu despelleje.
Tigre, que eres un tigre.
3 comentarios:
Y eso que su legítima está de muy buen ver...
Ciertamente no me gustaría estar en el pellejo del Tigre.
Gran post, todo sea dicho.
Eso le pas por estar siempre intentado meterla en el agujero
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