Paso por lo de las pieles. Pero... lo siento, soy carnívoro. Así que seguiré apretándome chuletones de ternera, cuartos de cordero y cuchifritos de cochinillo. Claro que la carne es débil y algunas de las modelos de PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) igual pueden convencerme de lo contrario...
lunes, 30 de noviembre de 2009
viernes, 27 de noviembre de 2009
LAS FÁTIMAS Y LOS PACHÁS
Ahmed vende alfombras, pero no dudaría en vender a su propia madre. Sirve un té con menta a su potencial víctima mientras le encarga a un currete callado y servicial que vaya sacando el género: todo hecho a mano, todo de primera calidad. Su verborrea fascina incluso a un vendedor como Titus, que no dudaría en contratarlo como comercial. Las alfombras molan. Coloridas e historiadas, dan ganas de llevárselas puestas. Pero dos voces femeninas empiezan a tocar los cojones. "¿Pero dónde metemos eso? ¡Si el salón de casa es más pequeño que esa alfombra! ¿Y cuánto vale? Vamos... ¡ni de coña!". Y Ahmed, viendo peligrar el asunto, les dice a los maridos, el flanco débil de la negociación: "Normalmente son los pachás los que ponen pegas y no quieren gastarse el dinero, pero hoy sucede al contrario. Hablemos nosotros, pues, no hagáis caso a estas fátimas".
(Un inciso: el pachá, en el imperio otomano, era un hombre con mando superior en el ejército o en alguna demarcación territorial. Fátima es la hija menor del profeta Mahoma y su esposa Jadiya. En Marruecos se refieren a menudo a las mujeres como "fátimas" y a sus maridos como "pachás").
"¡Dios mío, está lleno de estrellas!". No somos Arthur C. Clarke ni viajamos a bordo de la nave Discovery. Pero en Zagora, a las puertas del desierto, damos fe de ello: el cielo está lleno de estrellas. Sentados sobre una duna, ensimismados en la contemplación del firmamento, ni siquiera oímos al bereber que se acerca con una bandeja. Té en el Sahara, como la canción de Police. Después vamos a la tienda-comedor a apretarnos un tajin, guiso tradicional que consiste en un estofado de carne con verduras; más tarde, al fuego del campamento a escuchar temas tradicionales y adivinanzas; y por último, a la haima a dormir o lo que se tercie, aunque lo que se tercia es la abstinencia, una almohada que parece un saco terrero y un frío de cojones al amanecer. Tras un desayuno hipocalórico (ejem...) montamos en unos dromedarios para sentirnos como Lawrence de Arabia. La cabalgada le hace un culo nuevo a uno de nosotros, pero omitiré el nombre por buena educación.
En nuestro primer paseo por Marrakech, las fátimas quieren teletransportarse. No aguantan la presión. Todo el mundo está en la calle yendo y viniendo y el caos es absoluto. Y todo el mundo nos entra, claro. "¡Más barato que en el Mercadona, más bueno que en el Carrefour!". Los tipos son pesados, pero sin exagerar; en la mayoría de los casos dos negativas son suficientes para que se olviden de tí y busquen otro objetivo. La excusa de la crisis funciona, aunque alguno contraataca, con razón, diciendo que nuestra crisis de ahora es su crisis de toda la vida. Además, se supone que si te has levantado a las cuatro de la mañana para pillar un vuelo low cost y venir hasta aquí es porque aceptas las reglas del juego, esto es, el tráfico infernal, la coctelera de colores, sonidos, sabores, olores y texturas, las miradas hostiles cuando levantas la cámara, los cuentacuentos, el encantador de serpientes que te pone la bicha al cuello, el fast food de los chiringuitos, el regateo inmisericorde... Pero al atardecer, si pasas de actor a espectador y subes a una de las terrazas que hay sobre la plaza Jemaa el Fna a tomar un té, puedes observar una de las representacíones más impresionantes de ese mundo que -reconozcámoslo- no nos es tan ajeno. Y si no, preguntad a las fátimas que al final del viaje se sentían en su salsa en el zoco, regateando como CR9 en la banda por un fular, unas babuchas o unas Converse de imitación.
(Un inciso: el pachá, en el imperio otomano, era un hombre con mando superior en el ejército o en alguna demarcación territorial. Fátima es la hija menor del profeta Mahoma y su esposa Jadiya. En Marruecos se refieren a menudo a las mujeres como "fátimas" y a sus maridos como "pachás").
"¡Dios mío, está lleno de estrellas!". No somos Arthur C. Clarke ni viajamos a bordo de la nave Discovery. Pero en Zagora, a las puertas del desierto, damos fe de ello: el cielo está lleno de estrellas. Sentados sobre una duna, ensimismados en la contemplación del firmamento, ni siquiera oímos al bereber que se acerca con una bandeja. Té en el Sahara, como la canción de Police. Después vamos a la tienda-comedor a apretarnos un tajin, guiso tradicional que consiste en un estofado de carne con verduras; más tarde, al fuego del campamento a escuchar temas tradicionales y adivinanzas; y por último, a la haima a dormir o lo que se tercie, aunque lo que se tercia es la abstinencia, una almohada que parece un saco terrero y un frío de cojones al amanecer. Tras un desayuno hipocalórico (ejem...) montamos en unos dromedarios para sentirnos como Lawrence de Arabia. La cabalgada le hace un culo nuevo a uno de nosotros, pero omitiré el nombre por buena educación.
En nuestro primer paseo por Marrakech, las fátimas quieren teletransportarse. No aguantan la presión. Todo el mundo está en la calle yendo y viniendo y el caos es absoluto. Y todo el mundo nos entra, claro. "¡Más barato que en el Mercadona, más bueno que en el Carrefour!". Los tipos son pesados, pero sin exagerar; en la mayoría de los casos dos negativas son suficientes para que se olviden de tí y busquen otro objetivo. La excusa de la crisis funciona, aunque alguno contraataca, con razón, diciendo que nuestra crisis de ahora es su crisis de toda la vida. Además, se supone que si te has levantado a las cuatro de la mañana para pillar un vuelo low cost y venir hasta aquí es porque aceptas las reglas del juego, esto es, el tráfico infernal, la coctelera de colores, sonidos, sabores, olores y texturas, las miradas hostiles cuando levantas la cámara, los cuentacuentos, el encantador de serpientes que te pone la bicha al cuello, el fast food de los chiringuitos, el regateo inmisericorde... Pero al atardecer, si pasas de actor a espectador y subes a una de las terrazas que hay sobre la plaza Jemaa el Fna a tomar un té, puedes observar una de las representacíones más impresionantes de ese mundo que -reconozcámoslo- no nos es tan ajeno. Y si no, preguntad a las fátimas que al final del viaje se sentían en su salsa en el zoco, regateando como CR9 en la banda por un fular, unas babuchas o unas Converse de imitación.
lunes, 23 de noviembre de 2009
YO DE MAYOR QUIERO SER...
...FOTÓGRAFO DEL CALENDARIO PIRELLI.
(Contraataque en toda regla para el PREMIO CONAN 2009).
sábado, 21 de noviembre de 2009
SCARLETT EN MADRID
Nuestra musa ha pasado por Madrid y no nos ha llamado
Posiblemente esté cabreada por que nos estamos olvidando de ella, o por lo menos no publicamos en nuestro blog consagrado a ella
“Tie cojones” que desde el lado oscuro os tenga que echar la bronca a los denominados contubernios. Ni un articulito en una semana. Es increíble, pero las tres últimas entradas son mías, estoy soportando el blog yo solito.
Por lo demás ya sabéis, la musa posó para mango, pasó mucho de los periodistas y les llegó a decir que no le hicieran preguntas estúpidas. Una monstruo, además de guapa tiene cojones para bacilar a los periodistas “cardiacos”. Cobró la pasta y se fue, todo en una hora. Ni una sola mención a sus más rendidos admiradores, nosotros
Un reportaje del lado oscuro. Predicando en el desierto y con complejo de estar solo en el ciberespacio
Los contuberniosos y los otros, unos dejaos
No entiendo como puede sonreir
domingo, 15 de noviembre de 2009
PLAGIO
Si menbers si, nos han copiado el nombre, unos tipos de Londres se hacen llamar Miss Scarllet Band
No parecen tener mucho éxito. Parecen buenos chicos. Nuestro mayor poder de convocatoria nos permite estar en primera posición en Google gracias a las 45000 entradas que tenemos. Tenemos muchos más fans que ellos
Su música no está mal, podríamos adoptarla, es muy de nuestra línea, pero nunca nos llegarán a la altura del zapato. Nuestra frescura, el apego a las cosas cotidianas y la profunda conciencia social que nos caracteriza nos hacen estar a años luz de esta pequeña banda
No obstante debemos estar prevenidos ante las demandas que se pueden avecinar por la autoria de la marca. Tenemos pruebas documentales, casetes grabados en el siglo pasado, textos sin publicar y una extensa bibliografía que nos permitirá demostrar en las cortes internacionales la autoría intelectual del concepto Miss Scarlet
Os dejo una dirección de los plagiadores para que valoréis su calidad
http://www.youtube.com/watch?v=sX23Pn5yy_A
Desde luego en directo tienen mucha menos fuerza que nosotros
Arriba la autentica Miss Scarlett,s Band
Un reportaje del lado oscuro, atento siempre a la actualidad mäs candente y guardián de la pureza del grupo
No parecen tener mucho éxito. Parecen buenos chicos. Nuestro mayor poder de convocatoria nos permite estar en primera posición en Google gracias a las 45000 entradas que tenemos. Tenemos muchos más fans que ellos
Su música no está mal, podríamos adoptarla, es muy de nuestra línea, pero nunca nos llegarán a la altura del zapato. Nuestra frescura, el apego a las cosas cotidianas y la profunda conciencia social que nos caracteriza nos hacen estar a años luz de esta pequeña banda
No obstante debemos estar prevenidos ante las demandas que se pueden avecinar por la autoria de la marca. Tenemos pruebas documentales, casetes grabados en el siglo pasado, textos sin publicar y una extensa bibliografía que nos permitirá demostrar en las cortes internacionales la autoría intelectual del concepto Miss Scarlet
Os dejo una dirección de los plagiadores para que valoréis su calidad
http://www.youtube.com/watch?v=sX23Pn5yy_A
Desde luego en directo tienen mucha menos fuerza que nosotros
Arriba la autentica Miss Scarlett,s Band
Un reportaje del lado oscuro, atento siempre a la actualidad mäs candente y guardián de la pureza del grupo
jueves, 12 de noviembre de 2009
MI MOCHILA
Posiblemente recordéis mi mochila verde. Me acompañó a mil excursiones, llevó mis bártulos, me sacó de más de un apuro, fue mi almohada durante algunas noches. En definitiva fue mi compañera en mil ocasiones
Pues bien, mi santa decidió, recientemente, un buen día que estaba en mal estado y la tiró. La dejó en la basura sin ningún miramiento, como si fuera un objeto cualquiera, carente de valor. Y esto no se hace así. Es cierto que estaba rota y descosida, que el recubrimiento plástico interior se caía a cachos, que las cremalleras no funcionaban. Es posible que el ciclo de mi mochila se hubiera cumplido, pero no me gustó la manera despiadada de deshacerse de ella
Que menos que un homenaje, una despedida sentida para despedir a un objeto que me ha acompañado durante mucho tiempo, que me traía recuerdos felices de salidas y reuniones de toda la panda
No, mi santa entró en mi intimidad sin encomendarse a nadie y raptó la mochila de su retiro sin consultarme. Y lo peor es que esto lo ha hecho reiteradamente en el pasado. La mochila es la última víctima de una serie de desapariciones misteriosas como el “bañador de seminarista”, mi jersey blanco agujereado, mis camisetas recortadas de Rambo, mis pantalones de deportes pequeños marcapaquetes y mil objetos más que me duele recordar
“Ellas” se consideran dueñas de todos nuestros objetos. No les importa la historia que pudieran tener ni los recuerdos asociados. Simplemente entran y tiran
Esto debe ser un condicionamiento genético de las hembras en general. Tiran todo lo que no es suyo y dejan todos sus trapitos pasados de temporada por si vuelve a ponerse de moda perfectamente guardados durmiendo el sueño de los justos
Todo esto lo hizo de manera premeditada, primero me regaló una mochila estupenda de color verde. Pero no era mi mochila. Después intentó que repudiara a mi compañera de mil viajes y no lo hice. Después me recordó que tenía otra mochila con cedula fotoeléctrica para cargar móviles, pero yo siempre preferí a mi vieja compañera. Y como nada funcionó se ensañó con mi pobre mochila. La tiró de manera traicionera
Sirva este articulito como homenaje póstumo y reivindicación de todos os hombres a guardar sus viejos objetos como recuerdo de los viejos tiempos
Tenemos derecho a guardar nuestros recuerdos
Un saludo del lado oscuro a todos los damnificados por el futbol, somos legión
miércoles, 11 de noviembre de 2009
EL DÍA DESPUÉS
Lo reconozco, estoy jodido. Me siento perdido, humillado, frustrado y lo que es peor, es la segunda vez en quince días que tengo esta sensación. Allí lección de humildad de ellos a nosotros, aquí lección de impotencia de nosotros a ellos.
Pensé que el fútbol cada día me motivaba menos. De hecho estoy seguro que las victorias ya poco me hacen vibrar, la alegría del momento y punto. Las derrotas en cambio aunque uno vaya de equilibrado por la vida, llegan más dentro, calan más profundo y joden, vaya si joden, sobre todo algunas.
Se ve que en mi inconsciente el fútbol ocupa un lugar más protagonista que el que yo le quiero otorgar. Mala cosa en días como este.
PD: 8/10. De verdad que no contaba con escribir este post. Estoy jodido.
Etiquetas:
autor: Pepe,
deporte,
mundo cruel,
personal
lunes, 9 de noviembre de 2009
SOSTENIBILIDAD
Nunca he estado en la Antártida, pero sé que la Antártida existe porque otros sí han estado y me lo han contado.
Ningún ser humano vivo en la actualidad conoció personalmente a Miguel de Cervantes, pero sabemos que vivió en una época en que no se ponía el sol en los dominios de su rey Felipe, y que escribió obras sublimes que aún cuesta creer que fueran escritas.
Nunca me topé de frente con el virus de la gripe A, porque es bastante pequeñito, pero algunos dicen que existe y tiene bastante mala leche.
No tengo el tiempo ni el dinero para comprobar si la Tierra es redonda por mis propios medios, pero sé que lo es, merced a Google.
No sé a dónde se encamina la Humanidad, pero algunos agoreros profetizan caos, muerte y destrucción si seguimos por este camino, si no cuidamos nuestra madre "Gaia"... si no aplicamos el principio de "sostenibilidad". Los recursos naturales sobre la faz de la Tierra son finitos. Tales recursos son principalmente el agua, el aire y la biodiversidad. Sin la reposición continua de tales recursos, se irán enrareciendo y agotando. Cada vez que los explotamos nos acercamos a su agotamiento. Consiste tal principio de sostenibilidad en equilibrar nuestra explotación continua y creciente de recursos con la reposición mediante técnicas más naturales y el reciclaje de los residuos que se generan. Cada proceso debería consumir menos bienes naturales y regenerar en conjunto nuevos recursos para ser nuevamente liberados. Yo no he visto nunca cómo la Tierra se muere -o se va quedando sin sus recursos naturales-, pero sí creo en la sostenibilidad. Más nos vale ser sostenibles. Y eso que muchos se han vestido de verde y de ecológicos con el único afán de hacer negocio. Con el fin de colocarse la etiqueta y seguir jodiendo la Tierra. Pero eso lo dejaré para otro artículo.
De momento, yo me quedo con la sostenibilidad del mundo y de nuestra Scarlett. Porque sostenibilidad ya sabemos de dónde viene...
Ningún ser humano vivo en la actualidad conoció personalmente a Miguel de Cervantes, pero sabemos que vivió en una época en que no se ponía el sol en los dominios de su rey Felipe, y que escribió obras sublimes que aún cuesta creer que fueran escritas.
Nunca me topé de frente con el virus de la gripe A, porque es bastante pequeñito, pero algunos dicen que existe y tiene bastante mala leche.
No tengo el tiempo ni el dinero para comprobar si la Tierra es redonda por mis propios medios, pero sé que lo es, merced a Google.
No sé a dónde se encamina la Humanidad, pero algunos agoreros profetizan caos, muerte y destrucción si seguimos por este camino, si no cuidamos nuestra madre "Gaia"... si no aplicamos el principio de "sostenibilidad". Los recursos naturales sobre la faz de la Tierra son finitos. Tales recursos son principalmente el agua, el aire y la biodiversidad. Sin la reposición continua de tales recursos, se irán enrareciendo y agotando. Cada vez que los explotamos nos acercamos a su agotamiento. Consiste tal principio de sostenibilidad en equilibrar nuestra explotación continua y creciente de recursos con la reposición mediante técnicas más naturales y el reciclaje de los residuos que se generan. Cada proceso debería consumir menos bienes naturales y regenerar en conjunto nuevos recursos para ser nuevamente liberados. Yo no he visto nunca cómo la Tierra se muere -o se va quedando sin sus recursos naturales-, pero sí creo en la sostenibilidad. Más nos vale ser sostenibles. Y eso que muchos se han vestido de verde y de ecológicos con el único afán de hacer negocio. Con el fin de colocarse la etiqueta y seguir jodiendo la Tierra. Pero eso lo dejaré para otro artículo.
De momento, yo me quedo con la sostenibilidad del mundo y de nuestra Scarlett. Porque sostenibilidad ya sabemos de dónde viene...
domingo, 8 de noviembre de 2009
LIBRUS INTERRUPTUS
Hace unos días acabé “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, para todo el mundo que lo ha leído, simplemente el segundo de la trilogía Millennium. Desde luego que los títulos escogidos por su autor, el difunto Stieg Larsson, invitan a sus lectores a recordarlos de manera tan escueta.
No escribo estas líneas para aguar la fiesta a algún potencial lector retrasado, para contar el final a bocajarro al estilo Titus en Telma y Louise cuando hace ya tiempo, minutos antes de ir al cine nos dijo a Raquel y a mi: “no merece la pena que vayáis, total, al final se suicidan”. Nos lo tomamos a coña, hasta que vimos como el coche de las susodichas volaba por los aires camino del fondo del barranco.
Es este un libro diferente. Hasta la fecha todos los que he leído pertenecieran a una saga o no, seguían el guión clásico de presentación-nudo-desenlace. En todos al final pasaba algo concreto, o ganaban los buenos sin más o moría el protagonista. Algo. Esta historia no dejan de pasar cosas, en si es un gran nudo, marinero, corredero o como se quiera, de esos que te engancha y te incitan a sacar minutos de donde sea para saber como continua el enredo. Presentación, escasa, ya venía del primer libro, y desenlace …, pues eso. Al finalizar la página 749 y al comprobar que no había más que leer ni siquiera en el lomo recordé el chiste de cómo se dice eyaculación precoz en chino ¡IUUU YATÁ! ¿Y mujer insatisfecha?... ¿CÓMO QUEYATÄ?.
Bastante morro le echó el difunto Stieg dando carpetazo al libro de esta manera. Sólo le faltó poner eso de “to be continued”. No obstante, en su descargo he de decir que me gusta y que me ha enganchado de verdad la historia de novela negra de Millennium, pero sobre todo su manera de contarla, escena a escena como partes de un puzzle que al que se van añadiendo piezas según se avanza en la lectura, con un estilo sencillo, directo y carente a posta de recursos literarios. Me encantan las escaneas en las que relata pormenorizadamente y de manera ordenada la lista de la compra que hacen los personajes en el súper, o lo que comen o las cosas que hacen lo que eligen para vestirse. En cosas como esa también esta historia es diferente, desde luego estaba a huevo eso de llevarlas al cine (películas que por cierto aun no he visto).
Total, que como podéis imaginar ya me encuentro sumido en la lectura del tercer libro. 850 páginas más tras las que espero que, bueno o malo, haya un final digno de calificarlo como tal. Más que nada por que el pobre Stieg no va poder rematar la faena como queden cabos sueltos y yo me estaré tirando de los pelos el resto de mis días.
Por si queda todavía algún rezagado que no le ha metido mano a Millennium, un consejo: no me hagáis caso y poneros a la faena. Merece la pena.
PD: 7/10. No os digo nada de cómo pinta esto
LA VIDA SIGUE IGUAL
Y así debe ser, el Real Madrid es más equipo que el Atlético. Es más, el 90% de los equipos de primera son más equipo que el Atlético. Es lo que hay, un equipo sin alma y sin orgullo, aunque hoy ha tenido un poquito de raza al final. Pero esta motivación contra e Madrid es un hecho aislado, los partidos de verdad del Atlético son otros, contra el Málaga, Racing, etc...esos son los que debéis ganar si se queréis aspirar a algo en esta liga, pero sobre todo, para evitar el descenso. Os empieza a oler el culo a Iztpurua.
Mala pinta.
sábado, 7 de noviembre de 2009
COGEME BIEN, PIBE
No diré su nombre de pecador, pero sí contaré su historia. Podría protagonizar una novela titulada "Cómo vivir 200 años en apenas 60". En su equipaje de experiencias uno no sabe cuánto hay de literatura y cuánto de verdad. Pero qué importa. Monologuista más que conversador, su pegada de hebra es perdonable porque te partes la caja con él y, además, suele ocurrir en un contexto de ojo de bife, vino y panqueque de dulce de leche. Es el relaciones públicas de uno de los restaurantes más exclusivos de Buenos Aires, cuyos manjares ya disfruté en mi anterior visita a la capital argentina. En aquella oportunidad había damas en la mesa y el tipo hizo el relato de sus conquistas con mesura, sin entrar en detalles, pero esta vez se soltó la melena. La primera de sus tres esposas fue una bailarina de ballet clásico que le hizo una petición concreta en la cita de su debut: "Cogeme bien, que no quiero el polvo del obrero" (léase cogéme bien, y dígase con el peculiar acento porteño).
Verónica es una joven guía turística de Tigre, una bonita población a orillas del Río de la Plata y cercana al delta del Paraná, con casas de recreo señoriales, un museo del mate y otro de arte con interesantes lienzos de pintores argentinos. La tipa mostró bastante desinterés con el grupo de periodistas españoles hasta que, en el almuerzo, servidor usó el verbo "coger" para algún fin honesto, como hacemos en la madre patria, donde coger a una persona o un objeto no significa aplicarle un mete-saca o petrolearlo, y Verónica se rió hasta que sus ojos produjeron lluvia. Difícil prescindir de uno de nuestros verbos comodín. Y difícil evitar que los argentinos se descojonen. Cogemos un taxi, un avión, un botellín de cerveza y unas entradas para el cine. Cogemos a un bebé que berrea en la cuna para que se calle. Cogemos unos kilos de más con el tripeo. Cogemos cogorzas y la gripe A. En definitiva, nos lo follamos todo.
El relaciones públicas del restaurante ha sido saxofonista, oficial de la Armada argentina, correveidile en Tahití y representante de Aeroflot (líneas aéreas rusas). Precisamente estaba en Moscú cerrando una operación cuando le ocurrió lo siguiente. En una cena le sentaron junto a una de las jefas de la compañía. Después de apretarse una botella de vodka la individua le miró libidinosamente. "Viste, viejo, las rusas son unas mujeres altas, impresionantes. Pero me tuvo que tocar la gorda. Era incogible. Pero si no la atendía perdía el negosio. Menos mal que me acompañaba un colega que me sirvió de coartada. Había tomado demasiados tragos y me suplicó: Ché, sacame de aquí dignamente (léase sacáme de aquí, y dígase con el peculiar acento porteño). Eso me salvó. A mí me gustan las mujeres con el culo firme, lo que yo llamo un culo toc-toc".
Verónica, la guía de Tigre, llama a un "remis" (una especie de taxi) que debemos agarrar, no coger. Se despide de nosotros con dos besos (a la española) y se va calle abajo meneando su espléndido culo embutido en unos vaqueros ajustados. Un culito toc-toc.
Una tormenta vespertina descarga sobre el Río de la Plata.
(En la imagen, tres jóvenes se cogen amorosamente cerca de San Carlos de Bariloche, Argentina).
jueves, 5 de noviembre de 2009
domingo, 1 de noviembre de 2009
ACEITUNEROS ALTIVOS
Cantidad y calidad no siempre son términos bien avenidos. Y que la valoración que hacemos de ambas cosas no responde casi nunca a criterios objetivos es también algo evidente.
De eso sabemos mucho los aceituneros altivos de la familia Franco. Todos los años por estas fechas solemos reunirnos en Becerril para la recogida de la aceituna. No es que tengamos el huerto de Getsemaní, tan sólo un olivillo joven que ha sido capaz de adaptarse a los fríos y a la altitud y que fiel a su cita todos los años nos ofrece unos kilos de aceitunas que hace tan sólo unos tres o cuatro años decidimos recoger por primera vez.
Por supuesto que no vareamos el árbol, nuestra recogida es manual, de una en una, desde las ramas de abajo hasta las más altas a las que Titus casi llega sin escalera. Mayores y niños nos empleamos con cariño en un proceso que, todo sea dicho, no nos lleva más de una hora, hora y media.
Posteriormente, mi señora suegra que es una experta en las artes tradicionales del ama de casa, recibe la cosecha y tras quitar de en medio las aceitunas que ya están pochas, aliña las buenas con agua, sosa cáustica, tomillo, romero y sal.
Cantidad lo que se dice cantidad, no hay mucha como podéis ver y esto si es un hecho bastante objetivo. Máxime con todos los que somos a repartir. Calidad, lo que se dice calidad, pues depende de quien lo juzgue. A mi me parece que están de muerte, primero porque saben ricas-ricas y segundo porque tienen el sabor de las cosas nacidas y hechas en casa.
Esta foto es el resultado de nuestro "esfuerzo" de este año. Materia prima de un pequeño homenaje que un servidor se ha auto ofrecido como aperitivo de la cena de esta noche y que me ha servido de inspiración para este post.
Entre oliva y oliva, entre traguito de cerveza y traguito de cerveza he estado pensado que no estaría mal para el año que viene incrementar el número de manjares caseros que sumar a estos momentos tan plácidos. De hecho, comentaré a mi familia la posibilidad de plantar para la siguiente temporada, algún árbol que de berberechos, mejillones o chistorrita de Navarra. Lo de la cebada para hacer cerveza va a ser que no. Es bonito esto de las cosas hechas en casa pero se me antoja demasiado laborioso para lo fácil que es abrirse una Mahou y lo buena que está la jodía rubia.
Todo sea por estos magníficos momentos. Miembros, ¡salud!
PD: 6/10. Paso del Ecuador conseguido en tiempo.
De eso sabemos mucho los aceituneros altivos de la familia Franco. Todos los años por estas fechas solemos reunirnos en Becerril para la recogida de la aceituna. No es que tengamos el huerto de Getsemaní, tan sólo un olivillo joven que ha sido capaz de adaptarse a los fríos y a la altitud y que fiel a su cita todos los años nos ofrece unos kilos de aceitunas que hace tan sólo unos tres o cuatro años decidimos recoger por primera vez.
Por supuesto que no vareamos el árbol, nuestra recogida es manual, de una en una, desde las ramas de abajo hasta las más altas a las que Titus casi llega sin escalera. Mayores y niños nos empleamos con cariño en un proceso que, todo sea dicho, no nos lleva más de una hora, hora y media.
Posteriormente, mi señora suegra que es una experta en las artes tradicionales del ama de casa, recibe la cosecha y tras quitar de en medio las aceitunas que ya están pochas, aliña las buenas con agua, sosa cáustica, tomillo, romero y sal.
Cantidad lo que se dice cantidad, no hay mucha como podéis ver y esto si es un hecho bastante objetivo. Máxime con todos los que somos a repartir. Calidad, lo que se dice calidad, pues depende de quien lo juzgue. A mi me parece que están de muerte, primero porque saben ricas-ricas y segundo porque tienen el sabor de las cosas nacidas y hechas en casa.
Esta foto es el resultado de nuestro "esfuerzo" de este año. Materia prima de un pequeño homenaje que un servidor se ha auto ofrecido como aperitivo de la cena de esta noche y que me ha servido de inspiración para este post.
Entre oliva y oliva, entre traguito de cerveza y traguito de cerveza he estado pensado que no estaría mal para el año que viene incrementar el número de manjares caseros que sumar a estos momentos tan plácidos. De hecho, comentaré a mi familia la posibilidad de plantar para la siguiente temporada, algún árbol que de berberechos, mejillones o chistorrita de Navarra. Lo de la cebada para hacer cerveza va a ser que no. Es bonito esto de las cosas hechas en casa pero se me antoja demasiado laborioso para lo fácil que es abrirse una Mahou y lo buena que está la jodía rubia.
Todo sea por estos magníficos momentos. Miembros, ¡salud!
PD: 6/10. Paso del Ecuador conseguido en tiempo.
PREMIO
¿Os acordáis de esta foto?
Pasó sin mayor gloria por el blog en una entrada sobre una de mis estancias en la Pérfida, pero en ámbitos más elevados me ha permitido tocar la gloria con las manos. Me han dado un premio. ¿Un fotopress? ¿Pulitzer quizás?, ¿Nobel de fotografía?, ¿Príncipe de Asturias de la imagen? Frío, frío.
No ha sido por razones técnicas ni artísticas, niet, pues como fácilmente se aprecia, el encuadre, la luz y demás rollos los puso el automático de mi Conan. Yo sólo localicé la lápida, leí el epitafio y click, le dí al botón.
Hará más de un año que envié la susodicha a un programa de la radio. El programa es "No es un día cualquiera" de Radio Nacional, dirigido por Pepa Fernández las mañanas del fín de semana. Entre las múltiples secciones hay una llamada "El acabose" que presenta la periodista Nieves Concostrina, en la que se cuentan anécdotas en clave de humor, relacionadas con la muerte de personas conocidas. Desde este "Acabose" se propone a los escuchantes que envíen epitafios curiosos que se encuentren en los cementerios de aquí y allá y de entre ellos se premian los más raros, insólitos o cachondos.
Recién llegado de Winchester, con la foto en la memoria, se me ocurrió mandarla. Pero pasó el tiempo y no tuve noticia alguna sobre si tan siquiera la hubieran recibido, así que me olvidé por completo. Como digo, casi un año más tarde y en el día de difuntos, Pilar escucha mi nombre y apellidos por la radio donde dicen que el premio es mío.
Tooooooomaaaaa.
No está mal. Para una cosa en la que participo en mi pu vida, voy y gano. Toma 100 %
Siento que estoy en racha, así que el próximo es el sueldo para toda la vida de Nescafé. Cae fijo. Del Charly no hablamos que eso es harina de otro costal.
Bueno, el premio en cuestión es un disco libro de no sé qué que probablemente no llegue a mi casa jamás pero da igual. He escuchado el programa grabado en internet y mola eso de oír tu nombre por la radio, así que con eso me doy por premiado y si llega algo pues mejor. Pensaba tirarme el moco, en plan famoso -baranda -de -vías -pecuarias -que- sale -por -la -tele, y poner el enlace al momento del premio, pero no me gusta exhibirme.
(la verdad es que no he sabido poner el puto enlace)
Pasó sin mayor gloria por el blog en una entrada sobre una de mis estancias en la Pérfida, pero en ámbitos más elevados me ha permitido tocar la gloria con las manos. Me han dado un premio. ¿Un fotopress? ¿Pulitzer quizás?, ¿Nobel de fotografía?, ¿Príncipe de Asturias de la imagen? Frío, frío.
No ha sido por razones técnicas ni artísticas, niet, pues como fácilmente se aprecia, el encuadre, la luz y demás rollos los puso el automático de mi Conan. Yo sólo localicé la lápida, leí el epitafio y click, le dí al botón.
Hará más de un año que envié la susodicha a un programa de la radio. El programa es "No es un día cualquiera" de Radio Nacional, dirigido por Pepa Fernández las mañanas del fín de semana. Entre las múltiples secciones hay una llamada "El acabose" que presenta la periodista Nieves Concostrina, en la que se cuentan anécdotas en clave de humor, relacionadas con la muerte de personas conocidas. Desde este "Acabose" se propone a los escuchantes que envíen epitafios curiosos que se encuentren en los cementerios de aquí y allá y de entre ellos se premian los más raros, insólitos o cachondos.
Recién llegado de Winchester, con la foto en la memoria, se me ocurrió mandarla. Pero pasó el tiempo y no tuve noticia alguna sobre si tan siquiera la hubieran recibido, así que me olvidé por completo. Como digo, casi un año más tarde y en el día de difuntos, Pilar escucha mi nombre y apellidos por la radio donde dicen que el premio es mío.
Tooooooomaaaaa.
No está mal. Para una cosa en la que participo en mi pu vida, voy y gano. Toma 100 %
Siento que estoy en racha, así que el próximo es el sueldo para toda la vida de Nescafé. Cae fijo. Del Charly no hablamos que eso es harina de otro costal.
Bueno, el premio en cuestión es un disco libro de no sé qué que probablemente no llegue a mi casa jamás pero da igual. He escuchado el programa grabado en internet y mola eso de oír tu nombre por la radio, así que con eso me doy por premiado y si llega algo pues mejor. Pensaba tirarme el moco, en plan famoso -baranda -de -vías -pecuarias -que- sale -por -la -tele, y poner el enlace al momento del premio, pero no me gusta exhibirme.
(la verdad es que no he sabido poner el puto enlace)
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