miércoles, 6 de junio de 2007

TEORÍA DEL CULO

























El pasado domingo Javier Cercas publicaba un interesante artículo en el EPS, el colorín de El País, titulado "Teoría del culo". Proponía el siguiente experimento:

"Suban al metro; elijan un culo joven, ceñido y respingón, uno de esos culos radiantes que abundan en cualquier ciudad; salgan del metro con la propietaria del culo y síganla por la calle a prudente distancia: observarán que ni uno solo de los hombres que se cruzan con ella -ancianos, maduros y adolescentes; estudiantes, ejecutivos, trabajadores y desocupados- es capaz de sobrepasarla sin volverse a mirarle el culo. Aunque la escena complacería a Buster Keaton, ustedes no se rían, porque la cosa es seria; aunque las mujeres no se chupan el dedo y también adoran los culos, no sigan un culo masculino, porque el experimento no funciona. ¿Qué conclusiones podemos sacar de todo esto? ¿Que hemos pasado de la civilización del piropo -esa improvisada efusión literaria que ha pasado a mejor vida, para secreta contrariedad de algunas mujeres nostálgicas o impetuosas- a la civilización del culo? ¿Que la civilización del culo nos ha vuelto a todos locos por el culo? ¿Que siempre hemos estado todos locos por los culos -verdaderamente locos-, pero sólo al llegar la civilización del culo nos hemos atrevido a reconocerlo?".

En realidad, cualquiera de nosotros sabe que esto forma parte del manual de comportamiento del ser humano -incluso de las hembras de la especie que, en contra de lo que asegura Cercas, también se giran para mirar culos-, aunque no hayamos desarrollado ninguna teoría al respecto. Sólo las típicas frases de heterosaurio ("¡joder, qué culo!") salpimentadas con elucubraciones filosóficas ("la quiero tanto que no me la imagino cagando"). Porque el culo va perdiendo su carácter escatológico para convertirse en el gran icono sexual de nuestro tiempo. En los años 50 del siglo pasado triunfaban las pin-up de grandes pechos y muslos torneados, pero nosotros hemos asistido al nacimiento del dios Culo, provocador de obsesiones y pecados sin redención. ¿Cuántos tipos se han casado con un culo? Porque un buen culo hace perdonar todo lo demás. De jóvenes -os recuerdo- subíamos el Pico Martillo a rueda de los culos de las López Pérez (yo una vez hice una ascensión siguiendo el trasero impagable de Paloma de los Enebros). A muchas de las mujeres que se han cruzado en nuestro camino las recordamos por sus culos, no por sus currículos, lo cual no habla mucho de nuestra inteligencia (y probablemente tampoco de la suya).
Pero así somos.

El artículo completo de Cercas, aquí.

Propongo una encuesta para animar el cotarro:
1. ¿Qué parte de la fisonomía femenina preferís, y por qué?
2. ¿Con qué culo de actriz / famosa os quedáis?
3. Pensando en las mujeres que hemos tratado (y nos han maltratado), ¿cuál es la propietaria del culo más espectacular?

3 comentarios:

Gonso dijo...

Nunca habías escrito tanto, pero entiendo que un buen culo como el que has puesto para ilustrar inspira al más parco.
Me resulta complicado decidirme por una parte de la anatomía u otra, porque al fin y al cabo es el conjunto. Un culo bien prieto pierde atracción si el resto del imán desmerece pero para mojarme en la encuesta diré que me quedo con un buen par de domingas por aquello del equilibrio. Qué le voy a hacer soy un antiguo que no se ha acostumbrado al topless playero y si no fuera por las gafas de sol ya me habrían calzado alguna leche por mirón.
Un vientre plano, unas caderas suaves, una piel sin marcas que me dicen que han estado desnudas al sol durante mucho rato. Una espalda erguida y larga rematada por un culo redondo que desafía a Newton. Unos muslos dorados y ligeramente abiertos, un tobillo fino rodeado por una pulserita de oro y unos zapatos de tacón de aguja.
Todo un fetichista de lo más vulgar pero es lo que hay.
Actrices: cualquiera, una vez en bolas las divido en buenas y mejores.
Sobre nuestro maltrato no puedo hablar mucho porque mis maltratos han sido individuales y no es este el lugar ni el momento.
El post, tiene trampa, da igual lo que escribas, será recordado por la foto que me perseguirá por los siglos de los siglos.
Frase: Ese culito, que no me entere yo que pasa hambre.
Casi no se puede ser más cafre.

Mike Muddy dijo...

Cómo están las cerdas, que diría Titus, aunque a él sólo le gusta su mujer...
Aquí van mis propias respuestas:

1. ¿Qué parte de la fisonomía femenina prefiero? El culo, por supuesto. Por eso he escrito este post. Pero la descripción pormenorizada que ha hecho Gonso en su comentario me tienta.

2. ¿Con qué culo de actriz / famosa me quedo? Beyoncé, por elegir una. Scarlett vende más otras redondeces.

3. ¿Cuál es la propietaria del culo más espectacular de entre las históricas de la pandilla? Creo que el culo de Paloma de los Enebros merecía en la década de los 80 una gran consideración.

PacMan dijo...

En primer lugar, hay que poner en claro que las hembras se dividen en "tías buenas" y el resto. Como las tías buenas raramente aparecen delante de nuestros ojos fuera de la tele, las revistas, películas o web, el resto lo hacen vestidas más o menos sugerentemente, pero vestidas. Si me apuráis, en bañador. Por tanto, lo que imaginamos o incluso llegamos a intuir es lo que nuestro cerebro recopila como información después de un barrido de ojos de arriba a abajo y vuela a arriba.

En resumidas cuentas, ¿qué parte de la fisonomía femenina preferís? se convierte en dos preguntas:

1a.- ¿Qué parte que podéis ver? A mí me pierden los ojos de una buena hembra.
1b.- ¿Qué parte que no véis? Las tetas, los senos, la pechuga, los pulmones, los pechos, las aldabas. Como Gonso, soy clásico.

2.- Hace muchos años, estando en Huelva, uno de los miembros del equipo de dirección de una fábrica del componente esencial de los detergentes, se suponía un serio y responsable ingeniero industrial con gran responsabilidad, me abrió los ojos: "Ni lo dudes, -me dijo- el mejor culo es de una tal Jennifer López". Lo había visto en una internet recién gestada. Con él me quedé desde entonces.

3.- Recuerdo con una sensación todavía húmeda y vívida el culo de "Ana la Morena" (perdón Titus), recién salida del agua de la piscina del chino. ¿Ande andará?