lunes, 4 de junio de 2007

NI GALGOS NI PODENCOS

Son lebreles.
No se cómo se acuñó el término pero el diccionario scarletiano lo define como; lebrel: n, com. masc. Chavalín / a descendiente de memberface. Prole en general.
La banda tiene asegurada su memoria con nuestros lebreles. Cuando estemos de gira por la residencia "El jubilauta orondo" allí estarán ellos quizá formando sus propias bandas, organizando sus romerías y esas cosas.
Todos son distintos pero cuando nos oímos unos a otros contar batallitas del día a día, descubrimos con alivio que nuestro cachorro no es el marciano que creíamos si no que todos son iguales. Por descontado que son todo alegría, carne de nuestra carne, ojito derecho de papá y que nos dejaríamos la vida por ellos pero...
mira que pueden llegar a dar por culo.
Nene, al baño, ¡No quiero!
Nene, al baño, ¡No quiero!
Diez minutos de bronca más tarde el niño está en el puto baño.
Hala, a secarse.
No quiero.
¡Que salgas del agua he dicho!
No quiero.
Todo puede ser motivo de conflicto, desde que se levantan a las 8 de la mañana el domingo y se van a nuestro cuarto para misteriosamente olvidarse de su madre e ir directamente donde duermes tú y te dan golpecitos en un brazo hasta que abres un ojo y te dicen:
Papi, ¿A qué jugamos?
Sobre las comidas hay varias versiones y todas dejan callo en el ojal. Están las limas insaciables que comen a propósito y los que cierran la boca y hasta aquí hemos llegado.
El parque da juego.
Cuidado no te subas a la valla que te vas a ...clonc...caer.
Cuidado no corras por el pedregal que te vas a ...clonc...caer.
Mira por donde vas que te vas a ...clonc...caer.
Ni puto caso.
El otro día en el parque tuvimos un “momento brecha”. Con todo solucionado y el chaval ya repuesto quiero comentar la escena de madres-enfermeras al rescate. En cinco minutos habían aparecido toallitas limpiadoras, gasas estériles y tiritas, vamos lo que todos llevamos al parque. Llegué a pensar que lo cosían allí mismo.
Sacarles del parque también tiene su aquél, no existe un niño que acepte de buenas que papi esté hasta los huevos de empujar el columpio, chutar penaltis o hacer abdominales para recoger la pelotita de tenis que no cruza la red imaginaria ni dos veces seguidas.
Bueno, el futuro es suyo, da igual que invoquemos a Herodes cuando vienen mal dadas, esto no ha hecho nada más que empezar, nos queda la pre-adolescencia, la adolescencia y la post- adolescencia hasta los 35 tacos.
Y ya vienen dando:
“Henarcita”
“Dime Luisito”
Estirpe Espinel.

3 comentarios:

Mike Muddy dijo...

Mientras no tiren muñecos a coches en marcha y salgan corriendo descojonándose, se cojan melopeas a base de minis y mataosos, se pasen muñecas hinchables de un vehículo a otro en pleno centro de Madrid, invadan propiedades privadas para bañarse en piscinas y algunas hazañas más... vamos bien.

PacMan dijo...

Pensamiento matemático:

Dado el número natural de parejas de members denominado "x",

y el número total de sus correspondientes lebreles denominado "y",

para el momento actual t=2007, se cumple que:

2x-y=0

¿Conclusiones? Pa follar poco lo que nos cunde, la Virgen.

Pepe dijo...

Los peques son la alegría de la vida y los nuestros no son una excepción. Muchas veces son un auténtico puntazo, y otras veces los puntazos son parte consustancial de ellos mismos, en concreto de sus frentes. Néstor por ejemplo, con seis años tiene ya más puntos en la jeta que Maiquel Jordan en juegos olímpicos. Gracias a Dios que con tanta enfermera uno puede relajarse y disfrutar de los colegas mientras tu niño se esmorra con postes de madera que se cruzan en su camino. Y eso que faltaron algunas de las "miembras" de la profesión sanitaria. Con un equipo asistencial como el nuestro en Pozoblanco la tarde de autos, hasta el mismo Paquirri estaría ahora contando sus miserias en Salsa Rosa. Muchas gracias a todas, y bueno a todos también no os pongais celosones.