Para que luego no digáis los madridistas, voy a hablar de futbol. Hoy es 18 de junio.
Tal día como hoy de 1986, se celebró en el Estadio La Corregidora de Querétaro el partido de octavos de final de la Copa del Mundo de México, entre España y Dinamarca. La selección española había quedado segunda de su grupo, tras perder el primer partido contra Brasil con el famoso no-gol de Míchel y vencer a Irlanda del Norte y Argelia. España, dirigida por Miguel Muñoz, formó con Zubizarreta, Julio Alberto, Camacho, Goikoetxea, Tomás Reñones, Calderé, Víctor, Míchel, Gallego, Butragueño y Julio Salinas. En el equipo danés destacaban Jesper Olsen, Morten Olsen y sobre todo Laudrup y estaban considerados la revelación del campeonato hasta entonces.
No empezó bien el partido para España ya que en el minuto 34 Jesper Olsen adelantó al equipo danés al transformar un penalty. Pero al borde del descanso el mismo Jesper Olsen propiciaba con un gran error el empate español al enviar un pase al portero que fue interceptado por Emilio Butragueño. La segunda parte fue un vendaval de la Selección Española, que en el minuto 56 conseguía el gol que le adelantaba en el marcador, otra vez obra de Butragueño tras un saque de esquina de Camacho alargado por Víctor Muñoz. Pocos minutos después el Buitre se escapaba con peligro hacia la portería rival y obligó a la defensa danesa a hacer un penalty que transformaría Goikoetxea. Con el partido ya prácticamente sentenciado, los últimos minutos servirían para certificar el partido más recordado de la exitosa carrera de Emilio Butragueño, que en el minuto 81 marcó su tercer gol aprovechando un pase de Eloy. Con el partido a punto de finalizar, Butragueño es derribado otra vez en el área rival y en esta ocasión es él mismo quien convierte el penalty para elevar su cuenta personal a cuatro goles. España con este partido dió la campanada y el partido contra Bélgica en cuartos de final se presentaba como a priori más asequible, pero tras el 1-1 durante el partido los penalties mandaron a casa a una Selección que, como en tantas ocasiones, podía haber alcanzado mayores metas pero se quedó en cuartos.
A todo esto, os estaréis preguntando -¿y Lady Godiva?.- Pues, Lady Godiva vivió alrededor de 1040 en Coventry, Inglaterra. Estaba casada con el duque Leofric. Gracias a la administración de Leofric, el pueblo fue creciendo hasta convertirse en un centro importante de la región. Pero, poco a poco, la ambición fue apoderándose de él. Mientras tanto, el espíritu humano de Godiva, le permitió tener más contacto con la gente. Fue así como ellos sintieron afecto y respeto por ella. Gracias a la gran sensibilidad que Lady Godiva, percibió que los habitantes del pueblo no tenían una calidad de vida lo suficientemente digna de acuerdo al trabajo y esfuerzos que realizaban.
Entonces, Godiva decidió hacer algo por aquella gente. La leyenda dice que Godiva le propuso a su esposo Leofric que si salía desnuda montando su caballo blanco por la plaza central y las calles de Coventry, él bajaría los impuestos al pueblo. Obviamente Leofric creyó que no lo haría y que era ridículo. Sin embargo, Lady Godiva cumplió con su promesa. El pueblo, cuando se enteró de lo que pretendía hacer, decidió apoyarla por el respeto que sentían hacia ella, así que todos acordaron cerrar ventanas y puertas y no verla pasar desnuda por el pueblo. Sólo la vio un indiscreto, que desde entonces fue llamado Peeping Tom, Tom el fisgón. Leofric tuvo que cumplir con su palabra y abolió los impuestos innecesarios.
La tarde de la gesta de Querétaro era ya noche en España. Si no recuerdo mal, el partido empezó a las 23:00, hora de la península, y a la sazón yo me encontraba en casa del chino acompañado del mismo y de Titus. Nos habíamos venido en coche de manera furtiva desde Madrid tras terminar el último examen de 5º de carrera. Viva la libertad. Corría el licor, pero sobre todo el calimocho. Al tercer gol del buitre no nos acordábamos de si el si el vino de Asunción tenía o no color. La suerte estaba echada. Salimos de casa como posesos y nos encontramos en las calles de Peñas Gordas a otros amigos que recuerdo como borrones con patas (ya les pondréis cara cuando leáis esto). Alguien dijo: -en casa de Jose Clemente no hay nadie-. Allá que nos fuimos.
La valla de los chalets de la urbanización está para que se la salte hasta mi hijo. Pues así incluso nos costó trabajo franquearla. Tan cocidos íbamos. La luna se reflejaba en la superficie del agua, aún tranquila. Nos quitamos la ropa y ¡al agua!. Joder, estaba fresquita o es que era la una y media de la madrugada, o las dos cosas. Era tiempo de celebrar chapoteando en bolas una alegría futbolera que no recordábamos desde el gol de Rubén Cano en Belgrado. Y en ese momento, allí, en ese instante de golfería ciega, de violación de propiedad sin daño, la frase: ¡los huevos flotan! ¡Sííííí. Es verdaaaaad! En esto, creímos oír un ruido y nos entraron sudores sólo de pensar en los padres de José Clemente pillándonos a todos sin gayumbos, así que hubo hostias por salir del agua, secarnos como pudimos y volver a saltar la valla con la dignidad a la altura de Gibraltar. Echamos la mascada, como no.
A la mañana siguiente me despertó mi propia resaca, en medio de un mar de rugientes chirridos. Esa misma mañana el chino me presentó a una amiga suya. -Esta es Socorro-, me dijo. No pude por menos de pensar en la tal Socorro montada a lomos de un corcel cruzando Peñas Gordas. Estaba en pelotas. Sonreí. Por eso flotaba.
4 comentarios:
Bien por Lady Godiva, ojalá a algunas les diera por lo mismo pero me temo que la caballerosidad medieval brillaría por su ausencia y peeping Tom se convertiría en legión de mirones echando por tierra la leyenda. Bonito cuadro también.
Lo de Querétaro es cómo lo del abuelo cebolleta en una batalla que ganó para luego perder la guerra. En el caso de nuestra selección, alguna batallita y ninguna guerra.
Pacman, si los huevos flotan es que están malos. Los buenos buenos se van al fondo.
Por cierto. Buenos bombones.
Hala, que habéis estado muy prudentes desde el domingo los madridistas para lo yo que esperaba: ¿qué bombones? Hartáos.
Socorro hacía honor a su nombre, Dios la ampare.
Yo más que mirar a Lady Godiva... le propondría una cabalgada hacia el atardecer.
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