viernes, 4 de febrero de 2011

TRANSICIÓN

Asisto, igual que otros ya habéis hecho, a la transición de lebrel a ternasco del ejemplar que tengo en casa. Ilustra esa transición esta foto de su cuarto donde conviven los peluches de cuando era bebé, de entre los que sobresale "fantito", que todavía se lleva algún achuchón, con un calendario de la macicísima y jamona Rihana que seguro también se lleva lo suyo y a saber qué más.
Son momentos difíciles para toda la family, pero sobre todo para el ser que no sabe que es lo que le toca, si dejar los playmobil definitivamente para sus primos y conseguir que le compre el juego del Assasins creed para la psp (que va a ser que no) o por otro lado elegir entre echarse una guerra con los bionicles o mirarle las tetas a la del poster.
Momento desconcertante para ese que se sabe el nombre de todos los pokémon y las letras de las canciones de Eminem y un tal David Ghetta o como se diga. Ese que ya se coge un cabreo del quince cuando su madre se presenta con unos pantaloncitos y le dice que mire lo que le ha comprado porque son preciosos.
Ese que me pide que le de un beso cuando se acuesta y que lleva los pantalones enseñando los calzoncillos y usa unas zapatillas que sólo se pone cuando va con los colegas porque con ellas no puede ni correr de lo incómodas que son. Pero cómo molan.
También es el chaval que se asombra y asusta cuando le sale un grano o algún pelo en lugar insospechado o el mismo que se está un buen rato peinándose esa melenita rizada que se ha dejado crecer y que a su madre le encanta por lo guapo que está con sus ricitos y que a su padre le pone de mala leche por las mañanas cuando hay que recolocar esa pelambrera informe y se nos echa encima la hora de salir de casa.
En definitiva: tiempo de cambio. Tiempo que cada vez llega antes y termina después; tiempo de contar hasta 100 antes de darle un cate al pollo, lo que ahora se llama malos tratos a un menor; etapa que espero que acabe antes de los treinta.
Tiempo para asumir que ya no tienes un lebrel; que tienes un ternasco.
(Detalle del calendario. O mejor dicho: detalles. Dos)

3 comentarios:

Mike Muddy dijo...

Recuerdo a otro ternasco algo más crecidito que guardaba revistas "culturales" en las fundas de los vinilos...
Rihanna está de muerte, y si la giras, ni te cuento.

PacMan dijo...

La natural transición de nenes a chicos mayores de la que fuimos protagonistas en primera persona no hace tanto. No acabo de secarme las lágrimas porque ahora quien va perdiendo esa inocencia son los hijos. He llorado y lloro porque esos "Momentos Disney" ya no volverán; es el verdadero significado de la palabra IRREVERSIBLE. Una pena.

Pepe dijo...

Y tu que querías despues de la etapa O'Donovan. Once años de niño, no son los mismos que de niña, que esas si que van adelantadas, pero en el caso de jr. parece que los cuatro meses le han servido no sólo para aprender inglés.
El ternasco se está haciendo mayor muy rápido, el destete irlandés ha favorecido el anticipo de esa tierna madurez. Cualquier día de estos te dice que vais a ser abuelos.