domingo, 23 de mayo de 2010

BAILANDO CON LOBOS

Puente Aéreo Madrid-Barcelona, vuelo IB0650, T4 del aeropuerto de Barajas….esa es la rutina de todas las semanas, las mismas caras, las mismas tripulaciones, las mismas corbatas, la misma gomina, la misma pinta de puto ejecutivo y el mismo sueño. Es muy temprano, las tiendas del aeropuerto empiezan abrirse, apenas las 6:15 y me dispongo a sacar mi tarjeta de embarque como casi todas las semanas para un vuelo que casi siempre va vacío pero aquel vuelo del puente aéreo va a ser diferente y el día también.

Compruebo con asombro que el avión esta casi lleno y solo quedan tres plazas, rápidamente me hago con una de ellas y me dirijo al control de seguridad y a la puerta de embarque. A lo lejos distingo puntos rojos y a medida que me voy aproximando veo que son aficionados del Atleti que están embarcando en diferentes vuelos destino Barcelona. Están con careto de sueño pero llevan caras de ilusión. Son familias enteras, grupos de amigos.

El Puente Áereo es distinto, son vuelos donde predomina gente de negocios, la corbata y el maletín. Los turistas suelen coger otros vuelos más económicos donde el tiempo no es oro. Cuando entro en el avión, esta prácticamente todo el mundo dentro y hasta arriba de colores rojiblancos. Me parece increíble que hasta el puente aéreo ha sucumbido a la final. Yo también lo haré. Tengo dos entradas que he comprado por Internet para esta noche.



Despegamos y me dispongo a echar una cabezadita reparadora porque el día va ser muy largo…..pero es imposible, rompiendo todas las normas de urbanidad los hinchas del Atelti empiezan con sus cánticos que se prolongan durante todo el vuelo. Sin duda denigrante para la filosofía y espíritu del Punte Aéreo donde la seriedad y la frialdad se impone entre los usuarios.

Ese día estaré en una reunión fuera de Barcelona y no podré vivir el ambiente de la final, pero sobre las 20:00 llego a las inmediaciones del Camp Nou, trajeado, con corbata…mi imagen choca con la de los hinchas del Atleti, que van enfundados con las camisetas y las banderas de España. Ni rastro de los seguidores del Sevilla.

Con mi amigo Pedro, un madrileño y madridista que vive por la llamada del amor en Barcelona, acordamos que de ir con alguno de los dos equipos este sería el Atleti y rápidamente empezamos a mimetizarnos con los colores rojiblancos. No es habitual ver tanta bandera de España en la Ciudad Condal y para entrar más en faena nos agenciamos para el cuerpo un cacique con Coca-Cola que nos supo a gloria mientras nos encaminábamos hacia nuestra puerta de entrada.



El Nou Camp es enorme pero su perímetro es mucho mayor. Tienen alrededor un anillo de seguridad que te obliga a andar y andar. Ya cerca del cementerio de Les Corts empezamos a ver los sombreros de los sevillistas copia del de su impresentable Presidente. Paré en un quisco y compré una bufanda conmemorativa del partido que lleva los colores del Sevilla y del Atleti. A medida que vamos avanzando las camisetas rojiblancas se dejan de ver y los amigos del “Arrebato” toman la calle. Nos sentimos en territorio enemigo.

Por fin llegamos a la puerta de acceso y la cola es descomunal, pero es curioso solo es en nuestra puerta, las otras entran con tranquilidad y rapidez. Tras 30 minutos de cola por fin nos disponemos a entrar, después de aguantar las canciones sevillanas y gritos contra nuestra ciudad y contra nuestra capitalidad. Que ganas de inflar a alguno de ellos con un par de yoyas bien dadas, pero había que aguantar. Nada más entrar un Mosso de Escuadra me dice que no puedo pasar, le miro con cara de póker y me señala la bufanda que tenía los colores del Atleti. Al comprobar que lleva también los colores del Seviolla me da luz verde, pero yo me quedo mosca. ¡Donde coño están localizadas las entradas que hemos comprado por Internet!

El pisito de antes del partido despierta todas las alarmas. Mientras escurro la última gota peleona, se me acerca un colega y me dice,
- Yo puedo ser del Sevilla pero no soy tonto
- ¿Perdón?
- Sí, Ud. no es del Sevilla, con esa bufanda Ud. no es del Sevilla.
- Es una bufanda conmemorativa de la final con los colores de los dos equipos.
- UD. es de la Secreta ¿no?
Salgo de los servicios sorprendido, pero rápidamente me quito la bufanda para evitar males mayores, se respira demasiada tensión y prefiero no arriesgar.

Cuando salimos a la grada se nos caen los huevos al suelo. ¡Maldita idea la de comprar las entradas por Internet! ¡Estamos en mitad de los Biris, los Ultras del Sevilla! Pedro y yo nos miramos y decimos, “vamos pa’lla y que Dios reparta suerte”.

Nuestras entradas están en la penúltima fila antes del césped, tras la portería del Sevilla. Imposible sentarnos, la gente esta berreando encima de las sillas, con las camisetas en la mano, las caras pintadas y el puto sombrero de su Presidente. A todo esto yo con traje. Tenía la sensación de un blanco paseando por las calles de Harlem en NYC.

Tuvimos la suerte de que nuestras localidades estaban pegadas a la escalera y hay no había gente y por lo menos podríamos ver algo. Apenas podíamos hablar, el griterío de la gente y sus cánticos era ensordecedor (puto Arrebato). Al fondo veíamos el frente dende estaba la afición del Atleti. Era lo único que veíamos porque realmente el futbol desde esa posición es imposible verlo. El colorido era espectacular.

Derepente por megafonía comienza a sonar el himno nacional. Sobresalto, mayúsculo. ¡El himno de España sonando a todo volumen en territorio enemigo! Es algo irrepetible y que no pasaba desde las Olimpiadas de Barcelona, así que rápidamente nos agarramos por los hombros con los que teníamos alrededor y cantamos el chuna-chunda con toda la fuerza y energía que permitían nuestros pulmones. Es una sensación indescriptible. ¡VIVA ESPAÑA!

Comienza el partido y no se ve una m. Mi colega Pedro se pone en la escalera para verlo un poco mejor cuando Capell enchufa un chupinazo que se cuela en la portería del Atleti. El balón entró con la misma velocidad con la que deje de ver a Pedro a mi derecha. Una riada humana lo arrastró hacia la valla empotrándolo contra ella. La gente chillaba y saltaba a nuestro alrededor y lo que es peor, lo hacían sobre nosotros. Me abrazaron más que cuando Mijatovic metió el gol de la séptima.

El espectáculo estaba en la grada y no en el campo. La afición del Atleti cantaba y animaba pero la del Sevilla no le iba a zaga y aún siendo bastantes menos mantenían el tipo. Eso si, siempre con su sombreo.



Segundo gol del Sevilla. El partido agoniza, pero la afición del Atleti grita aún más fuerte. ATELTIIIII, ATLETIIIII…..

Final. Más abrazos con los Biris a los que espero no volver a ver jamás (ni a oler). El espectáculo esta en el fondo del Atelti. Un ejemplo de entrega a unos colores. La verdad es que me llegaron a emocionar, 15 minutos después de que Mejuto hubiera señalado el final del partido seguían ahí con sus bufandas y banderas. Parecían que los que habían ganado eran ellos y yo creo que si. Su ejemplo fue espectacular. ¡CHAPEU!

Y así trascurrió la final de copa de dos madridistas. En el campo de nuestro enemigo con dos aficiones que nos odian profundamente. Estuvimos bailando con lobos.

5 comentarios:

Mike Muddy dijo...

Unos héroes. Lástima que no ganara el Atleti: tendríais que haber salido por patas de allí o los Biris se os comen. Gracias por el apoyo.

gonso dijo...

Eso es meterse en la boca del lobo y lo demás es tontería.

Lo del tronco en los servicios es para nota. ¿Pero cómo vas a ser tú de la secreta con ese cuerpo que Dios te ha dado? Como para pasar desapercibido.

Buena crónica. A ver si algún atlético toma nota y cuando el Madrid pase por algún trance, en vez de ir al cuello, se lo toman de otra manera.

Mike Muddy dijo...

¿A ver si algún atlético toma nota? Prudentemente hemos pasado por alto bastantes trances madridistas estos últimos años...

gonso dijo...

Sólo recuerdo indios cantando la danza de la lluvia alrededor del vikingo caído y pisoteado por todos.

Será mi mala y selectiva memoria.

Titus Jones dijo...

Perdón que meta, pero ver a un ateltico haciendo lo que yo hice........vamos que ni de coña.

Todavía recuerdo las lagrimas de alegria de la hermana de Mike tras un 5-0 que nos endoso el Milan.

Primero antimadridistas y luego atléticos.

Nosotros primero madridistas y luego también.