sábado, 16 de abril de 2011

EL FIN DE LA TIERRA

Aquellos bacheados y estrechos caminos de 1986 nos vieron cuando apenas contábamos los 20. Titus tenía barba y luchaba por comerse algo. Para mí, aquel viaje a Galicia acompañó la transición entre la niñez y la juventud. Ni menos ni más.

Hoy las autopistas permiten recorrer a 110 km/h los valles gallegos. Y así, en el coche del Pepe nos hemos reencontrado tres días y dos noches con nuestros registros sonoros y nuestras fotos de aquella escapada. Recogimos a tiempo a Gonso en el aeropuerto gracias al tontón. No tenía recuerdos de ese lugar. Y allá que nos arrojamos en los brazos de las meigas. Como la tradición reza que si abrazas a Santiago por detrás en su santuario, allá vuelves, allí que volvimos. Eso sí, con algo más de presupuesto: 200 euros frente a las 14.000 pelas que gastó Mike entonces.

Trasegando cervecismos, admirando paisajismos, representando torrentismos... En todos nosotros hay un Torrente. Por unas horas le dejamos pasear por Santiago aprovechando los 800 años de la fundación de la Catedral. ¿Fue por la mañana o por la tarde eso de la primera piedra? Con Lapiedra también tuvimos más que palabras. Pero sin pajillas. Hasta las 3 se prolongaron las dos noches. No quisimos perdernos ni la madrugada galega.

Recorrimos la Costa da Morte que hacía 9 años fue arrasada por el fuel y la estupidez humana. Debatimos acerca de leyendas del pasado en las que la virgen navegaba en barcas de contundente roca o de si los huesos de santo de la catedral son o no son los del Apóstol. En Muxía, Gonso descubrió que las navajas son un manjar. Esa noche, en Muros, Jose casi se pierde callejeando. Menos mal que así hicimos apetito. Nos apretamos sin apenas ganas unos bogavantes y una parrillada de pescado regados con Albariño de 2009. Si llegamos a estar en forma...



Ya que estábamos en Costa da Morte, volvimos a Fisterra: el final de la mitad del camino. -Define Fisterra-. El punto en el que, después de recorrer medio mundo en pos de la respuesta a esa pregunta que sólo cada uno conoce, comienza el regreso. Todos nosotros, con familias consolidadas, curros en medio de la "lethal crisis", dispuestos a comenzar el viaje de vuelta. Le dimos uno o varios abrazos al torso del Apóstol. Volveremos.

3 comentarios:

Mike Muddy dijo...

Galicia inspiradora. Gracias a estos posts, tengo recuerdos de todos esos lugares y sensaciones. Por mucho tiempo.

gonso dijo...

Y cuando volvamos, quizá ya con más achaques, kilos y ortopedias, seguiremos recordando tanto la romería iniciática como la mini.
Eso sí, el fin de la tierra seguirá en su sitio esperando a los members.

Titus Jones dijo...

Tengo que decirlo. Estando esta SS en el Cabo de San Vicente viendo una puesta de sol, tengo que reconocer que os eche de menos. Cabroncetes.