lunes, 18 de octubre de 2010

LAS EXCUSAS SON COMO EL CULO...

...TODO EL MUNDO TIENE UNA.
La más recurrente para no publicar en el blog es que os cuesta mucho escribir (he oído que algunos post os llevan horas). Hay un error de partida que estoy cansado de repetir: el blog no es un contenedor de obras maestras de la literatura en lengua castellana, sino un foro para mantener el contacto, un lugar de encuentro. La mayoría de los post tendrían que ser breves reflexiones, relatos o propuestas que no os deberían llevar más de veinte minutos, o una foto, o un vídeo de YouTube. Solo cuando tuviérais una historia que, en vuestra opinión, merece una inversión mayor de tiempo, hay que echar toda la carne en el asador, como ha hecho Pepe recientemente con su experiencia maratoniana en Berlín.
Repito: el blog es para saber unos de otros, no para publicar nuestras memorias.
De todos modos la mítica excusa se cae por su propio peso con esta aplastante evidencia: ni siquiera entráis para comentar la producción que vuestros amigos escriben para vosotros utilizando un tiempo que ellos tampoco tienen... ¿o es que pensáis que los únicos ocupados sois los vagos y maleantes? Basta con entrar cinco minutos al día, o quince a la semana, para leer los post y dejar la huella de vuestra visita. Si no entráis no es porque os cueste escribir, sino porque os importa un bledo lo que aquí se cuenta. Así de crudo.
Me dice Titus que piense una alternativa. El blog no tiene alternativas. Otra cosa es que a través de la redes sociales (Facebook, Twitter) podamos mejorar el contacto, pero mucho me temo que el problema sea de compromiso, no de herramientas. En fin, reflexionad sobre la sentencia de Platón... porque de eso trata este invento.

3 comentarios:

gonso dijo...

Más alto si...más claro no.

Titus Jones dijo...

Esta bien, de esta manera crecerá una selva en el camino de la amistad. Vosotros mismos.

Pepe dijo...

Suscribo el post al 100%. No obstante, al menos en mi caso, las desconexiones temporales son inevitables. Lo importante es no dejar de volver.