Se que tengo buenos amigos, pero la verdad es que me lo estáis demostrando en cada momento y salgo aquí de nuevo para daros las gracias.
Este fin de semana se celebró la prueba de 100 Km en 24 horas. Reto descomunal que supone un esfuerzo físico y psíquico de primera magnitud. Estas pruebas sirven para conocerse mejor a uno mismo y en muchos momentos llegas a sorprenderte por lo que eres capaz de hacer. Todavía recuerdo cuando la acabe por primera vez la prueba y me pude a llorar como un niño nada más atravesar la meta. El sábado pasado fue al revés, empecé la carrera llorando.
No iba muy convencido, el entrenamiento no había sido el adecuado y mi coco no esta en las mejores condiciones posibles. Todo ello formaba un cocktail cuyo resultado final era evidente, no iba a acabar. Aún así ahí estaba allí en Colmenar Viejo en la salida sin saber exactamente porqué.
José Alberto hizo las veces de anfitrión ya que las Vías Pecuarias de la Comunidad de Madrid patrocinan la prueba y ni corto ni perezoso enganchó el micrófono y lanzó un speech delante de los 1.500 inconscientes que nos disponíamos a tomar la salida. Sus palabras retumbaron en mi cerebro y más tarde en mi corazón. Delante de todos deseo suerte a sus hermanos Pepe, Ceci (mi tio) y Antonio y en especial a mi hija María…… Las gafas de sol evitaron que mis lágrimas fuesen el espectáculo de la salida delante de aquella muchedumbre. Me partió por la mitad, me desarmó por completo. Cuando ya salíamos me dirigí hacia él y le di un abrazo eterno y los dos comenzamos a llorar como niños. Gracias Jose.
Difícil andar y pensar al mismo tiempo, sobre todo cuando tienes que seguir el ritmo a “maquina total Pepe”. ¡Que espectáculo oiga! ¡Que manera de tirar! El Ceci y yo hacíamos lo que podíamos mientras él iba firmando autógrafos. Además las palabras de José seguían repitiéndose en mi cerebro y reconozco que a lo largo del camino alguna lagrimilla se me cayó de nuevo.
Después de 34 Km. y pasar por sitios espectaculares de la sierra (Jose, el circuito espectacular), llegamos por fin de nuevo a Colmenar Viejo, fin de la primera etapa. A mis “compis” de viaje les anticipé poco antes de llegar que mi cabeza no iba y que mis piernas tampoco. Había tomado la dolorosa decisión de abandonar tras acabar la segunda etapa allá por el Km. 53.
En Colmenar se unieron Yolanda y Raquel para hacer la segunda etapa con nosotros hasta Tres Cantos como hacen todos los años. 18 Km de sube y baja bastante exigentes que trascurren junto a la tapia del Monte del Pardo. El paisaje era espectacular.
En Tres Cantos, Km 53, acababa mi prueba de los 100 Km, pero allí me iba a llevar una nueva alegría al ver a Gonso que venía a darnos su apoyo y si cariño. Gracias Gonso se agradeció mucho. Se le notaba que estaba flipando al ver todo el despliegue que llevábamos y tuve la sensación de que nos tenía cierta envidia. Le animamos a que el año que viene nos acompañe en alguna etapa como hacen nuestras chicas.
Abandonar en una prueba de estas es una putada para el que abandona, pero lo es más para los que continúan y ven que van perdiendo miembros en cada etapa. A mi me ha pasado en otras ocasiones al revés y se lo que se siente.
En ese Km 53 cuando yo abandonaba empezaba la prueba de verdad, empieza la noche, la soledad, el cansancio extremo y yo dejaba a mis chicos tirados. Me despedí de ellos con un fuerte abrazo y les desee la mejor de las suertes. Me sentía un traidor pero no podía seguir.
Esto parece un valle de lágrimas pero en el coche con mi chica también se me cayó alguna que otra por haberles dejado en la estacada, seguramente estoy demasiado sensible. No pegue ojo en toda la noche, estaba pendiente de mis compañeros de viaje, les llamaba, mandaba mensajes (sin llegar a ser pesado), pero cuando recibí el mensaje de Pepe “se fini, 7:55 de la mañana” por fin pude echar la primera cabezada.
Una vez en casa Pepe me dijo que el Ceci se había retirado en el 90 haciendo un esfuerzo titánico por acabar. Un crack el Ceci, es nuestra reserva moral de este grupo de locos que hacemos este tipo de pruebas y es él el que tira de los demás. Que mal tiene que estar para dejarlo en el 90. El Ceci es un ejemplo para todos y desde aquí le quiero dar también las gracias.
Y dejo para el final a SuperPepe. Solo puedo decir que tenerle como hermano es un lujo y es de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. No puedo decir más. Gracias Pepe.
Bueno ya lo dejo que me pongo ñoño. Gracias a todos. Realmente soy un afortunado.
3 comentarios:
Pues no te digo que no me picó el gusanillo. Sólo me falta hacer acopio de fuerza d evoluntad y dar los pasos adecuados. No digo el primer paso pues con uno no basta, ya que han sido varias veces en que me he propuesto empezar a hacer ejercicio en serio y he durado un telediario.
Me gustaría poder comprometerme desde aquí a acompañaros el año que viene pero de momento sólo diré que dejo la puerta abierta.
No está mal, cuatro memberfaces relacionados con un mismo post. Me gustaría ver escritas las impresiones de Jose con el micrófono... pero eso se me antoja más que difficult.
No mires lo que dejaste de hacer y fíjate más en lo que hiciste.
Thanx Titus.
Gracias Titus, yo también estoy orgulloso de tener un hermano como tu, grande por fuera y sobre todo por dentro.
Desde luego, que esto de los 100 es mucho más que deporte, si no fíjate las cosas que acabamos diciendo. La emoción en esta prueba, para lo bueno y lo malo, está a flor de piel, pues nos obliga a exprimirnos hasta el límite de nuestras posibilidades físicas. Y si encima cuentas con detalles como el de Jose y la visita de Gonso, mejor que mejor.
Os aconsejaría a todos que os animáseis y probárais un año, aunque fuera un tramo. Alguno conocéis la prueba de Ronda en bici, pero esta es diferente. Mola, y uno se sorprende de si mismo y de lo que es capaz de hacer.
Enhorabuena por darlo todo. Tal vez al año próximo la banda pueda acompañaros, si no en el recorrido completo, sí al menos un tramo.
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