Pues bien, hoy vengo a reivindicar la belleza de partes olvidadas, coto privado eso si, del género de primera calidad. Esas piernas largas y contorneadas, embutidas en medias negras y rematadas con zapatos de tacón. Ese vientre plano encajado en una cintura estrechita y coronado con un ombligo de diseño.

Ciertamente, una descripción como esta va irremediablemente asociada a un trasero de escándalo y unos pechos turgentes y firmes, pero no me diréis que por si solas, unas piernas bonitas o una tripa sensual no son elementos más que suficientes para que seres tan básicos como nosotros los hombres, perdamos el juicio transitoriamente.

Eso es exactamente lo que me ocurrió el pasado sábado al ver actuar vestidas para la ocasión, a las siete bailarinas del musical Chicago. Recuerdo perfectamente la función por esas piernas, esos vientres, esas te…, esos cu…, esos cuerpos donados gratuitamente por la naturaleza y moldeados con mimo por las depositarias de tan buen material. Simplemente perfectas.
Desde entonces no han parado las poluciones nocturnas. No creo que partes olvidadas como esas las olvide en mucho tiempo.
2 comentarios:
Perdón, yo no olvido ninguna parte de la fisonomía femenina, aunque tenga mis preferencias.
Como te lean el post las irredentas de lo políticamente correcto te van a crujir por machista o machisto.
Yo soy como Mike, no olvido ni un centímetro.
Buena foto de piernas.
Publicar un comentario