Así empezaba, más o menos, una entrada mía que llevaba en el congelador más de un año, así que he visto que era el momento de repescarla, al hilo del fervor romero que nos invade, ahora que estamos velando armas ansiosos por que llegue el viernes 8.
Siguiendo con el tema, en realidad habría tantos caminos como peregrinos, porque lo normal sería salir una mañana de casa, ligero de equipaje, y empezar a caminar persiguiendo la puesta de sol durante el día y después el camino que nos marcan las estrellas. Pero, como somos personas ocupadas, no tenemos tiempo de tanto romanticismo, así que enfilaremos el finis terrae sobre cuatro ruedas y con avidez por quemar los más de 600 largos kilómetros que nos separan de la Tierra Santa donde la magia del Apóstol volverá a sublimar el espíritu escarletiano.
Y como todo viaje revelador, se necesitan símbolos: partimos de Las Tablas, barrio cuyas calles homenajean los topónimos jabobeos; en vez de concha y calabaza, móviles y portátiles; en lugar de botas, vino en bota y en cunca; en lugar de Compostela, sólo post....
No creo que nos merezcamos el Jubileo, pero sí el júbilo de tocar lo imposible: juntarnos los 7, hilvanando nuestras obligaciones profesionales, maritales y parentales, para condensar en un finde largo aquel viaje y nuestros avatares de estos últimos 25 años.
Los milagros existen.
3 comentarios:
Jose publicando dos post seguidos... ¡Obra del Santo, sin ninguna duda!
Milagrooooooo, milagrooooo.
Lo que es el blog. Pasas de poner una tiarraca de portada de revista de coches tuneados a hacer una profunda reflexión sobre el viaje del reencuentro con nuestras raices.
Cielos, esto tiene una segunda lectura. ¿Será éste el último post de Jose del año?
Nunca me he alegrado más de jalear un post tuyo, Jose. Aúna la oportunidad temporal con la lírica florida. Juntemos nuestros avatares pues en pos(t) de una nueva romería. Y que sea lo que Dios quiera.
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