martes, 7 de agosto de 2007

ROBERTO

Setenta y cinco días. Este es el tiempo exactamente que Roberto ha sido sobrino mío. Aterrizó en nuestras vidas de repente un 21 de Mayo y con tan sólo 11 días de vida. Conchi, la hermana de Raquel, y Rubén, su marido, tuvieron escasas 48 horas para preparar su llegada a casa, pues fue la antelación con que los servicios sociales de la Comunidad de Madrid les avisaron para que fueran a recoger al niño que estaban esperando para ser padres adoptivos por segunda vez.

Con la misma prisa que llegó, se fue. Otras 48 horas, esta vez agónicas, tuvieron Conchi y Rubén para devolverlo el pasado 3 de Agosto al centro de donde salió siendo su bebé. La madre biológica lo había reclamado y dado el carácter de acogida que tienen las adopciones nacionales en tanto no hay una sentencia judicial firme, nada se podía hacer.

Su vida y la de todos los que les rodeamos y queremos se tiño de amargura. Raquel y yo como padres adoptivos, sufrimos y lloramos con ellos pues podemos llegar a entender (creemos) lo que puede suponer que te arranquen de cuajo un trozo de tu vida de esta manera. Podemos estar mentalizados para la muerte de un ser querido, pero creedme que para esto no se está preparado jamás por mucho que sepas que puede ocurrir, máxime cuando confías ciegamente en la adopción como la única manera que te ofrece la vida de satisfacer tu deseo más profundo y sentido, ser padres.

Suerte Roberto. Tus padres, hermano, abuelos, tíos y primos nunca te olvidaremos. Estuviste poco con nosotros pero lo suficiente como para dejarnos a todos un socavón en el alma al verte marchar para siempre. Tu jamás lo sabrás pero sólo con setenta y cinco días y sin decir una palabra fuiste capaz de hacer inmensamente felices a tus padres y a todos los que les queremos. Ojalá la vida te devuelva la posibilidad de recibir de tu nueva familia esa felicidad que has repartido a raudales sin querer, ojalá que al vida te permita disfrutar del mismo amor que tus padres Conchi y Rubén te han dado durante este tiempo que habéis compartido.

Suerte Roberto, allá donde vayas, suerte.

3 comentarios:

PacMan dijo...

Amigo Pepe. He estado tentado. De hacer una apología de la adopción bien hecha. De maltratar a la justicia injusta. De salir en favor de los que por pura voluntad decidís sacrificaros por una vida que hacéis vuestra. De asegurarte que de todo se saca una enseñanza positiva de vida... He estado tentado. Pero creo que lo dejo en "lo siento de veras".

Titus Jones dijo...

Pepe,

besos para todos. Al final el peor parado de todo esto va a ser el propio Roberto. Suerte y un abrazo para los padres

Mike Muddy dijo...

Me parece un acto de crueldad suprema por parte de un sistema que, evidentemente, no funciona. Los seres humanos no son juguetes. Siento mucho lo ocurrido. Toda mi solidaridad con los padres.