Ya he alcanzado uno: publicar un bonito video del equipo Salomon, en el que nos felicita las Navidades y el nuevo año con un resumen de una mítica ruta de trail en California ("Western"), en la que vence un tal Kilian Jornet, que es una mala bestia corriendo en vertical.
Bonitas imágenes que superará sin duda el equipo MSB-"Drink" Team esta primavera en la Cordillera Cantábrica.
jueves, 29 de diciembre de 2011
ESPERANDO QUE NIEVE
Desde luego, no sé porqué están tan coñazo los amantes del esquí, que si no nieva, que si será el calentamiento global, yo qué sé.....
Nosotros, que somos de aficiones más sosegadas, siempre asociamos la palabra "nieve" a "polvo", ¿Porqué será?
¡¡¡FELIZ AÑO HERMANOS!!!
Nosotros, que somos de aficiones más sosegadas, siempre asociamos la palabra "nieve" a "polvo", ¿Porqué será?
¡¡¡FELIZ AÑO HERMANOS!!!
sábado, 24 de diciembre de 2011
MIL Y UNA NOCHESBUENAS
Buscaba un video como este:
Pero mira tú por donde también encontré este otro:
Elegid vosotros mismos.
FELIZ NAVIDAD, MIEMBROS
Pero mira tú por donde también encontré este otro:
Elegid vosotros mismos.
FELIZ NAVIDAD, MIEMBROS
jueves, 22 de diciembre de 2011
FELIZ NAVIDAD... Y A POR LA REMONTADA EN 2012
Este año he preferido ser discreto y apostar por una felicitación más propia de nuestra edad y condición de respetables padres de familia. Ya va siendo hora de abandonar las prácticas de adolescentes desbocados. Pues nada, members, mucha salud para afrontar lo que viene, que será difícil y necesitará de nuestro talento y espíritu indómito.
¡Por Asturies 2012!
¿Qué pasa, no os gusta la tarjeta?
Vaaaaaaaaale...
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¡Por Asturies 2012!
¿Qué pasa, no os gusta la tarjeta?
Vaaaaaaaaale...
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viernes, 16 de diciembre de 2011
DIMENSIÓN AI-AI-AI
Ya tengo smart phone. Mi último teléfono móvil un "viejo" Nokia N70 ha cascado definitivamente y a cambio me han adjudicado un i-phone 4S, lo más puntero de la factoría Apple. He pasado de tener un teléfono con algunas funcionalidades más, a un dispositivo que a sus miles de utilidades añade la de servir también para hablar por teléfono. Curiosa evolución.
El cambio me produce respeto. Todavía no me atrevo a abrir la caja y ponerme a la faena de confugurar el bicharraco este. Y así llevo una semana. El dia que me lo dieron quité el plástico y abrí la caja para verlo e inspecionar las cosas que lo acompañaban. Los siguientes me he limitado a mirar con timidez a un estuche que parece que me reta y me provoca a meterle mano y sacarle las entrañas para siempre.
No soy un obseso de la tecnología si bien reconozco todo que te puede facilitar la vida. Tampoco me considero un torpe con ella, pero que queréis que os diga, tengo la sensación de que en cuanto abra la tapa entreré en una nueva dimensión de la que ya no podré escapar. Esto es como cuando te muerde un vampiro, date por jodido que nada volverá a ser como antes.
La dimensión ai-ai-ai. Comienzas con el aipod, sigues con el iafon, perfecionas con el aipad y ya no puedes escapar de aitunes, y así sucesivamente en una espiral sin fin donde tu mente ávida de prestaciones de movilidad cada vez te pide más y más. Voracidad tecnolígica. Una vez has mordido la manzana (que gran logo), ya no puedes volver atrás.
Miembros, me despido de vosotros en mi estado actual. La próxima vez que nos veamos, el 4 de Enero, pareceré el mismo pero no seré el de siempre. Habré evolucionado, perteneceré al mundo de nuevas necesidades tecnológicas, un mundo en donde es dificil distinguir las que son verdaderamente reales de las ficticias. Un mundo en el que tarde o temprano acabaremos todos y que espero sepamos gestionar.
OBSESIONES
En el instituto las Matemáticas y la Física me trabaron. No lograba aprobar un examen y llegué a pensar que era gilipollas, pues auténticos "borderline" más preocupados en fumar costo que en estudiar aprobaban, y yo no. Si hasta la profe de Física me preguntaba al pasar lista: "¿Qué haces aquí?". Al final cambié de turno y superé el trago antes de que me lobotomizaran.
Luego me dio por los videojuegos del Spectrum. Horas y horas con Manic Miner y Atic Atac, entre otros. Y por los Space Invaders de una máquina de un bar de la avenida Donostiarra. Llegué a ser invencible. Los marcianitos no acababan conmigo, me piraba yo del bareto cuando me aburría de matarlos. Si me hubieran pagado por ello me habría ganado la vida honestamente.
De forma simultánea a lo anterior me dio por fijarme en las mujeres e imaginarme escenas, tendencia aún no desbravada. Creo que esta maldición no expira hasta que expiramos. Como espero estar muchos años más cerca de la guitarra que del arpa auguro sufrimiento en este sentido. ¿No os pasa lo mismo? Para colmo me quedé enganchado de una niña parroquia durante años. Compensación cero. Ni escenas me imaginaba.
Para colmo, un día vi un tráiler de "Alien", de Ridley Scott, y se me aceleró el corazón. Tenía que enrolarme en el Nostromo. El que cortaba los tickets en el desaparecido cine Carlton me echó para atrás porque todavía no había cumplido los 16 (las cosas que han visto las nuevas generaciones desde entonces). Tuve que esperar al reestreno en el Canci. Fue la hostia. Me hice fan de Sigourney, el viejo Ridley y la famosa criatura, a la que empecé a ver de noche y de día. En cualquier parte.
Demostrando mi pericia con las mates (nivel EGB) fui contratado por una madre que tenía un hijo torpe para darle clases particulares. El chaval aprobó y la tipa, en vez de pagarme en cash, me dio un libro que se titulaba "El Señor de los Anillos". No he leído nada mejor en mi vida, ni creo que lo haga. Hasta lo he despachado en inglés con gran esfuerzo por mi parte. Tengo media docena de ejemplares de la obra. Y el resto de la producción de Tolkien. Y las pelis en todas sus ediciones. Y una colección de muñecos. Y el Anillo Único...
Más tarde llegó el Periodismo. Horarios de traca, tensión, estrés, pero también compensaciones: poder contar historias y viajar. ¡Pero qué difícil es la desconexión! Un día un compañero de mi quinta me dijo que se sentía liberado. En paz consigo mismo. "Entramos en el mejor periodo de nuestra vida. Hemos doblado el mapa y asumido nuestra mortalidad. Dentro de poco dejaremos de estar obsesionados por ciertas cosas...".
Tal vez. El caso es que se acerca la Navidad y quiero desearos lo mejor. Que hagamos juntos un ejercicio por olvidar nuestras ofuscaciones e intentar ser felices por unos días. Dejad la mente en blanco e imaginad cosas bellas, nada obsesivas, como la idílica imagen de abajo...
El caso es que esas curvas me suenan de algo...
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... ¿a vosotros no?
Luego me dio por los videojuegos del Spectrum. Horas y horas con Manic Miner y Atic Atac, entre otros. Y por los Space Invaders de una máquina de un bar de la avenida Donostiarra. Llegué a ser invencible. Los marcianitos no acababan conmigo, me piraba yo del bareto cuando me aburría de matarlos. Si me hubieran pagado por ello me habría ganado la vida honestamente.
De forma simultánea a lo anterior me dio por fijarme en las mujeres e imaginarme escenas, tendencia aún no desbravada. Creo que esta maldición no expira hasta que expiramos. Como espero estar muchos años más cerca de la guitarra que del arpa auguro sufrimiento en este sentido. ¿No os pasa lo mismo? Para colmo me quedé enganchado de una niña parroquia durante años. Compensación cero. Ni escenas me imaginaba.
Para colmo, un día vi un tráiler de "Alien", de Ridley Scott, y se me aceleró el corazón. Tenía que enrolarme en el Nostromo. El que cortaba los tickets en el desaparecido cine Carlton me echó para atrás porque todavía no había cumplido los 16 (las cosas que han visto las nuevas generaciones desde entonces). Tuve que esperar al reestreno en el Canci. Fue la hostia. Me hice fan de Sigourney, el viejo Ridley y la famosa criatura, a la que empecé a ver de noche y de día. En cualquier parte.
Demostrando mi pericia con las mates (nivel EGB) fui contratado por una madre que tenía un hijo torpe para darle clases particulares. El chaval aprobó y la tipa, en vez de pagarme en cash, me dio un libro que se titulaba "El Señor de los Anillos". No he leído nada mejor en mi vida, ni creo que lo haga. Hasta lo he despachado en inglés con gran esfuerzo por mi parte. Tengo media docena de ejemplares de la obra. Y el resto de la producción de Tolkien. Y las pelis en todas sus ediciones. Y una colección de muñecos. Y el Anillo Único...
Más tarde llegó el Periodismo. Horarios de traca, tensión, estrés, pero también compensaciones: poder contar historias y viajar. ¡Pero qué difícil es la desconexión! Un día un compañero de mi quinta me dijo que se sentía liberado. En paz consigo mismo. "Entramos en el mejor periodo de nuestra vida. Hemos doblado el mapa y asumido nuestra mortalidad. Dentro de poco dejaremos de estar obsesionados por ciertas cosas...".
Tal vez. El caso es que se acerca la Navidad y quiero desearos lo mejor. Que hagamos juntos un ejercicio por olvidar nuestras ofuscaciones e intentar ser felices por unos días. Dejad la mente en blanco e imaginad cosas bellas, nada obsesivas, como la idílica imagen de abajo...
El caso es que esas curvas me suenan de algo...
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... ¿a vosotros no?
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martes, 13 de diciembre de 2011
INDEPENDENCE DAYS
"No, si yo me alegro".
En San Miguel de Tucumán se derriten las calles, pero dentro de la Casa Histórica de la Independencia, un bonito edificio encalado, hace fresco. Más o menos. Porque tengo que reconocer que la visita me está acalorando. La guía lleva un rato contando a un reducido grupo de periodistas españoles (otros dos y un servidor) las hazañas bélicas de San Martín y Belgrano, haciendo especial hincapié en "los nuestros", que son los buenos, frente a "los realistas", es decir, los españoles, que son los malos. Cuando llegamos al salón donde Argentina declaró su independencia el 9 de julio de 1816, la guía, que no tiene pinta de india quilmes ni quechua ni comechingón, hace una loa de los padres de la patria. Abro la boca para decirle que aquello fue una pelea de españoles contra españoles (los criollos aprovecharon que en España reinaba un tal Fernando VII para decir, qué coño, mejor nos lo guisamos y nos lo comemos sin la metrópoli), pero en el último instante recuerdo que soy un visitante con los gastos pagados y declaro: "No, si yo me alegro".
Como si no tuviéramos bastante hoy con la finca que nos ha quedado y la peña que la habita. En fin. He vuelto a Argentina para disfrutar de mis particulares días de independencia (que nadie me malinterprete: independencia de la rutina, de los no-horarios, de la prima de riesgo, de Mourinho...), esta vez al noroeste inédito, a Tucumán, Salta y Jujuy. El viaje ha superado mis expectativas. Dejando al margen el componente histórico, los paisajes son deslumbrantes: frondosos valles, quebradas multicolores, salinas interminables, llanuras sembradas de cardones, puna andina donde trotan llamas y vicuñas... Para evitar el soroche o apunamiento al superar los 4.000 metros de altura he chupado hojas de coca, aunque creo que su efecto es de placebo. Los paisanos, de todos modos, no paran de "coquear". Estos tipos tienen poco que ver con los porteños o los habitantes del sur del país: la mezcla étnica es evidente. Y su amabilidad y hospitalidad, encomiable. Aunque allí es verano ahora, la latitud de esta región hace que no existan grandes diferencias de temperatura a lo largo del año, de modo que es perfectamente visitable en julio-agosto; no como Patagonia, cuya mejor (y casi única) época es en nuestro invierno.
Fotos: Arriba, la Casa Histórica de la Independencia, en Tucumán. Abajo: Parque Nacional de los Cardones, llamas en la puna y quebrada de Purmamarca.
lunes, 12 de diciembre de 2011
TANTO PUENTE PARA ESTO...
Uno apunta en el calendario algunas fechas importantes. Fechas que pueden ser aniversarios, cumpleaños y cosas así pero que también pueden ser simples fines de semana o puente. Y no te digo nada si son cuatro días. Desde que allá por septiembre me hice con el calendario escolar 2011-2012 le había puesto el ojo y la cruz al susodicho puentazo de la Inmaculada Constitución. Incluso creo que no le habría hecho muchos ascos a pasarlos en mi reducto levantino. Bueno, tampoco hay que pasarse.
El caso es que era el primer finde de los tres o cuatro últimos en que podía planificar algo distinto a tener que ir a currar en sábado o a algún curso de esos a los que ahora soy un habitual.
Pero como siempre todo se torció. Pilar no se coge el puente, por lo tanto ya tengo adjudicado el día del "ya que". Ya que estás de fiesta podrías... hacer la compra, limpiar el trastero, ir al banco, ir al ayuntamiento, hacer los baños a fondo, limpiar la estantería, sacar al perro (que no tenemos) y así hasta el infinito. Glory days que cantaba el otro.
Así que nada de playa y en casa más o menos tranquilos. O no.
Jueves de exposiciones y paseo por Madrid. ¿Nos acercamos a la Plaza Mayor a comprar un pastor para el Belén? Da igual que argumente que habrá trillones de personas y que será imposible dar dos pasos, da igual. Me quedé corto con la estimación numérica y llegué a discutir con un tío que se empeñó en caminar en sentido contrario al que iba el torrente humano provocando un tapón, y va y se pone a gritar que en su pueblo eso no pasaba y le recomendé no haber salido de él. Y se lió.
Del viernes apenas guardo recuerdo ya que la lista de quehaceres me ocupó gran parte de mi tiempo y prefiero no dedicarle ni medio segundo. Lo único es que ya por la noche me empezó a picar la garganta y a tener moquetes.
El sábado por la mañana tenía la garganta al rojo vivo y un gran moco ocupaba el 90% de mis vías altas, medias y profundas. Toma pasmazo.
Con las facultades físicas mermadas me apunto al sillón ball que abría la sesión con un Atleti-Barsa de balonmano. No me iba mucho en el envite pero debo reconocer que en ese deporte el ex Ciudad Real es mi equipo. Palmamos. La primera en la frente, pero ya nos resarciremos.
Noche de clásico y tres rejonazos que mi primo Mou achaca a la mala suerte. Pues habrá sido por eso pero entre la fiebre incipiente y el repasito me voy a la cama caliente, pero no por ardor guerrero de sábado, sino por acabar más quemado que la moto de un hippie.
Barsa 2, Madrid en general 0.
Domingo tirao en el sofá sin un gramo de fuerza con las tripas revueltas por las medicinas antigripales que no me mejoran los síntomas sino que me provocan otros nuevos.
Me topo con un derby baloncestero que acaba malamente para el Madriz... y van dos. Por lo menos la fiebre ya no aparece y me estoy recuperando justo a tiempo para poder ir a currar el puto lunes. Buen puente si señor, y lo próximo que viene son las Navidades, que miedo me dan.
Postdata. Para acabar de arreglar los enfrentamientos deportivos Madrid-Barcelona del fin de semana, el Atleti vuelve a dar espectáculo: 3-0
Joder qué bien me lo he pasado el puente.
El caso es que era el primer finde de los tres o cuatro últimos en que podía planificar algo distinto a tener que ir a currar en sábado o a algún curso de esos a los que ahora soy un habitual.
Pero como siempre todo se torció. Pilar no se coge el puente, por lo tanto ya tengo adjudicado el día del "ya que". Ya que estás de fiesta podrías... hacer la compra, limpiar el trastero, ir al banco, ir al ayuntamiento, hacer los baños a fondo, limpiar la estantería, sacar al perro (que no tenemos) y así hasta el infinito. Glory days que cantaba el otro.
Así que nada de playa y en casa más o menos tranquilos. O no.
Jueves de exposiciones y paseo por Madrid. ¿Nos acercamos a la Plaza Mayor a comprar un pastor para el Belén? Da igual que argumente que habrá trillones de personas y que será imposible dar dos pasos, da igual. Me quedé corto con la estimación numérica y llegué a discutir con un tío que se empeñó en caminar en sentido contrario al que iba el torrente humano provocando un tapón, y va y se pone a gritar que en su pueblo eso no pasaba y le recomendé no haber salido de él. Y se lió.
Del viernes apenas guardo recuerdo ya que la lista de quehaceres me ocupó gran parte de mi tiempo y prefiero no dedicarle ni medio segundo. Lo único es que ya por la noche me empezó a picar la garganta y a tener moquetes.
El sábado por la mañana tenía la garganta al rojo vivo y un gran moco ocupaba el 90% de mis vías altas, medias y profundas. Toma pasmazo.
Con las facultades físicas mermadas me apunto al sillón ball que abría la sesión con un Atleti-Barsa de balonmano. No me iba mucho en el envite pero debo reconocer que en ese deporte el ex Ciudad Real es mi equipo. Palmamos. La primera en la frente, pero ya nos resarciremos.
Noche de clásico y tres rejonazos que mi primo Mou achaca a la mala suerte. Pues habrá sido por eso pero entre la fiebre incipiente y el repasito me voy a la cama caliente, pero no por ardor guerrero de sábado, sino por acabar más quemado que la moto de un hippie.
Barsa 2, Madrid en general 0.
Domingo tirao en el sofá sin un gramo de fuerza con las tripas revueltas por las medicinas antigripales que no me mejoran los síntomas sino que me provocan otros nuevos.
Me topo con un derby baloncestero que acaba malamente para el Madriz... y van dos. Por lo menos la fiebre ya no aparece y me estoy recuperando justo a tiempo para poder ir a currar el puto lunes. Buen puente si señor, y lo próximo que viene son las Navidades, que miedo me dan.
Postdata. Para acabar de arreglar los enfrentamientos deportivos Madrid-Barcelona del fin de semana, el Atleti vuelve a dar espectáculo: 3-0
Joder qué bien me lo he pasado el puente.
domingo, 11 de diciembre de 2011
PUENTEANDO EN MARBIELLA
Se acabó el puente de la Consti y ya estamos de vuelta. Marbella ha sido nuestro destino y como podéis comprobar ha habido momentos para el relajo y la desconexión. El paraiso; veinte graditos, ni frío ni calor, cervecitas, paseos por la playa, tiempo para descansar, prisas fuera, pax romana con los lebreles. No se puede pedir más en estos tiempos que corren. Bueno si, haber ganado al Barça. Sacrifiqué ir al partido por este viaje y al final hasta en eso tuve "suerte".
Que me quiten lo bailao. Mañana será otra guerra y tal y tal.
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autor: Pepe,
diversión,
fotos propias,
personal
viernes, 9 de diciembre de 2011
LA ACTITUD LO ES TODO
Andaba yo desayunando esta mañana y escuchaba a un psicólogo que era entrevistado en no sé qué cadena. Estaba hablando de su libro -por supuesto- y sentenciaba que el ser humano es propenso a deprimirse en función de su forma de encarar la vida. Menuda novedad. Un tertuliano que estaba junto a él interrumpió la disertación y zanjó la cuestión: "pues yo soy del atleti, pero no me deprimo ni así". "Vaya tipo", me dije a mí mismo. Y por un momento comprendí la gran ventaja que tenemos los rojiblancos sobre los merengues: nos reímos de nosotros mismos aunque lluevan chuzos de punta.
Ser del Atlético de Madrid imprime carácter desde que eres un crío. Te tienes que pelear con la gran mayoría y aún así sigues erre que erre, empeñado en ir contra el resto. A mí me costó poco, porque éramos unos cuantos y sacábamos pecho en una clase de 43, pero sé de casos que eran uno contra el mundo y eso era como ser contestatario en tiempos del antiguo régimen. Nuestra causa era paralela a otras causas que no eran "la línea oficial de pensamiento". Uno se sentía como Mandela en la prisión del amo blanco. Como el Ché entre un bosque de gringos. Nuestra causa se podía comparar a la de Allende o a la de Ghandi. Una causa que trasciende del deporte.
Según este psicólogo, hay una tendencia en la sociedad actual que nos hace extremadamente vulnerables ante el fracaso en todos los órdenes de la vida. En nuestra sociedad no estamos preparados para los golpes de un mundo que exige ser los números uno en lo que lo que nos proponemos y hacemos. Tenemos tolerancia cero a la frustración. Menos los del atleti. Nosotros sí que estamos preparados para lo peor en el partido del día a día. Sabemos que somos mortales y no necesitamos que a nuestras espaldas haya nadie portando laureles y soltando letanías romanas. Somos fuertes porque seguimos en la brecha pese a los reveses. Por eso sonreímos más, disfrutamos más de las deliciosas victorias y aceptamos mejor las dolorosas derrotas. Nosotros no hablamos de nuestro equipo con fervor religioso, ni vamos al templo del balompié, ni nos tomamos tan en serio lo que fuera del estadio no lo es. Sólo nos permitimos un "aupa alteti" cuando nos cruzamos con uno de los nuestros. Es una forma de ser que va con el carácter. No sé si un atlético es o se hace, pero no hay nada como mi atleti. Quizás no tengamos una peña de simpatizantes en China, pero no la necesitamos. Al fin y al cabo, lo importante es la actitud. Y no necesitamos ser más.
Ser del Atlético de Madrid imprime carácter desde que eres un crío. Te tienes que pelear con la gran mayoría y aún así sigues erre que erre, empeñado en ir contra el resto. A mí me costó poco, porque éramos unos cuantos y sacábamos pecho en una clase de 43, pero sé de casos que eran uno contra el mundo y eso era como ser contestatario en tiempos del antiguo régimen. Nuestra causa era paralela a otras causas que no eran "la línea oficial de pensamiento". Uno se sentía como Mandela en la prisión del amo blanco. Como el Ché entre un bosque de gringos. Nuestra causa se podía comparar a la de Allende o a la de Ghandi. Una causa que trasciende del deporte.
Según este psicólogo, hay una tendencia en la sociedad actual que nos hace extremadamente vulnerables ante el fracaso en todos los órdenes de la vida. En nuestra sociedad no estamos preparados para los golpes de un mundo que exige ser los números uno en lo que lo que nos proponemos y hacemos. Tenemos tolerancia cero a la frustración. Menos los del atleti. Nosotros sí que estamos preparados para lo peor en el partido del día a día. Sabemos que somos mortales y no necesitamos que a nuestras espaldas haya nadie portando laureles y soltando letanías romanas. Somos fuertes porque seguimos en la brecha pese a los reveses. Por eso sonreímos más, disfrutamos más de las deliciosas victorias y aceptamos mejor las dolorosas derrotas. Nosotros no hablamos de nuestro equipo con fervor religioso, ni vamos al templo del balompié, ni nos tomamos tan en serio lo que fuera del estadio no lo es. Sólo nos permitimos un "aupa alteti" cuando nos cruzamos con uno de los nuestros. Es una forma de ser que va con el carácter. No sé si un atlético es o se hace, pero no hay nada como mi atleti. Quizás no tengamos una peña de simpatizantes en China, pero no la necesitamos. Al fin y al cabo, lo importante es la actitud. Y no necesitamos ser más.
viernes, 2 de diciembre de 2011
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