viernes, 28 de octubre de 2011

ESTO ES LA GUERRA


En una galaxia muy lejana varios bandos se enfrentan por la supremacía del universo.

En un sector de la galaxia los teutones quieren sojuzgar a sus aliados europeos e imponerles sus normas. Ellos están fuertes, fabrican y exportan sus productos al resto del mundo, consiguen financiación por debajo de su índice de inflación y les sale gratis el dinero. Cuando parece que su moneda empieza a asomar la cabeza, los teutones echan un poco de mierda sobre ella, se meten con algún periférico y vuelven a la situación que más les conviene.
Su aliado más fiel, el gabacho, le ríe las gracias, no tiene otra salida que arrimarse al fuerte mientras hace que dirige la situación.
El resto de aliados de la periferia de la galaxia solo pueden mendigar ayudas, están expiando su falta de cabeza y previsión, incluso uno de ellos se deja engañar más que el resto ya que su líder está en funciones y le queda poco de estar en el convento. Su sueño es vigilar las nebulosas del final de la galaxia.
El final de todo esto será que los teutones gobernarán con mano de hierro a sus aliados para evitar desmanes. La unión se garantizará a costa del sacrificio de los periféricos que penarán durante siglos sin posibilidades de volver a las celebraciones pasadas. Se impondrá la “PAX TEUTONICA”.

En la otra parte de la galaxia, los yanquis no tienen mejor situación. Deben lo que no está escrito, cada año se incrementa su factura. A su líder se le está quitando la color y los que quieren tomar el poder son unos indocumentados retrógrados sin liderazgo. Su moneda cada vez vale menos, lo único que la salva es que todo el mundo la utiliza para hacer comercio, todos tiene que tener sus estampitas para intercambiar sus productos. Los yanquis se aprovechan de ello y la solución que toman para pagar su gigantesco déficit es imprimir más dinerito, así reparten su mierda por el resto de la galaxia. Al final habrá tantos papelitos que no valdrán nada.

De esto se quieren aprovechar los teutones, quieren imponer su moneda como divisa de intercambio galáctico, pero los chinos no lo permitirán ya que tienen un montón de deuda yanqui en sus casas y no pueden permitir que se devalúe. Antes de aceptar cualquier cambio en el patrón galáctico los chinos quieren tener pillados a los teutones y sus aliados por los cataplines, les comprarán su deuda y les financiarán para que puedan seguir comprando sus productos a bajo coste.

Finalmente ellos quieren ser los dueños de la galaxia

Por otra parte, en el sur de la galaxia se libra la batalla de las primaveras árabes. Los del norte de la galaxia miraron con mucha simpatía las revoluciones que comenzaron los jóvenes de estas nebulosas, en los garitos del fondo de la galaxia se dice que todo empezó de manera muy ordenada y dirigida por los grandes conquistadores de la galaxia, primero se probó con la zona menos importante, Túnez, allí los dominadores de la galaxia no tenían intereses energéticos. Como salió bien probaron con el país más moderado, Egipto, como seguía funcionando decidieron tomar revancha en una zona que les había puñeteado especialmente en el pasado, Libia, incluso apoyaron militarmente la acción.

Todo parecía muy bien controlado hasta que la situación se apaciguó. Pero los verdaderos ganadores de este río revuelto son los que llevaban siglos preparándose para esto, los mahometanos integristas. Ellos son los que se están haciendo con el control de la galaxia árabe y quieren imponer la “sharía” o lo que es lo mismo la vuelta a los antiguos usos, son los únicos con una organización preparada para tomar el poder. Los Teutones y sus aliados ya no están tan seguros de continuar con sus planes y posiblemente no actúen sobre Siria, más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, allí el dictador seguirá masacrando a sus súbditos sin que nadie mueve un dedo, es demasiado importante para que caiga en manos integristas

Por último, en la galaxia ibérica algunos planetas quieren salirse del sistema. Todos tienen una deuda asfixiante, pero aún así quieren jugar a ser mayores, son como los niños pequeños, quieren irse de casa pero no saben cómo van a pagar sus cuentas. La solución será hacer lo que hace la prima Merkel “yo soy la que paga y yo soy la que manda”. Mientras sea el estado el que tenga que avalar todos los caprichos de aquí no se mueve ni Dios.

Incluso hay un pequeño satélite que amenaza a la galaxia ibérica. Lo último es que deja de matar definitivamente a los ciudadanos inocentes a cambio de asumir sus exigencias escapistas. Lo normal es que dijeran que lo dejan porque se han dado cuenta de que por ese camino no iban a ninguna parte. Son más chulos que un ocho, han tenido suerte de encontrarse con un vigilante de nebulosas que está declinado todas sus responsabilidades y que solo quiere salir en la foto final mostrando lo que ha conseguido pero sin gestionar las consecuencias de sus actos. Serán otros los que tiren del carro después. Por lo pronto los grandes beneficiados son los escapistas ibéricos, según dicen, estarán por encima de los escapistas más moderados en las próximas elecciones. De verdad, no entiendo a los estrategas electorales.

No obstante no os asustéis, esto solo es un cuento, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El final de la historia no se sabrá hasta dentro de algunos milenios, siempre hay corrientes ocultas que discurren por debajo y se hacen dueñas de la situación, nunca están previstas y los finales siempre son felices.

Saludos del lado oscuro.

4 comentarios:

PacMan dijo...

No sé si acojonarme por lo que nos cuentas que está pasando, o darte la enhorabuena por el post. El 20N tendremos otra batallita entre los clones barbudos y sabremos cómo nos lucirá el pelo. Ya está: acojonarme.

Pepe dijo...

El post, muy muy bueno. El panorama, muy muy malo, demasiado galáctico pero muy poco celestial.

Mike Muddy dijo...

Eres un fino analista, Yiyi. Conozco a unos cuantos tertulianos que serían incapaces de construir un discurso así.

Jose dijo...

Muy elaborado, sí señor, pero el Lado Oscuro es quien sale victorioso en cualquier caso.