Este es una fábula celestial en la que se cuenta la intrahistoria de la eliminación Barça y Madrid en semifinales de la Champions. Una historia que perfectamente podría haber sido real. Allá va.
Un día no hace mucho tiempo paseaba Dios por el cielo pensando en la Champions de la temporada 2011-2012. Decidió llamar a su presencia a su nuevo redactor de destinos, puesto de reciente creación. Al fin y al cabo, si personajes mundanos como Jaume Matas tenían sus propios redactores de discursos, como el mismo Dios no iba a poder subcontratar ese servicio con la cantidad de cosas de las que debía ocuparse a diario.
"Vamos a probar que tal se te da esto, vas a debutar con algo gordo de verdad. Verás, ha llegado el momento de programar la liga de campeones del próximo año y he pensado que me propongas un desenlace que reuna suspense y sorpresa, vamos, algo que enganche a la gente y que permita que se puedan olvidar un poco de tantos problemas como van a pasar los pobres. Eso si, que sea creíble y que acabe como Yo mando”, dijo Dios.
“Señor déjelo en mis manos. Seguro que se me ocurre algo que
le guste”, contestó el nuevo redactor de destinos.
Tras el séptimo día en que el Todopoderoso solía descansar, el
destino de la Champions ya había sido escrito. “Verá Señor, había pensado que
tras una competición un tanto sosa, la emoción debería estar concentrada en un
final apasionante”. “Suena bien” pensó Dios. “A ver, lee lo que has escrito”. “Lo
emocionante comenzará en semifinales que serán Chelsea-Barça y Bayern-Real
Madrid. Dos semifinales con cierto morbo y que podrían hacer pensar que Messi y
Ronaldo se encontrarán en la final, cosa inédita”. “Me gusta – dijo Dios – así
se podría rememorar el robo de hace cuatro años en Standford Bridge y evitamos
que Madrid y Barça se crucen antes. Los dos mejores equipos del mundo en la
final… Continua, continua”.
“En la ida, el Barça pierde en Londres 1-0 pese a poder llevarse
un saco de goles a favor, mientras que el Madrid pierde 2-1 en el último minuto
en Munich. En el fin de semana entre los dos partidos de la eliminatoria, el
Madrid sentencia la liga en el Camp Nou pese a que todo el mundo daba por hecho
que la remontada del Barça se iba a hacer realidad en ese partido”. El nuevo redactor parecía tener talento y Dios mostraba una
sonrisa cómplice ante lo que estaba oyendo. Parecía haber entendido
perfectamente lo que esperaba de él. Pensó que era bueno.
“En el partido de vuelta, el Barça comienza ganando 2-0
enseguida y a los pocos minutos Terry decide autoexpulsarse metiendo un
rodillazo a Alexis por la espalda”. “Demasiado previsible” sentenció el Creador. “Todo esto está muy visto ya”. “Espere, espere”
replicó el redactor de destinos . “En el
descuento del primer tiempo, el Chelsea marca. El lateral derecho se queda sólo
delante de Valdés y se la cuela por arriba. 2-1 y el Chelsea clasificado por el
momento”. “Umm… interesante. Sigue… sigue”. “Comienza el segundo tiempo y
¡zas!, penalti a Cesc que Messi estrella contra el larguero”. “¡Coñooó , vaya
tela!” pensó Dios. ” A partir de ahí
dominio absoluto de un Barça espeso e incapaz de meter gol a un equipo
ultradefensivo y con diez jugadores. Balones a los palos y cara de angustia de
Guardiola y otros tantos millones de espectadores que pensaban que la
eliminatoria iba a estar chupada. La gente espera otro gol de Iniesta in
extremis pero el único que ven es el de Torres, que en un contraataque en
solitario marca en los últimos segundos el 2-2 definitivo. El Barça eliminado y
el Chelsea a la final”. “No fastides, el Barça tomando de su propia medicina
cuatro años después. Es un poco forzado, pero vale. Lo de Torres en cambio si
que es ingenioso. Que buen momento para resucitar de entre los muertos. Eres
muy bueno tío”.
Dios parecía estar contento. La eliminación del Barça contra
diez estaba muy bien, pero lo de Torres era simplemente… genial, increíble. Ni Él
mismo se habría acordado de tal posibilidad. “Y el Madrid qué, ¿campeón de
Europa, no?”
Ese “¿no? “ hizo que un escalofrío cruzase de arriba abajo
al alma del redactor. “Ejemm… bueno, ehhhh … sobre el partido del Madrid he
pensado que a los 15 minutos Ronaldo ya ha marcado dos goles pero que al
descanso llegan con 2-1 tras un penalti anotado por Robben. En el segundo
tiempo no hay goles y el Madrid se ve a merced de un Bayern que merece pasar la
eliminatoria”. “Vamos a ver- dijo Dios- a ver si al final se te va la mano. Has
dejado la décima a huevo y lo de la prórroga no me hace mucha gracia. Pero
bueno, sigue, sigue. Ibas muy bien pero a ver si al final la liamos”.
“Buenooooo, estooooo, como le iba diciendo, estamos en la
prórroga. Los dos equipos firman un pacto de no agresión que sólo se ve roto
por un pequeño agarrón a Granero en el área del Bayern que nadie ve como
penalti salvo algunas mentes calenturientas de ABC. Acaba la prórroga como
empezó y vamos a los penaltis”.
Dios estaba lívido. No esperaba tanto sobresalto en este
primer encargo a su nuevo pupilo. La prórroga le parecía un exceso de
creatividad y llegar a los penaltis no sabía como calificarlo. El encargo iba
de fútbol, no de lotería y la campaña de Navidad aún estaba lejos. Además, para
esto de la lotería era partidario del libre albedrío. "Que sea lo que Dios
quiera", pensaba, sin caer en la cuenta de que era tan sólo una frase hecha.
“¿Y bien?” apostilló tragando saliva. “Buenoooo…, Ronaldo
falla el primero y Kaká el segundo. Entremedias, el Baryen marca”. A Dios no le
llegaba la túnica al cuello. “Vamos a ver, un poquito de por favor…” fue lo único que consiguió añadir.
“Casillas para el segundo penalty de los alemanes, marca
Alonso para el Madrid y Casillas vuelve a parar el siguiente lanzamiento”. Dios
saltó emocionado. “¡Siiiiiii, eres un puto genio! ¡Que marera de darle la
vuelta a la tortilla! Te juro que me he llegado a creer que la final iba a ser
Chelsea-Bayern. Desde luego, eres mejor que Hitchcok”.
A estas alturas era imposible distinguir al redactor de su entorno, tan blanco como estaba. Sudaba de pensar lo que iba a ocurrir cuando le
contara el desenlace al Jeje. Intuía que no le iba a gustar. “Ehhh, el el el siguiente pepepenalty lo marca el
Bayern y… se clasifica” dijo entre dientes. “Alto ahí” protestó Dios. ”Te has
colado. Tiene que lanzar primero el Madrid. Menos mal que me he dado cuenta del
fallo”.
“Verá Señor… antes de este, ha lanzado…, ha lanzado…
Sergio Ramos”. No hacían falta más explicaciones. Dios cayó fulminado en
su trono llevándose una mano a la cara, la misma mano que un día prestó a
Maradona en contraprestación al formato barrilero que le había colado en su
ADN.
El redactor pensó que era mejor dejarlo ahí y
no decir nada más. Comentarle al Todopoderoso en ese momento que, pese a que no se lo
había encargado, se había tomado la licencia de redactar también el destino de la Europa League y que
había colocado al Atleti en la final, era más que arriesgado, suicida. Con el penalti
de Ramos, Dios ya tenía bastante por el momento.
“No me interesa saber nada más. Estás despedido”, sentenció. “Pedro
te acompañará a la puerta. Me has jodido la décima. Está claro que no conviene fiarse en exceso de los novatos”.
Y colorín colorado... esta Champions se ha acabado.
Moralejas:
1) Dios es madridista.
2) No dejes en manos ajenas lo que debes hacer por ti mismo.
3) A veces pasan cosas que ni Dios es capaz de imaginar.
4) Cuando un destino está escrito, no lo cambia ni Dios.
5) A veces la realidad supera con creces la ficción.