Al día siguiente, al llegar al periódico, caras serias. Muy serias. "¿Qué ha pasado?". "Mira la portadilla", me dice un subdirector. Cuando abro el diario por mi sección casi me da un infarto. La mitad del texto estaba en bruto, sin editar, y además se salía de la caja. Vamos, que sobraba texto. En la edición de Madrid, que es la más importante. ¿Cómo es posible si había dejado todo niquelado? Porque alguien, sin darse cuenta, rompió la herencia.
Rebobinemos. La tarde en que estaba perpetrando la información del calendario liguero un compañero entró en mi página abriéndola accidentalmente en la edición de Madrid en vez de en Primera edición. Las sucesivas ediciones van heredando lo que se hace previamente: si te anticipas y abres la página en Madrid cuando estás trabajando en Primera rompes esa "herencia". En este caso, la edición de Madrid memorizó esa versión inacabada, la que existía en el momento de la intrusión de mi compañero; es decir, no heredó la versión editada que completé posteriormente, y ocurrió la terrible cagada, la peor en mis casi 24 años de carrera. Así que después de pasarme el puto día liado con este asunto el resultado fue desastroso: un texto empastelado e infumable.
En fin. La única suerte es que la vida sigue y hoy tengo otro marrón que lidiar.
4 comentarios:
Mira que jode. Dejarte las pestañas y por algo a traición quedarte con el culo al aire. Ya me he visto en alguna...
Bueno. ánimo que algún día llegarán las vacaciones y ya se irán jefes y demás a TPC
Vaya consuelo que nos queda: Que otro marrón nos esté esperando para olvidar el anterior.....
Y digo yo, ¿pasó algo por la cagada? ¿Cerró ABC? ¿Fue titular en El Pais el desaguisado del calendario? ¿Algún lector se quemó a lo bonzo o se quedó esa noche sin dormir?
Evidentemente que estas cosas no tienen más importancia que las que los propios interesados le quieren dar. Y es que la vida en general está llena de situaciones como esta que unas veces te tocan de lleno y otras contemplas como espectador. Otras simplemente te ves involucrado sin querer, como ese este caso. En todas ellas hay que aceptar que mal que nos pese todos somos humanos y por lo tanto tendentes a cagarla tarde o temprano, una y mil veces.
Odio a los tipos que se regodean en este tipo de situaciones y aún más a los que se creen que jamás comenten errores. De esos cada vez hay más y por mi madre que no les puedo ni ver.
Ánimo Mike, no has hecho más que aumentar tu experiencia. Hoy vales más que ayer. Díselo a Vieito.
Ya me lo contaste y la verdad es que la vida esta llena de estas cosas y hay que tomáreslas con calma y darle la importancia que tienen, es decir, cero.
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